Hasta septiembre de 2011, cuando entraron en vigor el Decreto No. 292 del Consejo de Ministros y otras resoluciones ministeriales complementarias, los cubanos solo podían comprar o vender automóviles fabricados antes del Triunfo de la Revolución, o sea, antes de 1959, muchos de ellos modelos estadounidense, conocidos popularmente como ‘almendrones’.
Como parte de la actualización del modelo económico del país, las nuevas disposiciones autorizaron la transmisión de la propiedad de vehículos de motor a través de la compra, venta o donación entre ciudadanos residentes en la Isla. Esto responde a uno de los viejos reclamos de la población cubana.
El decreto, sin embargo, no satisfizo a todos. Si bien se permitió la compraventa de vehículos entre personas naturales, el comercio minorista de los mismos, regulado por parte del Estado, quedó limitado a un grupo de personas determinado según sus “categorías ocupacionales”, tal como refiere el documento.
De este modo, una parte de la población cubana quedó excluida del acceso al mercado minorista de autos −dígase, principalmente, carros relativamente modernos y de uso−, que si bien no funciona con precios subsidiados, estos al menos son ‘razonables’.
Con ello, se fue gestando un mercado paralelo entre particulares, con precios al margen de disposiciones estatales, en un ambiente propicio para la especulación, el enriquecimiento ilícito y la corrupción.
El porqué de las limitaciones iniciales nunca se supo. No fue aclarado o comentado. Muchas personas, en ejercicio deductivo, se refrieron, sobre todo, a la poca disponibilidad de autos o a problemas viales. Otros justificaron la existencia del mercado cautivo en la necesidad de otorgar algunos estímulos a un determinado sector de la población. En cualquier caso, no existe certeza alguna sobre cuáles fueron las causas.
Debieron transcurrir más de dos años para que se modificaran dichas medidas. En un artículo publicado en Granma, el 19 de diciembre del 2013, fueron anunciados los principales cambios y las razones de ellos.
En el texto, resumiendo los elementos principales, se anuncia la apertura de la venta minorista de vehículos de motor a personas naturales, con precios semejantes a los que se reconocen en el mercado entre particulares. Con el ingreso recaudado, expresa el material, se creará un fondo destinado especialmente al desarrollo del transporte público en todo el país.
Por otra parte, se dejaron sin efecto las cartas de autorizo emitidas por el Ministro de Transporte que solo significarán, para aquellos que ya las poseen, una prioridad a la hora de realizar la compra. Las causas argumentadas para estos cambios fueron, textualmente, las siguientes:
“La baja disponibilidad de autos, la restricción de esta facilidad a un reducido grupo de categorías ocupacionales seleccionadas y la existencia de otro mercado que vende a precios varias veces mayores que los de la empresa comercializadora establecida, generaron inconformidad, insatisfacción y, en no pocos casos, condujeron a que este mecanismo, además de burocrático, se convirtiera en una fuente de especulación y enriquecimiento.”
Finalmente, el 31 de diciembre de 2013 fue publicado el Decreto No. 320 del Consejo de Ministro, acompañado de las resoluciones complementarias de los ministerios de Transporte y de Economía y Finanzas, mediante el cual se establecieron las nuevas regulaciones para la transmisión de la propiedad de vehículos de motor.
Sin embargo, en este proceso hay muchas interioridades sin abordar. ¿Qué sucedía bajo las anteriores normativas? ¿Cuáles son las particularidades y precios del mercado entre personas naturales? ¿Qué deparan las nuevas regulaciones?
Decreto No. 292: venta de carros y cartas de autorizo
El Decreto No. 292 del Consejo de Ministros, publicado el 27 de septiembre de 2011 en la Gaceta Oficial No.31 de la República de Cuba, junto a sus resoluciones acompañantes, permitió y reguló la compraventa de vehículos de motor entre cubanos y extranjeros residentes permanentes o temporales en la Isla, así como el mecanismo para acceder a la venta minorista de vehículos de motor por parte del Estado.
Los procedimientos para la compraventa entre particulares eran relativamente sencillos y prácticos. Estos pactaban los precios. Por cada operación se cobraban los impuestos correspondientes. Para ello se establecieron valores mínimos referenciales, según la marca y el año de fabricación del vehículo. Justamente estos son los precios que suelen declararse en cada operación legal; sin embargo, es conocido que en la transacción entre particulares se manejan valores muy superiores, eludiéndose así el pago del valor real de los impuestos.
