El número de personas que pidieron asistencia pública por desempleo en Estados Unidos aumentó a 1,1 millones, pese a que la cifra había disminuido las dos semanas previas, indicio de que la crisis del coronavirus sigue eliminando empleos en el país.
Las cifras más recientes apuntan a que, cinco meses después del estallido de la pandemia, la economía estadounidense continúa sufriendo a pesar de la reapertura de algunos negocios y el repunte de algunos sectores, como vivienda y manufactura. Muchas de las personas que han perdido sus empleos opinan que ello es permanente.
El número total de personas que están recibiendo prestaciones por desempleo bajó la semana pasada, de 15,5 millones a 14,8 millones, informó el jueves el gobierno estadounidense, pero la ayuda que están recibiendo es mucho menor que antes debido a que caducó la entrega excepcional de 600 dólares semanales adicionales, por lo que los desempleados tienen que subsistir con los montos suministrados por su gobierno estatal, que son mucho menores. Para muchas personas la pérdida del subsidio federal ha agravado las penurias, e incluso les ha aumentado el riesgo de ser expulsados de sus viviendas por falta de pago.
El presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que otorga 300 dólares semanales por la vía federal, provenientes de un fondo para desastres. Veinticinco estados han indicado que solicitarán esa asistencia, aunque para ello tendrán que renovar sus sistemas computarizados. Otros estados todavía lo están sopesando y dos de ellos ya han dicho que no lo pedirán.
Algunos estados son renuentes a reestructurar sus sistemas computarizados porque esperan que el Congreso aprobará un nuevo paquete de ayuda con un mayor monto para los desocupados.
En los estados que han aceptado los 300 dólares, el gobierno estima que en promedio tardará tres semanas hasta que el dinero llegue a los desempleados. Además, al menos inicialmente, ese beneficio estará vigente sólo por tres semanas. Incluso si se otorga más dinero, según analistas el monto bastará apenas para cubrir cinco o seis semanas.
La masiva eliminación de empleos ocurre en medio de una modesta recuperación en medio de la recesión y los graves efectos económicos de la pandemia. Se han recuperado la construcción y la venta de viviendas, así como la venta de vehículos, pero los gastos en viajes, entretenimiento y otros servicios siguen anémicos y los pequeños negocios tienen problemas fuertes para sobrevivir. La tasa nacional de desempleo sigue elevada, en un 10,2%.