Mick Jagger saldaba una deuda generacional con miles de cubanos cuando un grupo de rockers le lanzó en pleno concierto una bandera alusiva a los Rolling Stones. El líder de la mítica banda la agarró con alguna parte de su cuerpo, agradeció el gesto con su sonrisa milenaria y la devolvió a los pies del escenario. Esa bandera hoy inspira al primer estudio de rock en Cuba, instalado en la primera planta de un edificio cercano a la Fábrica de Arte, en La Habana.
“La bandera de la agrupación repleta de firmas y dedicatorias. Yo tomé una foto en el momento en que Jagger se la lanzó de regreso a su staff. Ese momento fue definitorio para nosotros y, puede sonar cursi, pero sentimos que nos devolvía un batón, una responsabilidad: si lo quieren luchen por eso.
“La foto está colgada en el estudio y representa esa BandEra, además después la conjugamos por diseño para que funcionara en inglés (nos parece coherente en tanto una inmensa parte de nuestros referentes y de nuestra producción viene del inglés”, dice a OnCuba el director creativo de este proyecto, el fotógrafo Alejandro Menéndez, un seguidor del rock and roll que viene del mundo del cine y el video clip.
BandEra Studio ha publicado cinco discos de forma independiente y tiene entre sus fichajes a las bandas Sweet Lizzy Project, Miel con Limón y Tracks, tres de los grupos jóvenes que, si logran enfrentar la ola de soledad y el poco apoyo al género en la isla, podrían llegar a ocupar un lugar destacado entre la nueva generación del rock nacional.
¿Por qué hacer un estudio de rock en Cuba?
BandEra Studio pretende ser un sello musical, un sello de gestión colectiva. Crearlo de esta manera y no de otra fue necesario porque creemos que la única forma de lograr una producción original e interesante en el futuro será desde las iniciativas independientes, desde la autogestión, la pluralidad, la retroalimentación y la identificación a nivel personal con un producto musical.
Partiendo desde las instituciones solamente, en estos momentos, eso no es posible ni deseable. Conocemos los vilipendios que ha sufrido el género a través de la historia cultural del país. Hoy día nos queda la apatía y el desinterés por parte de las entidades que deberían brindar apoyo a géneros musicales afines al rock. Muchas agrupaciones no tienen infraestructura para la producción, promoción, distribución, venta y presentación de sus obras musicales.
Rock es un nombre que en Cuba suele ser denominativo de forma restrictiva solo para un grupo de subgéneros como el metal (trash, death, power, black, heavy); hardcore. Géneros que, sorprendentemente, han logrado cierto nivel de producción en circuitos underground sobre todo fuera de la capital, aunque sin constancia, atomizados y desarticulados de otras vertientes y otros referentes musicales.
Sin embargo, nos identificamos como un sello de rock porque sin lugar a dudas el Rock es el “sombrero”, el sonido que en última instancia más nos define y más nos interesa. Pero somos un proceso vivo y evolutivo, hay que mirar a todos los géneros y actualizarnos con respecto a la producción del área y del mundo, y el espectro es muy grande.
Pop-rock, indie, grunge, new age, new wave, blues, folk, americana, electrónica son los géneros que más “tocamos”, proponiendo siempre la experimentación y la incorporación de otros elementos y estilos. Estamos listos para recibir cualquier cosa que esté dispuesta a moverse un poco en esas directrices, aunque venga de una base funk, jazz, reggae, rap, trova. En última instancia lo ideal sería lograr nuestro propio sonido en la Cuba del 2017 y que “huela” a rock, pero que tenga de muchas otras cosas.
Nos queda claro que no es un estudio para hacer música popular, y no es por ningún tipo de aversión a los géneros populares. Sencillamente, estos géneros tienen una infraestructura existente para sostenerse, si bien es insuficiente (como cualquier otra producción artística en la Isla) al menos tienen cómo grabar, presentarse y obtener visibilidad. Esto tampoco elimina la posibilidad de trabajar con alguien que venga de géneros populares, pero que quiera experimentar con otros.