Más allá del problema impositivo, el mercado automovilístico entre particulares funcionó relativamente normal, no ocurriendo así con el sector minorista.
Según la regulación, el acceso al mercado minorista estaba limitado a un grupo de personas de determinadas categorías ocupacionales, básicamente: profesores, científicos, personal de salud, artistas, escritores, deportistas, tabaqueros, pescadores, marineros, técnicos que laboraban en el exterior u otros que pudieran justificar ingresos en moneda libremente convertible.
Por alguna razón desconocida aún, fueron excluidos de esta categoría quienes cumplían misión en el extranjero a través del Programa Integral de Salud o aquellos que trabajaban en Venezuela, Bolivia, Nicaragua o Ecuador. Al ser trabajadores que aportan una considerable cantidad de ingresos al Estado, llama la atención que se les negara esta posibilidad.
No obstante, pertenecer a una de las categorías ocupacionales privilegiadas no garantizaba posibilidad de obtener un auto. Para ello, se debía realizar un conjunto de trámites que, generalmente, terminaban en un carta de autorizo del Ministro de Transporte, que colocaba al individuo a las puertas del ansiado vehículo.
El procedimiento burocrático en cuestión involucraba al jefe del centro laboral, un representante del ministerio en cuestión, el Ministerio de Transporte, una certificación de los ingresos obtenidos por el individuo en un máximo de hasta siete años y un estado de cuentas emitido por un banco nacional que avalara la disponibilidad del monto necesario para la compra. Así, meses después, y si no existían inconvenientes, se obtenía la famosa carta, donde se especificaba el monto máximo que el individuo podía destinar a la compra de un vehículo. El mismo nunca sería inferior a los 4 000 CUC ni superior a la mitad de los ingresos certificados.
Carta en mano, y con un tiempo de dos años para hacerla efectiva, quedaba esperar para poder efectuar la compra. En ello incidían la numeración consecutiva del autorizo y la disponibilidad de los vehículos. De este modo, una persona podía esperar más de un año para poder adquirir un auto, generalmente de uso y con precios que podían oscilar entre 1 900 y 10 000 CUC o más según el modelo del vehículo y su estado.
Sin embargo, estos valores, establecidos en un mercado cautivo y con baja disponibilidad, no tenían incidencia alguna en los precios manejados por las transacciones entre particulares, siendo estos últimos muy superiores.
Bajo estas características ocurrió lo previsible. Si bien hubo muchas personas que compraron su carrito, algunas decidieron vender su carta. Otras compraron su auto en el mercado minorista y luego lo vendieron a un precio muy superior. Con el dinero, por ejemplo, podían comprar un vehículo de menos prestaciones o más antiguo, reparar su casa o comprar otra, e invertir en un negocio particular. También hubo muchas más que quedaron esperando para poder hacer efectivo el autorizo de compra.
Las situaciones antes descritas fueron propiciadas por unas regulaciones viciadas y restrictivas, que favorecieron a la diferenciación entre los precios regulados por el sistema estatal de compraventa y las operaciones paralelas entre individuos.
El mercado de vehículos entre particulares
Las interioridades de las operaciones de compraventas entre particulares constituyen uno de los factores determinantes en el comportamiento del mercado automovilístico de la Isla. Estas, influenciadas por diversos elementos, no tienen referentes oficiales. El mejor modo de acceder a ellas es a través de los mercados informales cuyas mejores vitrinas, hoy día, son los sitios de clasificados en Internet como Revolico, Porlalivre o Cubísima, por solo citar algunos.
En estos espacios se publican cotidianamente anuncios de venta de automóviles donde se suelen especificar cuestiones tales como el precio y el modelo. Analizar estos anuncios nos hablaría en voz alta sobre este mercado y los precios que se manejan en el mismo y que, a su vez, hoy constituyen referencias para las recién nacidas regulaciones.
Para ello fueron analizados 3 705 anuncios del sitio Porlalivre, publicados fundamentalmente entre el 5 de septiembre y el 20 de diciembre de 2013. A partir de esta muestra se obtuvieron algunos indicios.
En Cuba, el precio medio de un vehículo, tomando como referente estadístico la mediana, ronda los 14 000 CUC. Ladas, Chevrolets y Fiats son los autos más comunes vendidos a este precio, todos modelos de varios años o décadas de antigüedad. El modelo de auto más barato encontrado fue un Fiat Polski a 3 500 y el de mayor precio, un Ferrari a 200 000 CUC.
