La belleza no entiende de estereotipos y etiquetas, modas e imposiciones culturales. Va mucho más allá de un canon, de un color, de una imagen, de un físico único y sesgado. Hay un mercado estético que impone sobre las mujeres un patrón de belleza dominante, que las presiona apenas dejan de ser niñas (e incluso antes).
Lo bombardean los comerciales y Hollywood; la homogenizan las revistas y las grandes pasarelas de la moda, cuando hay millones de mujeres en todo el mundo, diferentes entre sí y bellas en esa diversidad. En los últimos años, visiones alternativas del tema se posicionan cada vez más.
Celebrar la hermosura poderosa y diversa es el propósito del proyecto habanero Reinas voluminosas afrodescendientes. Sus integrantes rompen el estereotipo de la belleza canónica y comercial, para expresar su estilo único y personal a través del modelaje.
No son chicas delgadas y glamorosas color de nieve, sino cubanas del día a día, reinas cotidianas de piel oscura y libras bien llevadas con orgullo y elegancia. Son mujeres con un intenso quehacer personal y profesional que han encontrado en el modelaje una liberadora forma de realización.
Las reinas voluminosas afrodescendientes de La Habana no se esconden en complejos y temores. Hacen de su naturalidad su fortaleza y confirman que la hermosura no es un cliché ni tampoco solo la imagen externa. Su belleza mayor es ser como son y mostrarlo con seguridad y alegría.
Con apenas dos meses de creado, este proyecto se ha lanzado al ruedo con la autoafirmación como estandarte. Su propio nombre juega con su voluminosidad, pero no solo la de sus cuerpos, sino también la de sus responsabilidades y labores diarias y también la de su fuerza y sus sueños.
Hace unos días, estas singulares modelos tuvieron su primer desfile en la Casa de Artistas y Creadores de Centro Habana. Allí mostraron al público y al mundo su auténtica belleza, con una sonrisa radiante y con vestimentas y conjuntos de su propio estilo y armario.
El desfile se dividió en cuatro líneas —elegante, casual, playero y romántico— y fue también una celebración anticipada por el día de las madres, un festejo doble a sí mismas. Como testimonio de este debut y también como felicitación a todas las madres cubanas, quedan entonces las fotos de nuestro corresponsal Otmaro Rodríguez.