Los días de frío son todo un acontecimiento en Cuba. No es para menos: hablamos de un país donde el invierno como estación pareciera no figurar. Tanto así que no hay más acertado slogan turístico que defina al país que ese de “Cuba, eterno verano”.
Pero, este 2022 el parte del tiempo ha tenido varios frentes fríos como protagonistas de muchas de sus emisiones. Y el solo anuncio de un evento meteorológico de estas características es suficiente para que cubanas y cubanos estemos listos para gritar esa expresión, popular y criolla, que refiere que hace mucho, pero mucho frío: “¡chifla el mono!”.
Mas, a juzgar por días pasados el mono, más que chiflar, parece haber dado tremenda tángana. Vaya que el mono “dio el berro”, como dicen en la calle, porque en varias partes del occidente del país la temperatura osciló nada menos que entre 14 y 18 grados Celsius.
Los que de seguro temblaron fueron los lugareños del poblado de Bainoa y sus alrededores, en la provincia de Mayabeque. En la estación meteorológica de ese lugar, llegó a registrarse en una madrugada 2,8 grados Celsius.
Lo surrealista del frío en Cuba es que trae aparejada una especie de moda muy particular. Es una tendencia única del vestir, que sale a relucir cuando anuncian por el noticiero una baja de las temperaturas. Entonces ahí, sin esperar a que el aire frío se meta por debajo del aire caliente y provoque inestabilidad en la atmósfera, o sea: sin esperar que baje la temperatura, salimos disparados a desempolvar las dos o tres piezas de ropa invernal guardadas en el fondo del escaparate.
De este modo nos tiramos encima lo que aparezca y salimos orgullosos a desafiar al día gris, ufanos con tremendos abrigos, gorros, bufandas y hasta guantes propios de esquiar.
Ese es el preciso instante donde se ve en la calle el grito de la moda invernal cubana, “La moda cubana de cuando chifla el mono”.
Por lo menos han descubierto que protegerse la cabeza es importante,el cerebro consume la mayor parte del calor del cuerpo.