En los anuncios se pueden encontrar autos desde 1914 o 1929, hasta modelos del 2013. Sin embargo, destacan en número las ofertas de autos fabricados en la década del ’50, años de entrada al país de la mayoría de las marcas y modelos de los hoy llamados ‘almendrones’, nuestros taxis del día a día. También abundan los anuncios de ventas de autos de los ’80, época de influencia soviética, así como de vehículos de fabricación más reciente, desde finales de los ‘90 hasta el 2010, quizás aquellos provenientes del mercado minorista.
A nivel de precios destaca que, para marcas similares, el valor de un vehículo de diésel es generalmente superior al de uno de gasolina. De igual modo ocurre con los modelos mecánicos, los cuales son mejor valorados que sus pares automáticos.
Las marcas más ofertadas suelen ser, por orden, Lada, Chevrolet, Fiat, Ford, Peugeot, Daewoo, Hyundai, Kia y Toyota, aunque también hay anuncios de venta de más de 40 marcas diferentes.
Otra cuestión notable son los rangos de precio en los que se mueven las marcas y modelos. Así a 10 000 CUC o menos son vendidos, fundamentalmente, Lada, Chevrolet (modelos antiguos), Fiat Polski, Ford (modelos antiguos) y Moskvitch. Entre 10 000 y 20 000 se mantienen Lada, Chevrolet y Ford, mientras que aparecen modelos antiguos de Fiat y los Daewoo Tico.
Entre 20 000 y 40 000 no hay apenas incidencias de modelos de la época soviética aunque podemos encontrar alguna que otra oferta de Chevrolet. En este rango las marcas y modelos que más se anuncian son principalmente aquellas que se vendían con mayor frecuencia en las ventas minoristas del Estado.
Superior a los 40 000, y en volumen mucho menor, se venden autos de una gama superior, o en mejor estado, incluso alguno puede ser considerado como de ‘lujo’: Mercedes Benz, Audi, BMW. Muchos de ellos también vendidos en el mercado minorista, pero con mucha menor frecuencia y a precios más elevados.
Con todos estos indicios nadie dudaría en argumentar que estamos en presencia de un mercado totalmente surrealista: carros con décadas de antigüedad y disímiles modificaciones ofertados a precios similares a los de autos modernos, vehículos de uso vendidos por el valor de los nuevos.
La nuevas regulaciones
El artículo en Granma, previo a las modificaciones, refirió cuestiones interesantes y también suscitó algunas preocupaciones.
Esta resolución creó incertidumbre en aquellos que, ahorrando parte de sus ingresos obtenidos en misiones, contratos y otras actividades profesionales, que además, obedecen a la política internacionalista de nuestro gobierno, ya poseían su carta de autorizo. ¿Qué significaba para estos que ese instrumento legal, la carta, dejara de ser efectivo de golpe y porrazo y se convirtiera en apenas una prioridad?
Inquietaba, por otra parte, que los nuevos precios serían aquellos reconocidos en el mercado entre particulares, pues de ocurrir así, el Estado nuevamente se negaba, a partir de una política de precios coherente, a incidir en los surreales valores del mercado automovilístico en Cuba.
La respuesta llegó con el Decreto No. 320 y sus correspondientes resoluciones. Y no pudo ser peor.
Si bien se autorizó la venta liberada de autos y se oficializó la creación del Fondo para el Desarrollo del Transporte Público, en las nuevas regulaciones, en apenas dos disposiciones especiales, se dejaron sin efectos las autorizaciones emitidas por el Ministro de Transporte para la compra de vehículos y las ya existentes se transformaron en una prioridad para la adquisición de vehículos a los precios que se establezcan.
De esta forma, un grupo de personas importantes para el desarrollo económico, cultural y social del país, luego de meses de trámites y de espera pasó de poseer una autorización legal para adquirir un auto a tener un mero autógrafo del Ministro de Transporte, pues no vale la ‘prioridad’ cuando se tiene que pagar un precio mucho mayor que el certificado en la carta, o sea, la mitad de los ingresos personales en, a lo sumo, siete años como máximo.
En cuanto a los precios, la resolución 543/2013 del Ministerio de Finanzas y Precios, establece las políticas para la formación de precios minoristas tanto para vehículos nuevos, como de uso.
En el caso de los primeros se establece un índice de 8 sobre el costo en tienda, sin incluir el arancel, lo cual significa un aumento cuatro veces o más de los valores anteriores, en comparación con la regulación anterior cuyo índice era de 2 para autos y motos y de 1.5 para otros vehículos.
