Leonardo da Vinci siempre supo que el hombre podría volar. Este fue uno de los mayores convencimientos de su vida, a los que dedicó gran parte de su inventiva y sus afanes creadores. Aunque la vida no le dio el tiempo suficiente para ver su sueño cumplido, no le faltaron los proyectos en que vislumbró el futuro, lo que podría ser.
Por estos días llegan a La Habana 100 piezas construidas por artesanos e ingenieros italianos sobre la base de los planos originales de los inventos del destacado artista; que vienen a formar parte de la exhibición permanente “El ingenio de Leonardo da Vinci”.
La muestra habanera –mucho más grande que sus similares en otros países- es patrocinada por la fundación italiana Anthropos y quedará abierta al público el próximo viernes 29 de junio en el Salón Blanco del Museo de Arte Sacro, del Convento de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja, a partir de las nueve de la mañana y hasta las cinco de la tarde.
Aunque alejados en el tiempo, el público cubano podrá interactuar con las obras o los más caros anhelos de quien fuera uno de los mayores genios de su época. Y podrán comprobar que a lo largo de la historia del mundo los hombres siempre han estado hermanados en sus sueños.