Con una fuerte presencia de la cultura africana y mezclada con otras expresiones artísticas, la rumba cubana acaba de ser inscrita en la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO, la cual está compuesta por expresiones que dan cuenta de la diversidad del patrimonio inmaterial y contribuyen a concienciar sobre su importancia.
Según anuncia la Organización de Naciones Unidas para Educación, la Ciencia y la Cultura este miércoles, en su web, la decisión fue adoptada en Etiopía en la reunión del Comité para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, que continua sus sesiones hasta el próximo 2 de diciembre.
Nueva inscripción en la lista del #PatrimonioInmaterial: la rumba cubana https://t.co/cSTxRQsN3F #Cuba @CubaUNESCO pic.twitter.com/euFKxBP4zF
— UNESCO en español (@UNESCO_es) 30 de noviembre de 2016
En la argumentación para conceder tal reconocimiento, se resaltó que la rumba de Cuba, vinculada a la cultura africana y a algunos elementos característicos de la cultura antillana y el flamenco español, deviene “símbolo de la sociedad cubana marginada de antaño, la práctica cultural de la rumba surgió en barriadas urbanas pobres, poblados de chabolas y zonas rurales, y se fue extendiendo desde el oeste hacia el este del país”.
Entre los valores de la rumba también destacados por la Unesco sobresalieron su música, cantos, movimientos y gestos, los cuales “expresan un espíritu de resistencia y autoestima, evocando al mismo tiempo una gracia, una sensualidad y una alegría propicias al acercamiento entre las personas. La transmisión de este elemento del patrimonio cultural cubano se efectúa en el seno de las familias y entre vecinos”.
La larga tradición rumbera tuvo como escenarios naturales primigenios de La Habana y Matanzas y se ha extrapolado a todos los rincones de Cuba. Agrupaciones legendarias como Muñequitos de Matanzas y Los papines, así como figuras de la talla de Merceditas Valdés, Celeste Mendoza, Carlos Embale e Ignacio Piñeiro, hoy son parte de la historia de un género esencial en el pentagrama cubano.
Contactada por OnCuba, Lucía Iglesias, funcionaria de la UNESCO, aseguró que la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, contrariamente a la Lista del Patrimonio Mundial (que distingue a sitios culturales y naturales de valor universal excepcional), “no confiere ningún criterio de excepcionalidad, todo lo contrario”.
Se trata, insistió Iglesias, “de una lista pensada para promocionar el patrimonio inmaterial, darlo a conocer y favorecer su salvaguardia y su transmisión con la participación de las comunidades que lo practican. Y desde luego para contribuir a que los Estados lo salvaguarden en sus territorios”.
Interrogada también sobre si la UNESCO tiene ya una documentación de la iniciativa, comentada en OnCuba y que se promueve en la plataforma Change, acerca de declarar al son cubano Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la funcionaria resaltó que “corresponde a los Estados Partes en la Convención presentar candidaturas de inscripción, aunque es cierto que en muchas ocasiones el primer paso lo da la sociedad civil”.
Iglesias explicó que “el patrimonio inmaterial se rige por una Convención, que es un texto jurídico vinculante de carácter internacional. Hay una candidatura cubana ya presentada para una posible inscripción en 2017, que es el punto cubano o punto guajiro y de la que ya se puede encontrar toda la documentación”.
Este miércoles ingresaron además, a la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO la celebración del Año Nuevo compartida por 12 países y la fiesta Mangal Shobhajatra del Pahela Baishakh (día del Año Nuevo) en Bangladesh –celebración organizada por los estudiantes y profesores de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Dacca y abierta a la participación del público–; la tradición cultural cervecera en Bélgica, en cuya fabricación interviene una vasta serie de comunidades esparcidas por todo el país europeo; y los Veinticuatro Períodos Solares de China –relacionado con los conocimientos sobre el tiempo adquirido en esa nación asiática mediante la observación del movimiento anual del sol y las prácticas culturales conexas a ello.
Por otra parte, varios lugares emblemáticos de Cuba han sido declarados Patrimonio Mundial por la Unesco, entre ellos los centros histórico-urbano de Camagüey y Cienfuegos, los parques nacionales Alejandro de Humboldt y Desembarco del Granma, el Valle de Viñales, el Paisaje Arqueológico de las Primeras Plantaciones Cafetaleras en el Sudeste de la Isla, el Centro Histórico de Trinidad y su Valle de los Ingenios, el Centro Histórico de La Habana Vieja y su Sistema de Fortificaciones Coloniales, el Castillo San Pedro de la Roca de Santiago de Cuba y la Tumba Francesa.