En el caso de los carros de uso, el sector más importante en las ventas minoristas anteriores por sus precios medianamente asequibles, la regulación anterior establecía un índice de 2 sobre el valor no depreciado del vehículo, a lo que se adicionaban los gastos hasta situarlo en el área de venta. Para los nuevos precios se aplicará un índice de 15 sobre el costo total en tienda. Estamos hablando de un aumento de 7.5 veces.
Mientras tanto, los precios mínimos referenciales que se establecen para aplicar los impuestos de la transacción, según la clase y edad de los vehículos, fueron aumentados 5 veces.
Entonces, bajo estas políticas de precios podremos encontrar lo mismo un Peugeot Expert nuevo del 2013 en 212 940 CUC o un Hyundai Accent de uso del 2007 en 35 000 CUC, valores, en muchos casos, superiores a los que se manejaban en el mercado entre particulares antes de las nuevas disposiciones.
Total desacierto
Algo en apariencia tan sencillo como adquirir o vender vehículos en Cuba, increíblemente, sigue siendo noticia. Primero fue por su prohibición y luego por unas regulaciones limitadas que permitieron las ventas entre particulares, pero restringieron el mercado minorista a unos pocos. Y ahora, por unas regulaciones que pudieron ser una excelente alternativa y que resultaron, a partir de su política de precios, una muestra total de desacierto.
Muchos tuvimos la esperanza de una solución inteligente y mediada. Pero apenas quedó en esperanza. Los hechos fueron bien diferentes.
Cuesta creer que no se pueda hallar una alternativa para que parte de aquellos que trabajan por el desarrollo del país tengan la posibilidad acceder, a partir de las autorizaciones ya emitidas y justificadas, y de ingresos certificados, a la compra de un vehículo a un precio justo sobre lo previamente establecido. ¿Qué confianza podrán tener respecto a nuevas decisiones estas personas que no aspiraban a lucrar sino a una mejora de sus condiciones de vida?
¿Cómo se puede entender que, luego de dos decretos, el Gobierno renuncie de hecho a incidir en los precios de un mercado absolutamente desproporcionado? ¿Cómo se puede asimilar que se apruebe una normativa donde se fijan precios de escándalo superiores incluso a los ya existentes en el mercado entre particulares y varias veces superiores a los que se manejan en el mercado mundial? Simplemente no se puede entender. Tanta incoherencia no es entendible.
Sigue quedando salir a la calle y moverse en el depauperado transporte público o gastar una parte del salario del mes en un taxi. Un taxi que probablemente sea un lada o un almendrón, de los cuales se pensó que sus precios podrían caer en picada y ahora quizás terminen valiendo más. Queda seguir andando en esta Isla que se empeñan en hacer, cada vez más, surrealista.
Buenisimoooo
POR SI TE SIRVE PARA ALGO:
ARTÍCULO 2.- FINANZAS Y PRECIOS RESOLUCIÓN No. 543/2013
Las entidades comercializado-ras para la formación de precio de venta minorista en pesos convertibles (CUC) de los vehículos de motor y sus partes, piezas y accesorios nuevos aplican:
a) Para los vehículos de motor, un índice de 8.0 sobre el costo en tienda, sin incluir el arancel, adicionando a este resultado el importe del arancel.
Se entiende como costo en tienda al costo de adquisición del vehículo o pieza más los gastos hasta situarlos en el área de venta.
Hasta aquí Interpreto lo siguiente:
O sea al precio CIF Habana se le agrega el costo de ponerlo en la tienda Xt, a ese valor multiplicado por 8 se le suma el costo en tienda 8,800.
Si el carro cuesta 1000 usd puesto en el Puerto Habana, entonces esto significa que en tienda va costando 1.1(suponiendo 100 cuc ponerlo en la tienda) y eso hay que multiplicarlo por 8, va costando 8,800 más el costo en tienda que se adiciona.
Además hay que sumarle el arancel, he revisado en el sitio de la AGR pero no logro encontrar cuanto es, o sea hay que sumarle X agr.
Según el artículo 2 el carro, que al estado le cuesta 1000 Usd, al cliente le costará 8,800+X agr+la multa al CUC (no lo dice la Res 543 pero son vicios ocultos)+costo en tienda
Esto por supuesto se refiere solo a los nuevos.
El costo al estado no se sabe, hay que trabajar con las referencias internacionales que en Cuba no son válidas.
