El presidente ruso Vladimir Putin le subió la parada a su homólogo estadounidense, Joe Biden, al arrestar a Evan Gershkovich, el corresponsal del diario The Wall Street Journal en Moscú, y acusarlo de espionaje. “Fue atrapado con las manos en la masa”, dijo la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova.
Varios observadores han señalado que el arresto efectuado en Ekaterinburg, la cuarta mayor ciudad rusa, en la región de los Urales, fue anunciado sin muchos detalles. Pero ha cambiado el escenario entre los dos países porque desde la defunción de la Unión Soviética Moscú no ha acusado a ningún periodista de espionaje, aunque ha espiado a algunos. Además, el arresto ocurre en pleno conflicto por la invasión de Ucrania. Gershkovich es uno de los pocos periodistas estadounidenses que quedan en Rusia.
Este viernes Biden instó a Rusia a liberar al reportero.
“Déjenlo ir”, dijo Biden a los periodistas cuando se le preguntó sobre su mensaje a Rusia sobre el arresto de Gershkovich. El día anterior la Casa Blanca precisó que estaba trabajando para asegurar el acceso consular a Gershkovich.
Y cuando este viernes se le preguntó a Biden si expulsaría a diplomáticos o periodistas rusos en Estados Unidos, dijo: “no es el plan en este momento”.
Karine Jean-Pierre, secretaria de prensa de la Casa Blanca, calificó de “inaceptable” el ataque a ciudadanos estadounidenses en Rusia y dijo que el gobierno condena la detención de Gershkovich “en los términos más enérgicos”.
De hecho, el Departamento de Estado ha emitido una advertencia de no viajar a Rusia y de abandonarla de inmediato a los estadounidenses que se encuentran en el país.
En Moscú Dmitri Muratov, editor en jefe del periódico Novaya Gazeta y coganador del Premio Nobel de la Paz de 2021, dijo que “Gershkovich no era un agente que usaba su acreditación profesional y periodística como tapadera para el espionaje”.
Hablando de manera más general sobre la represión del Kremlin al periodismo independiente, que se ha intensificado desde que Rusia invadió Ucrania, Muratov especificó que “es una tendencia: tratar de atribuir el espionaje y la traición a la gente a cada paso, para mostrar que la profesión de periodista es un profesión enemiga del país, de los periodistas rusos y de otros países”.