El gobierno venezolano anunció el miércoles que no asistirá a las conversaciones de esta semana en Barbados en protesta por las amplias sanciones que le impuso Estados Unidos, lo cual deja nuevamente en el aire la posibilidad de una salida negociada a la crisis en Venezuela.
A pocas horas de iniciarse una nueva ronda de negociaciones con la oposición, el gobierno indicó en un comunicado que su delegación no asistirá a los encuentros del 8 y 9 de agosto para continuar las conversaciones en el marco de la iniciativa promovida por Oslo desde mayo con el objetivo de lograr una salida pacífica al estancamiento entre el gobierno y la oposición.
Asimismo, Caracas indicó que se “dispone a revisar los mecanismos de ese proceso” para asegurar que su continuación sea realmente “efectiva” y “armónica” con los intereses del país.
En el escrito se señala que el presidente Nicolás Maduro tomó la decisión “en razón de la grave y brutal agresión perpetrada de manera continua y artera por parte de la administración Trump contra Venezuela”.
Dos días antes, el presidente Donald Trump acordó nuevas sanciones que implican la congelación de todos los activos del gobierno venezolano en Estados Unidos y permiten al Departamento del Tesoro sancionar a cualquier persona, empresa o entidad que ayude a la administración de Maduro.
En una llamada telefónica a un programa de la televisora estatal que dirige Diosdado Cabello, jefe de la oficialista Asamblea Nacional Constituyente, el mandatario afirmó que Estados Unidos “se volvió loco y metió una puñalada trapera al alma de Venezuela, a la vida económica de Venezuela”.
Maduro sostuvo que su gobierno tiene “fórmulas” para hacer frente a la “agresión” de Washington, que aseguró se dio en respuesta a la crisis en Estados Unidos tras dos masacres ocurridas el fin de semana en dos ciudades estadounidenses.
El gobernante dijo, en alusión a la oposición, que algunos salieron a aplaudir las sanciones, e indicó que en esas condiciones no habrá diálogo.
“Tomé la decisión de parar todo”, acotó.
El gobierno acordó activar una “contraofensiva” desde la Constituyente y el resto de los poderes para “hacer justicia frente a los vende patria y los traidores a la patria”, anunció Maduro. Asimismo, el mandatario dijo que el 10 de agosto se realizará una protesta mundial en rechazo a las sanciones.
“¿Quieren batalla? Vamos a la batalla pues. Estamos listos”, agregó.
Por su parte, el jefe de la delegación opositora y vicepresidente de la Asamblea Nacional, Stalin González, indicó que la oposición seguirá trabajando “en todos los tableros” para buscar el fin de la crisis y rescatar la democracia a través de elecciones.
González informó en su cuenta de Twitter que la delegación opositora ya está en Barbados “para buscar un acuerdo que ponga fin al sufrimiento de los venezolanos”.
“Llevan días diciendo que creen en la paz y en el mecanismo de Oslo, y a las primeras de cambio le temen a la posibilidad de un verdadero cambio político”, sostuvo el congresista opositor al referirse al gobierno.
Las autoridades venezolanas afirmaron la víspera que con las amplias sanciones Washington buscaba dinamitar el mecanismo de Oslo, pero habían descartado que fuesen a retirarse de las negociaciones.
El gobierno y la oposición habían retomado las conversaciones en Barbados a principios de julio tras varias semanas de suspensión.