Asi por ejemplo si un Peugeot Expert Tepee, cuesta en Moscú (una de las ciudades mas caro del mundo) 27,242.42 y supongamos que puesto en La Habana cueste 20,000, entonces el costo al cliente final sería:
160,000+X agr+ multa usd+arancel+20100(costo en tienda)= 212,240 CUC, que es lo que cuesta ese modelo según la lista oficial.
Hasta ahora el análisis más serio que he encontrado en los sitios cubanos, aunque al final deja un sabor de pesimismo.
Realmente es lo que está pasando en la calle, por los comentarios que veo en Cuba Debate, que por cierto no ha hecho ningún comentario fuera de la defensa de la posición oficial
siempre leo los articulos de oncuba porque creo que hacen analisis serio con respecto a la realidad de la isla y sin miedo por sus criticas,con respecto al articulo de los carros te faltó poner que ha pesar que habian categorias ocupacionales las cuales eran a las que se le otorgaban las cartas y que a otros por ejemplo medicos que cumplieron misiones en venezuela,bolivia,ecuador no se les tenia en cuenta,como era posible que las categorias que estaban autorizadas se les daban hasta mas de una carta(esos eran los que en muchas ocaciones vendian su segunda carta o compraban un carro nuevo y el viejo lo vendian)¿como podia ser posible esto en un país que siempre en su politica se habla de igualdad del hombre por el hombre?,¿o es que acaso el gobierno o las autoridades correspondientes no sabian lo que estaba pasando? cuando eso medicos que estaban de mision en venezuela,bolivia,haití,ecuador aportan gran cantidad de divisas al país ,deberias comentar cuanto estos paises le pagan al gobierno cubano por cada medico y con cuanto es que se queda ese medico al final de la misión,pasando trabajo en un país que al final es un extranjero,en ocaciones enfermandose y lejos de su familia y que cdo llega a cuba no le permitian comprar su carro y a otro grupo dandole la posibilida en mas de una ocasión la compra de los autos,acaso esa fué la igualdad que nos enseñaron de pequeño en las escuelas,también te falto poner que si eras el afortunado en obtener esa carta y esperar por todos esos procesos tan largos,muchas veces tenias que pagarle para que te separaran el carro que deseabas porque dentro de esos lugares hay una gran mafia,por lo demas creo que el articulo fué bueno.
Todos esos precios que se ven en la segunda imagen en gris.Donde dice “Vehiculos nuevos”,son ridículos.
Hay que ser estúpido para pagar por un Peugeot,el precio de un Ferrari.Así de sencillo.
POR FAVOR, QUIERO CONOCER LAS NOTICIAS, PREFERIBLEMENTE EN VIDEOS, CUANDO POR LAS CALLES DE NUESTRA CUBITA, ESTEN RODANDO LOS AUTOS NUEVOS PUESTOS A LA VENTA. ESPERO QUE SEAN MUCHOSSSS.
Me ha parecido excelente!! Gracias
Estimado Luis, me parece genial tu análisis, solo me gustaría adicional la aclaración que el arancel de aduana para los casos de los automóviles es del 100% el valor del mismo. Te pongo un ejemplo real de hace al menos unos 3 años. El costo de los Citroen Berlingo(auto muy comercializado en Cuba) que era ofrecido por la parte extranjera a Cuba en condición CIF, era aproximadamente de EUR 9,000.00 dado que se compraban un grupo importante de unidades anuales, esto a una tasa de cambio en CUC de 1.2, resultaría en 10,800, Al aplicarle el arancel del 100% se disparaba a CUC 21,600, más los costos de ponerlos en la agencia, mantenimiento de los mismos y la utilidad de la empresa cubana que los comercializaba se montaba en cerca de 26,000.00 CUC.
Ojo, si ahora estamos hablando de un 800%!!! pues entendemos porque los valores llegan a más de 100,000.00 en muchos tipos de marcas de las más económicas.En un simple análisis vemos que casi el 80% del costo del vehículo es ganancia para las partes participantes en la operación. Insisto, en muchas de las marcas comercializadas, al ser europeas y asiáticas la incidencias del cacareado bloqueo es bien baja, por lo cual salvo el alza en el costo el flete, lo demás tiene un comportamiento bastante estable.
En fin, reitero que la persona que determinó esos precios lo que desea es que el transporte público se mantenga en las condiciones actuales y por tanto no le interesa vender casi ningún carro y recaudar por tanto financiamiento,o peor aún, se trata de una excelente operación de lavado que más temprano que tarde saldrá a la luz como siempre.