¿No es una idea arriesgada y poco rentable crear un estudio de rock en Cuba, ante el mala salud del género y la falta de originalidad de bandas que solo hacen covers?
No estoy de acuerdo 100 por ciento con tu afirmación. Aceptemos por un momento lo de falta de originalidad, que yo creo que es una actitud aprendida e impuesta por otras condiciones. Si haces algo original en el género no tienes dónde tocar, ni dónde grabar, ni dónde vender y por tanto no hay “público” que te vaya a ver ni a escuchar. Con covers puedes tener alguno de los 2 o 3 espacios donde tocar la música que te gusta. Aunque tengas material original, la infraestructura no te permite llegar muy lejos, por lo tanto, lo vas defendiendo cada vez menos, incluso te convences de que lo que haces no es bueno y que es mejor seguir tocando a Deep Purple por el resto de los tiempos.
En primer lugar, no creo que la relación con el público se establezca solo en una dirección; no tiene que haber un público establecido para que un producto musical sea bien recibido. Sin duda, un entorno cultural habituado a un tipo de producto responde más rápido, pero la relación también se establece en sentido contrario. Con material de calidad, con una buena estructura de comunicación y publicidad, el público potencial se acerca y se crea el nicho.
La prensa cultural afirmó que al concierto de los Rolling Stones acudió más de un millón de personas ¿Cuántos fueron a ver a Sepultura hace unos años? ¿A Manu Chao? ¿A Audioslave, Fito Paéz, Jovanotti, The Dead Daisies, Jorge Drexler…? ¿O a X Alfonso, Carlos Varela? Ese público está ahí. Están los que conocen a las agrupaciones y muchos otros que sencillamente acuden por curiosidad. Están esperando propuestas originales con propuestas frescas, con contenido y calidad musical, pero suelen estar convencidos, no sin falta de razón, de que el género está en mal estado y no hay propuestas.
Por un lado tenemos poca o nula producción y apoyo institucional, y por otro poca tradición. Pero cada fuerza tiene una opuesta y estoy convencido de que por estar tanto tiempo “escondido en el closet”, nuestro rock producirá un efecto de descubrimiento tardío. Para las generaciones más jóvenes llegarán de golpe 50 años de sonidos. Tenemos que revisar y condensar muchos movimientos musicales para comprender la evolución a la actualidad. Solamente el Rock latinoamericano es abrumador y una asignatura pendiente para nuestro bagaje cultural.
Y a esa vorágine que produce de golpe con el acceso a Internet, al poder acceder por primera vez al hot 100 de billboard, a lo mejor de Pitchfork y a toda la discografía de Soda Stereo, que con un clic se puede descargar desde los Torrents… es a ese contexto al que le tengo grandes esperanzas, y al talento que hasta ahora nos ha sobrado en otros géneros.
Son muchos los jóvenes que van a juguetear con sus eléctricas y a loopearse buscando sonoridades “nuevas”, de las cuales casi no tuvieron referencias antes. Si se le suma a eso un interés por decir desde la Cuba actual, es posible que en esa vórtice se forme un movimiento autóctono y profundo, un movimiento que converse sobre Cuba con el sonido del mundo.
¿Cuáles son los requisitos para grabar en BandEraStudio?
Tener ganas de hacerlo, que desde el estudio entendamos que hay un producto potencialmente atractivo, y estar dispuestos a trabajar incansablemente y a abrazar nuestro sonido. En el último año –que es cuando podemos hablar propiamente de una producción de BandEra Studio– hemos producido 4 discos enteros, 2 EPs y 4 o 5 sencillos. En estos momentos se trabaja en paralelo en los materiales de al menos 4 agrupaciones más.
¿Después de grabar brindan alguna estrategia de promoción de los materiales?
