A pie por el Vedado

Para quienes viven en él, recorrerlo a cualquier hora es parte intrínseca de su cotidianidad. Para los visitantes, caminarlo tampoco resulta muchas veces una cuestión de ocio.

Personas caminan en la esquina de 23 y 12, en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.

Personas caminan en la esquina de 23 y 12, en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.

El Vedado es uno de los barrios más caminables de La Habana. Aunque ya no exhiba su antiguo esplendor, sigue siendo una de las zonas más acogedoras y transitadas de la ciudad.

Sus largas calles y avenidas, sus anchas aceras, sus cuadras arboladas —a pesar de las talas desafortunadas— y sus numerosos parques, hacen de esta zona una invitación a la caminata. Aun cuando muchos la recorran día tras día la recorran a pie no precisamente por pasear.

Un hombre camina por la calle 23 del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Un hombre camina por la calle 23. Foto: Otmaro Rodríguez.

Para quienes viven en El Vedado, recorrer sus calles a cualquier hora, incluso bajo el sol más inclemente, es parte intrínseca de la cotidianidad, de la “lucha” diaria en medio de crisis y carencias.

Para los que no residen allí, transitarlo muchas veces tampoco resulta cuestión de ocio. Hacer algún trámite, trabajar, comprar, ir a alguno de sus hospitales, y hasta extraer dinero de un cajero automático, llevan a habitantes de otros municipios a transitar la zona diariamente, bajo los crónicos problemas del transporte estatal y los precios impagables del privado. 

Personas caminan y hacen cola en los alrededores de un banco y cajeros automáticos en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Clientes en los alrededores del Banco Metropolitano de 23 y J. Foto: Otmaro Rodríguez.

El Vedado está considerado el corazón de La Habana moderna. Junto a sus edificios de apartamentos y sus otrora opulentas mansiones —no pocas venidas a menos o convertidas en cuarterías—, sobresalen sitios y edificaciones icónicas de la capital y de toda Cuba.

La célebre heladería Coppelia, el Focsa, el Hotel Nacional y el Habana Libre, el cine Yara y el Riviera, así como teatros, bares y restaurantes, componen un emblemático repertorio de lugares que distinguen La Habana dentro y fuera de la isla. Todos ellos, y otros más, forman parte de la memoria afectiva de infinidad de cubanos, dondequiera que estén.

Personas caminan por los alrededores del Coppelia y la calle 23, en el Vedado. Detrás, el Hotel Habana Libre. Foto: Otmaro Rodríguez.
Alrededores del Coppelia y la calle 23, en el Vedado. Al fondo, el Hotel Habana Libre. Foto: Otmaro Rodríguez.

Aun con su historia y antigua elegancia, El Vedado —como muchas de sus construcciones y espacios públicos— ha sufrido los golpes del tiempo y de las crisis, de la indolencia y la falta de miras. No obstante, sigue abierto a todos los caminantes que deseen recorrerlo.

Así lo hizo por estos días nuestro fotorreportero Otmaro Rodríguez. Cámara en mano, anduvo a pie el barrio habanero, no buscando sus lugares icónicos, sino su vida: el paso de la gente, el devenir cotidiano. Así nos lo presenta este domingo, como el sempiterno caminante de La Habana que él mismo es.

Caminantes y vehículos en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Caminantes y vehículos en 23 y M. Foto: Otmaro Rodríguez.
Personas caminan en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Viandantes en El Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Personas caminan y hacen cola en una Cadeca en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Cola en una Cadeca en El Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Personas caminan y descansan en un parque del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Descanso a la sombra en un parque del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Parque del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Parque de El Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Ciclista en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Ciclista. Foto: Otmaro Rodríguez.
Trabajadores en la calle 23 del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Trabajadores en la avenida 23, esquina a 12. Foto: Otmaro Rodríguez.
Personas hacen cola para comprar helado en las afueras del Coppelia, en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Cola para comprar helado en las afueras del Coppelia. Foto: Otmaro Rodríguez.
Personas descansan en una cuadra del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez
Descanso a la sombra en una cuadra del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Puesto de venta de flores en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Puesto de venta de flores. Foto: Otmaro Rodríguez.
Una joven frente a una puesto de venta particular en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Una joven frente a una puesto de venta particular en El Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Personas caminan por los alrededores de la conocida cafetería La Pelota, en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Transeúntes caminan por los alrededores de la conocida cafetería La Pelota, 23 y 12, El Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Entrada del Cementerio de Colón, en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Entrada del Cementerio de Colón. Foto: Otmaro Rodríguez.
Personas caminan y suben a una guagua en la calle 23 del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Pasajeros y transeúntes. Parada de 23 y A, Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Dos personas conversan en el Vedado, cerca de una acumulación de basura. Foto: Otmaro Rodríguez.
Conversación cerca del basurero. Foto: Otmaro Rodríguez.
Acumulación de basura en las cercanías del hotel Torre K, en el Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Basurero en las cercanías del hotel Torre K, Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Vista del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
E y 23. Foto: Otmaro Rodríguez.
Vista del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.
Vista del Vedado. Foto: Otmaro Rodríguez.

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