No encuentro más ninguna lógica!!!!
Saludos…
Datos interesantísimos. No creo que haya una solución simple para este problema en Cuba ahora mismo.
Quisiera saber la opinión de la gente de la generación de mi mamá, por ejemplo, que en el 59 le dijeron que ahora en el 2014 después de mucho confiar en la Revolución, podría comprarse un auto, con el ahorro de 170 años de salario.
Sin dudas ofensivo. No obstante, como siempre decimos los cubanos, lo importante es tener el debate, que tampoco va a durar mucho pues poco saben de Audis, Toyotas y BMWs el que poco tiene que comer y está ahorrando para rentar un cocotaxi para los quince de la hija o levantándose 3 horas antes para llegar a su trabajo usando el transporte público.
Estoy seguro que alguno ya se ha vendido!
Pero de qué se asombran?
Si en Cuba hace años que el pueblo compra la botella de aceite a
2,40 cuc. Estoy seguro que los precios de los carros se mantendrán y muchos serán vendido….
muy buen articulo,verdaderamente lo que nos estan haciendo a los cubanos es una falta de respeto,muy decepcionado y si alguna vez tuve esperanza de que este pais en el 2014 podria mejorar la he perdido.
Pero debemos tomar en cuenta que la venta entre particulares, ningun auto era O KM, ya tenia algo de uso.
Si, en las ventas entre particulares todos los carros eran de uso… PERO: esos precios estaban así, por no tener competencia, porque en Cuba nadie mas vendía carros, pero ahora será peor, porque los precios de estos que venden ahora, son precios absurdos, y lo que harán será elevar aún mas los que ponen los particulares…A mí realmente ni me importa, porque no tengo dinero ni para una chivichana cuarteada, pero igual le zumba el mango…. Cuba está muy loca…
Dejame adivinar: Tu tenias carta para comprar y te quedaste enganchado! Cuando dices “Sigue quedando salir a la calle y moverse en el depauperado transporte público o gastar una parte del salario del mes en un taxi.” creo que podrias decir que siempre queda que no te paguen como a un esclavo y puedas honradamente comprar lo que tu salario te permita…
Es una pena que sigamos confiando a esta alturas en medidas verdaderamente constructivas y revolucionarias, el concepto ese de cambiar todo lo que debe ser cambiado es puro papel, esto es algo igual a viajar o a poder ir a un hotel.
¿Alguien me dice que cubano medio, el obrero, el que hace la cola diaria para el pan, puede invertir en esto?
RESPUESTA:
Ninguno, le dijeron a mi abuelo que trabajara duro para que sus hijos vieran el futuro, no se el ustedes, el mio por parte de padre se unió al ejercito rebelde y hasta lisiado quedó. Y mi papá entonces fue buldozero 43 años, y le dijeron lo mismo, que trabajar duro, para sus hijos, y ahora tiene 70 años y la jubilación es de 270 CUP, y ahi los veo, a mi abuelo con 84 y a el con sus 70, mi abuelo ni chequera del ejercito rbelede tiene porque se quiso licenciar joven y pasar a trabajar de civil y el convenio fue no pagarle chequera, ¿que les parece?.
Asi que yo tambien he trabajado ya 19 años y no tengo ni bici, y la casa la hice inventando mil cosas, pero no me voy a creer el mismo cuento, dejo todo en poco tiempo y que trabaje para el estado otro imbecil o quizas otro dormido, yo DECIDO dejar de ser marioneta.
Realmente muy bueno el articulo y vale la pena mencionar los miles de médicos y trabajadores de la salud que en todos estos años han cumplido misiones en el exterior y nunca fueron considerados con posibilidad para obtener un carro, pues sencillamente algunos decidían que país si y cuál no otorgaba esta posibilidad, en mi caso soy médico con 3 misiones anteriores y a lo menos que pude aspirar fue a un Almendrón del año 52, actualmente estoy en Brasil una misión que está a por tanto mucho a la economía del país y ni vendiendo el Almendrón podría accede a la compra de un carro nuevo, en el articulo anterior tampoco se hace referencia a que los precios de la venta entre particulares en cuba no se comportaba en todas las provincias de la misma forma, si solo vieron los precios que se manejaron en la Habana se podría explicar el porque de tan abultadas cifras, solo nos queda seguir soñando en nuestra cuba socialista.