Se afirma que la Rambla de Montevideo, en Uruguay, es la más extensa del mundo, con sus 22 kilómetros de longitud. Cada tramo de la avenida costera y paseo peatonal son versos que relatan la vida de una ciudad vibrante y serena, en la que el río y la urbe se funden en un eterno abrazo.
“Aquellas tardes con la radio en la rambla / aquellos días con Marindia en el sol. / Tengo un puñado de recuerdos de arena / entre los dedos con la arena vas vos”, escribió el uruguayo Fernando Cabrera en el tema “Por ejemplo”. Y sí, recorrer la Rambla es palpitar al ritmo lento de Montevideo.
A cualquier hora del día y en cualquier época del año se atraviesa un mosaico de historias: picnics familiares en la arena, sesiones de yoga a cielo abierto, artistas callejeros que agregan color y música al paisaje urbano, amigos que comparten risas y mates, parejas de la mano y solitarios que buscan paz en el horizonte.
Su construcción se completó después de varias etapas, a lo largo de los primeros cincuenta años del siglo XX; si bien desde la segunda mitad del XIX hay documentos y planos de lo que sería una vía costanera, obra postergada por razones económicas.
Los proyectos originales concebían la Rambla como un paseo arbolado en el que los ciudadanos pudieran contemplar el río, visión que, con el tiempo, se materializó en una de las obras más emblemáticas de Montevideo.
La Rambla atraviesa los barrios “de negros, de carnaval, de gente humilde, solidaria y fraterna”, cantaba Alfredo Zitarrosa, y también los más modernos y residenciales, como Carrasco, con la playa más extensa de la ciudad.
Un símbolo de la zona es el “faro” del barrio Sur, también conocido como la chimenea o torre de la Rambla Sur, puesto que no es realmente un faro. En el pasado, la estructura funcionaba como respiradero de esa zona residual, una especie de chimenea para los gases cloacales.
Otro ícono es la Escollera, prolongación de la calle Sarandí que se origina en la Puerta de la Ciudadela; se adentra varios metros en el mar: paisaje característico de Montevideo. Cerca está el barrio de Guruyú, donde en tiempos coloniales se llevaban a cabo las primeras celebraciones de los africanos esclavizados.
En 2010 una parte de la Rambla fue declarada Monumento Histórico Nacional, reconocimiento a su valor arquitectónico y cultural. La sección se extiende desde la Escollera Sarandí hasta el Arroyo Carrasco. El tramo es la suma de sectores que no surgieron como parte de un proyecto unitario; primero está la Rambla del Parque Urbano, construida en 1906, seguida por la Rambla de los Pocitos.
La Rambla de Montevideo es, además, un tesoro natural. Su geografía única está conformada por bahías naturales, penínsulas, puntas rocosas y playas. El acceso libre a toda la costa es un rasgo distintivo y un valor arraigado en la cultura uruguaya. Se puede recorrer la Rambla sin encontrar obstáculo alguno.
Al caminar por sus playas se disfruta de la arena fina y el agua apacible del río. Hay más de 20 playas; 13 de ellas urbanas. Llama la atención la limpieza, algo que la distingue de su vecina Buenos Aires.
La Rambla es escenario de eventos de todo tipo, desde conciertos y festivales hasta manifestaciones. En febrero nunca falta el Teatro de Verano Ramón Collazo, el mayor centro de espectáculos al aire libre de la capital uruguaya, situado en las Canteras del Parque Rodó, donde se celebra también el carnaval de mayor duración del mundo (aproximadamente 40 días).
La Rambla de Montevideo concentra la identidad de la ciudad y de su gente. Ha sido escenario de la alegría y la tristeza de los montevideanos, el lugar en el que han celebrado sus victorias y llorado sus derrotas.