Este es un punto muy delicado porque es donde más pantanoso es el terreno, ya que todo debe ser construido casi desde cero. Digamos que tenemos una banda fresca, con talento y que ambos queremos trabajar juntos. La banda pasa a ser del “catálogo” del Sello y a partir de entonces ambos tratamos de lograr resultados. Lo primero es comprender que el disco de 12 temas –entendido como un producto que no se cierra hasta que está completo, de carácter hermético, etcétera– ha muerto. O al menos ha quedado más que nunca como la última fase de distribución y promoción de un material musical.
Antes se deben producir sencillos y EPs con los que se puedan filmar audiovisuales, ya sean clips, sesiones en vivo, videoarte, etcétera. Los sencillos y los EPs de 4 o 5 temas consumen menos recursos, tanto económicos como humanos, y funcionan para “probar el mercado” e ir teniendo feedback. Para producir un disco entero es bueno tener ya intereses asegurados: productores, eventos o público que rápidamente hagan caminar la obra. BandEra está construyendo un sitio web que permitirá acceder a todo el material que se produce en el estudio, a perfiles de los artistas y las bandas, a los materiales de sus canales en redes sociales (YouTube, Instagram, Facebook…). Además permitirá escuchar la música en streaming o descargarse el álbum y gestionar eventos y presentaciones. El propio estudio es un lugar para la filmación de sesiones Live que permitan crear un flujo de presentaciones regulares.
Estamos preparando una revista, de la cual ya lanzamos un primer número piloto, para promocionar a los artistas del catálogo, recuperar la historia del Rock en Cuba y anunciar eventos y espacios afines. Aún no damos ningún paso en ese sentido, pero algo obligatorio una vez que tengamos un grupo de artistas amplio y variado es organizar un primer evento, un festival con “nuestros” artistas y otros invitados.
¿Han realizado algún tipo de alianza con las disqueras más establecidas?
Les hemos presentado el proyecto a todas y hemos obtenido respuestas positivas. Les parece una buena iniciativa. Pero no ha habido vínculo concreto con ninguna. Se les enseñó el material producido el año pasado esperando algún interés global, pero no lo hubo. Solo se pronunciaron para licenciar algún álbum aislado que finalmente preferimos licenciar por otro camino y con empresas fuera de la Isla.
Ya que no hay práctica de establecer alianzas con sellos Indie, requiere mucha voluntad por parte de los directivos. Veremos si en el futuro, en la medida en que se expanda el trabajo de BandEra, surgen otros intereses. Por lo pronto seguiremos trabajando y presentándoles aquello que hagamos.
Nos encantaría lograr un mecanismo para tirar nuestros discos (físicamente hablando) y las disqueras ya lo tienen engrasado, así que una alianza en este sentido nos sería muy provechosa. Incluso investigar con ellas si aún hay maneras de tirar discos de vinilo, un formato que está reviviendo en el mundo.
Otro posible punto de colaboración sería la búsqueda de talentos. Las disqueras oficiales están tan establecidas y son tan pocas que no necesitan –o al menos eso creen– buscar nuevos talentos. Se ha perdido la práctica de salir a escuchar nuevas agrupaciones o artistas, no tienen equipos a la caza en lugares remotos, casas de cultura, peñas, etcétera. Sencillamente esperan a que les presenten proyectos y cada año seleccionan aquellos que van a apoyar. Esa práctica, sumada al estado de inmovilismo de algunos géneros, no permite que lleguen propuestas experimentales y riesgosas a las disqueras; a veces ni los mismos artistas creen que van a ser seleccionados.
BandEra tiene una convocatoria abierta todo el año para materiales nuevos y riesgosos, además saldremos a buscar fuera de la capital, yendo personalmente a los posibles espacios donde encontrar estos artistas y agrupaciones hasta que se vuelva una práctica regular. Pudiéramos funcionar como un posible “primer filtro” para estas disqueras y correr riesgos que ellas ya no están dispuestas a correr.
¿Es legal abrir un estudio de grabación en Cuba?
