Que la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba no transcurrirá únicamente por las vías diplomáticas, ya lo sabíamos. Después de la visita de deportistas, académicos, artistas, líderes religiosos y estudiantes, justo el 31 de diciembre de 2016 se presentó en La Habana el transformista (drag queen) norteamericano Mimi Imfurst, para confirmar que una vez abierta la puerta, ya nadie espera para entrar.
El espectáculo ofrecido por Mimi, participante del show televisivo estadounidense RuPaul´s Drag Race, fue el primero que una drag queen estadounidense presentara en la Isla. El mismo fue concertado con El Divino, un proyecto apadrinado por el Centro Nacional de Educación Sexual para la promoción de salud en el grupo HSH (hombres que tienen sexo con otros hombres), además de crear espacios recreativos para la comunidad LGBTI en Cuba.
De la mano de la agencia de viajes ALandChuck.travel, especializada en organizar cruceros y vacaciones para personas gay, Mimi Imfurst trajo a La Habana un pequeño espectáculo en el que tomaron parte bailarines cubanos. En su página oficial de Facebook describió así su experiencia:
“El 31 de diciembre, la víspera de Año Nuevo, tuve el honor de ser la primera drag queen estadounidense que se desempeñó en Cuba. El momento fue increíble. Me reuní con el Proyecto Divino, la organización me conectó con 8 bailarines increíbles y tuvimos un breve ensayo de 90 minutos.
“Ellos no hablaban nada de inglés y yo solo hablo un poco de español, así que fue muy difícil. Por no mencionar que nunca habían escuchado Express Yourself de Madonna. Desafíos aparte, fue un momento increíble para las relaciones LGBT entre cubanos y norteamericanos. Espero que podamos seguir rompiendo la brecha entre nosotros y darnos cuenta de que tenemos mucho que aprender unos de otros.”
En la revista Out Traveler –el magazín mensual gay con mayor circulación dentro de Estados Unidos– Mimi Imfurst contó que el viaje a Cuba le cambió la vida: “Llegué a experimentar la rica historia y cultura de Cuba, viviendo en sus casas y pasando la semana desconectada del mundo exterior. Más importante aún, el pueblo cubano es increíble. Han luchado a través de un estricto embargo y han prosperado con nada más que la tenacidad del espíritu humano. Eso es inspirador para todos nosotros y al final del día, eso es lo que siempre ganará”.
Según la propia publicación, este año Mimi producirá el espectáculo Drag Stars at Sea, un show de transformismo a bordo del crucero Celestyal Crystal, en el que se insertarán, entre otras, unas 20 drag queens concursantes en el RuPaul´s Drag Race, y que se prevé concluirá en La Habana “con una fiesta masiva”, a finales de 2017.
Mimi Imfurst, de 33 años y cuyo nombre es Braden Chapman, tuvo que reponerse de una infancia azarosa en la que fue discriminado y abandonado por su familia por ser gay. Comenzó en el transformismo siendo casi un adolescente. En la actualidad, goza de popularidad en Estados Unidos y ha participado en varios programas de televisión y muchísimos espectáculos. Para el 27 y 28 de enero anuncia su actuación en el show musical Dragapalooza, en el que se unirá a otros famosos transfomistas en Los Ángeles, California.
En Cuba, los espectáculos de transformistas han ganado visibilidad y aceptación paulatinamente, a la par de la comunidad LGBTI cubana, un grupo que ha sufrido discriminación, homofobia y censura. No fue hasta la década del noventa del pasado siglo que espacios institucionales como El Mejunje, en Santa Clara, les abrieron sus puertas.
Nombres como Imperio, Margot, Chantal y Roxy Rojo ya no son del todo ignorados en la Isla. De hecho, desde 2012 varias de las drags queen cubanas más reconocidas han obtenido la categoría de Artista Profesional, otorgada por el Consejo Nacional de las Artes Escénicas.
La participación en las Galas contra la Homofobia que impulsadas por el CENESEX se realizan en Cuba desde 2008, han contribuido a sacar a la luz una manifestación artística y sociocultural que se gestó y desarrolló en las márgenes de una sociedad patriarcal y homofóbica.