El rapero puertorriqueño Residente, ex integrante del dúo Calle 13, estrenó este jueves su nuevo clip “René”, en el que expone su lado más íntimo y vulnerable.
El tema, escrito durante un período de depresión, revela ansiedad, duelo, agotamiento y soledad, en lugar de su habitual tono irreverente, mordaz y crítico. El músico dijo que será parte de su segundo disco en solitario, cuyo título y fecha de lanzamiento se anunciarán próximamente.
En el video clip, dirigido por él mismo, menciona problemas como su divorcio y la muerte de su mejor amigo a manos de la policía, su veto de cuatro años en Puerto Rico tras insultar públicamente al entonces gobernador Luis Fortuño, y las angustias personales aparejadas a la fama.
“Cuando caigo en depresión, mis problemas se los cuento a la ventana del avión. El estrés me tiene enfermo, hace 10 años que no duermo… Estoy triste y me río. El concierto está lleno, pero yo estoy vacío”, rapea Residente, cuyo verdadero nombre es René Pérez.
El clip, de más de siete minutos, también reconoce los esfuerzos de su madre y su padrastro por sacarlos adelante a él y sus tres hermanos, y con una añoranza conmovedora repite que quiere “llamar al 755-0822”, el número telefónico de la casa en la que creció, “a ver quién contesta”.
En una entrevista con The Associated Press, Residente contó que se encontraba en México para dar un concierto hace poco más de dos años y que, mientras miles de personas lo esperaban en un estadio, él estaba en su cuarto de hotel sintiéndose tan mal que temía “hacer una estupidez”.
“Mira, yo nunca he tenido un sentimiento así dramático, pero yo me acuerdo que ese día yo estaba en el hotel en el piso 25, y yo me quería tirar del balcón”, confesó.
“No quería salir a tocar, no quería estar ahí. Me llamaron para que fuera y yo no quería. Me estaba sintiendo muy raro, tuve que llamar a mi mamá. Le estaba diciendo ‘no quiero estar aquí, no quiero estar aquí’. Me despegaba el teléfono porque empecé a llorar. Y yo nunca lloro. Me estaba dando algo raro que nunca me había pasado y tenía miedo”.
La voz de su madre –que puede escucharse al principio de la canción– logró calmarlo, al igual que el apoyo de su equipo de gira “que es familia”. Y, pese a su estado emocional, Residente logró salir y dar el concierto. Un amigo de la universidad que casualmente se encontraba en México se quedó con él en el cuarto para que no pasara solo la noche, narró el ganador de más de una veintena de Latin Grammys y cuatro Grammys.
Al día siguiente nació “René”. Entonces no pensó apoyar una causa contra los estigmas en torno a la salud mental; sólo quería desahogarse y encontrar su propia sanación como mejor sabía: a través de la palabra.
“Me ayudó escribirla”, dice Residente. “Ahora estoy bien”.
También decidió entonces que necesitaba un respiro y que no saldría de gira por un tiempo. El año pasado sólo tuvo dos presentaciones, incluyendo la de diciembre en el Zócalo de la capital mexicana como parte de un festival.
Residente asegura que vio a una psicóloga que lo ayudó en muchos momentos, pero cuando pasó por el episodio de depresión no la estaba viendo, “estaba solo y estaba de verdad desconectado”, dijo.
Sobre el tema admite que “quizás este no es el mejor mensaje, pero yo siempre he pensado que yo puedo bregar el problema yo mismo”.
“En mi casa tengo muchos hermanos y a cada uno yo lo veo como un psicólogo”, agregó entre risas. “Pero sí hace falta uno que sea bueno que tú le puedas contar todo”.
Residente dejó en claro que él es “un tipo feliz” que proviene de una familia muy unida. Simplemente cree que llegó a un punto en el que no podía contener cosas que se había guardado a lo largo de su vida.
“Era algo tan de adentro que yo no registraba y no podía sacarlo para afuera, no se me notaba. Pero no es que era infeliz… Imagínate, en el mundo hay tanta gente que sufre y yo siempre tenía esa mentalidad de que no me puedo quejar, mira las cosas que tengo buenas. Pero sí parece que había muchas cosas que me habían dolido, la muerte de mi mejor amigo, cosas que yo no lloré nunca que explotaron a la misma vez”.
También confesó haberse afectado por el hecho de que su trabajo, con sus constantes viajes y actuaciones, no le permitía pasar más tiempo con su hijo Milo, que ahora tiene 5 años.
Milo aparece al final del video recibiendo a su padre con una sonrisa y un abrazo esperanzador en el home plate de un campo de beisbol. El clip, tan emotivo como la canción, fue rodado la primera semana de febrero en Puerto Rico y sigue a Residente interpretando el tema sin dejar de mirar a la cámara, mientras recorre las bases del campo con una botella de licor. Intercala imágenes de escenas familiares o de allegados, así como de su pueblo natal, Trujillo Alto, y de una infancia feliz.
“Lo complejo del video era yo estar concentrado para poder rapear lo que estoy rapeando con el sentimiento que se necesitaba porque yo no soy actor… Y lo tuve que hacer muchas veces porque estoy dirigiendo a la vez”, dijo Residente, quien después de algunas cervezas logró olvidar al equipo de producción y ofreció su interpretación más honesta. “Ese fue el ‘take’ que está ahí”.
AP / OnCuba