Queda un una “zona oscura” de la legalidad, porque, sencillamente no está regulado. No hay nada que lo prohíba, pero nada que lo regule. Tienes un grupo de licencias que teóricamente juntas te engloban la labor de un estudio, de un sello. Puedes adquirir la de operador de audio, la de fotógrafo y la de vendedor de discos. Con esas tres juntas funcionando puedes, en teoría, producir y grabar a alguien, diseñarle la imagen y comercializar los discos. Todo es muy ambiguo.
Por lo pronto BandEra no tiene problemas de este tipo ya que el capital inicial surge completamente de los que lo hemos echado a andar y no se recuperará en buen tiempo, puesto que aún no vendemos nada y no nos interesa particularmente, al menos ahora, cobrar por los servicios de utilización del estudio (alquiler de estudio).
En mi caso, por ejemplo, la formación procede del mundo del cine y el audiovisual. Soy licenciadode la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación del Instituto Superior de Arte, en la especialidad de Dirección de fotografía, y con mi trabajo en ese campo sostengo mi parte.
¿Cuándo nació la idea de crear BandEra?
Como estudio, ya hace 3 años que Miguel Comas (guitarrista y director de Sweet Lizzy Project) y Wilfredo Gatell (guitarrista y director musical de Miel con Limón) estaban produciendo, con ínfimas condiciones desde un apartamento de microbrigada en Nuevo Vedado. De ese lugar salieron dos álbumes que ganaron Mejor álbum de Rock y de Pop 2015 y ese el antecedente del Proyecto.
Yo soy el “outsider”, porque no vengo de la música, pero somos amigos de la infancia y melómanos por enfermedad. Nace como una necesidad y no como un negocio, aunque necesita a largo plazo funcionar como negocio para ser autosostenido.
Pretende, aprovechando los talentos conjuntos de sus múltiples integrantes y colaboradores (periodistas, diseñadores, realizadores, fotógrafos, músicos, productores), abarcar desde la producción musical (composición, arreglo, producción, grabación, mezcla y masterización), el diseño de imagen (audioviusual, clips, live, foto fija, diseño de discos, de cartel), el manejo web, la comunicación, hasta las presentaciones en vivo. La revista ha sido muy complicada ya que es un capital drenando sin entrada de ningún tipo, tuvimos un primer número piloto y aunque como piloto estuvo bien, le faltó dimensión, contenido nacional y exploración.
La versión de Sweet Lizzy Project de “Súbeme la radio” ha tenido gran respaldo entre el público ¿Es el primer video de BandEra?
En realidad el primer video de BandEra lo hicimos el año pasado. El tema se llama “Who am I”, y la agrupación era The Outsiders. Fue un clip muy simple hecho con amigos y ganó mejor edición y mejor video pop-rock en Lucas. Este nuevo clip, “Turn up the radio” fue un experimento interesante. Fue muy divertido hacerlo y el tema es ultra pegajoso, de ahí que esté funcionando con el público. Sweet Lizzy Project es una de las agrupaciones “de puntería” del estudio y creo que con el talento que poseen y trabajo constante, pueden ser imprescindibles en el panorama musical cubano actual y muy representativos de este nuevo movimiento.
¿Como ves el futuro de BandEra?
A largo plazo queremos lograr que el sello tenga su propio sonido y represente a una generación. Que la era de las Bandas sea cierta y nosotros seamos el epicentro de un movimiento de músicos y público. Ser el estudio de referencia en Cuba en un grupo de géneros. Tener un gran evento de música que permita a nuestras agrupaciones interactuar con artistas de todo el mundo y a un público que lo disfrute y defienda. ¡Hacer mucho y buen rock and roll!
Que Mick Jagger tenía una deuda que saldar con miles de cubanos? Es difícil tomar en serio a este señor periodista tras esa primera línea.
Al finnnnn c….!!!, una luz muy lejana al final del túnel.
Sin dudas una idea genial, que por supuesto le dará mucha salud al Rock Cubano, mucha suerte a estos muchachos por haber logrado esa misión, Saludos a los chicos de Miel con Limón y Sweet Lizzy Proyect