El Mar Muerto, el lugar más bajo de nuestro planeta, está desapareciendo. No es un secreto. El nivel del agua disminuye aproximadamente un metro por año. La sobreexplotación por parte de la industria es una de las principales causas que provocan este desastre ambiental.
Pero el arte puede salvarlo. Al menos eso creen los miembros de la organización israelí Artists 4 Israel (A4I), que han convocado a artistas urbanos de varios países para pintar murales que ayuden a crear conciencia sobra la importancia de salvar el Mar Muerto, un lugar único en el planeta.
Bajo un sol que quema la piel y con un calor insoportable, a más de 400 metros bajo el nivel del mar, en Kalia Beach, trabajan desde hace días artistas de Argentina, Paraguay, México, Puerto Rico, Grecia, Portugal, Sudáfrica, España y Estados Unidos. Su objetivo es convertir en arte las maltrechas paredes de viejos cuarteles militares jordanos, abandonados tras la Guerra de los 6 días, en 1967, en la que Israel ocupó ese territorio.
“Con estilos muy diferentes, este grupo de creadores representan lo más moderno y nuevo del arte callejero”, explica Craig Dershowitz, fundador de A4I, que ha convocado a esta tropa para conmemorar el Día de la Tierra pintando unos pocos de los más de 50 edificios que se mantienen en pie en esta antigua base militar de Jordania.
Sin camisa, hiperactivo y con la piel tostada, el estadounidense de origen mexicano James Haunt realiza un mural inspirado en los Rollos del Mar Muerto, “historias como de ciencia ficción”, que hacen que su obra tenga una estética de comic futurista.
Estos artistas trabajan desde el amanecer y hasta el ocaso. Ante las altas temperaturas algunos van bastante despelotados, mientras que otros optan por la técnica árabe de protegerse lo más posible del sol. Al mediodía se detiene el trabajo, es imposible estar a la intemperie. Es momento de sombra, bebida, conversación o una buena siesta. También la oportunidad de escaparse a flotar en las aguas súper saladas del Mar Muerto.
El olor a pintura se impone en el aire mientras el griego Kleomenis pinta un paisaje de la zona con cabras en primer plano; el español Iker Muro y el mexicano Teddy Kelly crean obras geométricas; el boricua Celso corta pacientemente pedazos de loza para construir un maravilloso antílope y el paraguayo Oz Montania plasma en una pared colores que representan la reducción del Mar Muerto en los últimos años.
El argentino Cobre pinta y baila, spray en mano, y en una pausa cuenta que su obra es de “mucha naturaleza, flora y fauna. Como traer un poco de color al lugar y concienciar sobre la importancia de conservar los hábitats”.
“La idea es que en el futuro próximo estos antiguos barracones jordanos se conviertan en el mayor proyecto de arte urbano del Medio Oriente. Una galería a cielo abierto desde la que llamar la atención sobre la importancia de salvar el Mar Muerto”, concluye Dershowitz.