Para Violeta y Moni, perreras del alma.
Hay una vieja canción infantil, muy popular, que de seguro han tarareado:
Cuando salí de La Habana
de nadie me despedí.
Solo de un perrito chino
que venía tras de mí.
Como el perrito era muy listo
un señor me lo compró
por un poco de dinero
y unas botas de charol.
Las botas se me rompieron.
El dinero se acabó.
¡Ay! perrito de mi vida
¡Ay! perrito de mi amor.
En Cuba solemos decirle “perro chino” a la raza canina desprovista casi por completo de pelo. Tienen una altura entre 40 y 80 centímetros y un peso entre 10 a 25 kilogramos. Son de contextura musculosa, con una cabeza larga y delgada, orejas grandes y erectas, y una cola larga y delgada. Es una de las razas de perros más inteligentes y afectuosas.
El detalle es que no son precisamente de origen chino. Los perros más famosos con esas características son de una raza milenaria llamada Xoloitzcuintle, originaria de México.
Su historia se remonta a la época precolombina, cuando estos animales eran altamente valorados por antiguas culturas mexicanas como los olmecas, toltecas, aztecas y mayas. Se cree que los Xoloitzcuintles eran criados originalmente con fines rituales y medicinales; que tenían poderes curativos.
Según la leyenda, los Xoloitzcuintles fueron creados por los dioses a partir de su propia sangre y aliento para servir a los seres humanos y protegerlos de los peligros del inframundo. Se decía que eran capaces de guiar las almas de los difuntos.
La palabra “Xoloitzcuintli” es un término náhuatl. También puede ser escrita como “Xoloitzcuintle”, en castellano. Se compone de varias partes: “Xolotl” se refiere al dios azteca de la vida y la muerte, y “itzcuintli” significa perro en náhuatl. En conjunto, “perro de Xolotl”.
Son disímiles sus representaciones en esculturas y pinturas aztecas. Por ello también se les conoce como “Perro Azteca”.
“Los investigadores creen que los ancestros del xoloitzcuintle (o xolo, para abreviar), una de las razas de perro más antiguas de las Américas, acompañaron a los primeros emigrantes de Asia y evolucionaron hasta convertirse en la raza que vemos hoy hace al menos 3 500 años. La falta de pelo del xolo (a excepción de uno o dos mechones en la cabeza o en la cola) es el resultado de una mutación genética que también es responsable de la falta de premolares del perro. Este rasgo dental distintivo hace que sea relativamente fácil identificar los restos de xolos en contextos arqueológicos”, refiere un artículo de la revista National Geographic.
La historia del animal ha hecho que hasta hoy día forme parte importante de la cultura mexicana. La raza ha sido protegida y el Gobierno, en 2016, la declaró patrimonio cultural de la nación. Además, son conocidas las imágenes de un ícono como Frida Kahlo con su “señor Xolótl”, a quien también pintó.
Perú también tiene su raza canina milenaria, lampiña y considerada Patrimonio Cultural de la Nación. Se trata del “Perro Sin Pelo del Perú”.
Para los incas estos animales también estaban presentes en los rituales mágicos.
Hay otro perro en suramérica similar en sus características físicas al pelón mexicano y al sin pelo del Perú. Es el “pila argentino”. Es una raza poco conocida que se encuentra al noroeste de Argentina, en la provincia de Chaco.
A pesar del asombroso parecido entre ellos, el Xoloitzcuintles, el perro sin pelo del Perú y el pila argentino están consideradas razas distintas, separadas geográfica y culturalmente.
La ausencia de pelo en estos animales se debe a una mutación genética natural, seleccionada por los seres humanos a lo largo de miles de años de crianza selectiva.
Aunque muchos perros sin pelo son propensos a problemas de piel y otras enfermedades, los de estas razas son muy saludables. Tienen una vida larga en comparación con otros canes. La falta de pelo los hace adecuados para climas cálidos y tropicales, ya que no sufren de sobrecalentamiento como los perros con pelaje completo.
Uno de los mitos más conocidos de estos caninos es que son las mascotas perfectas para personas asmáticas. No hay evidencia científica que sugiera que sea así. Sin embargo, estudios sugieren que las personas con alergias al pelo de los animales o padecimientos respiratorios pueden convivir mejor con los perros sin pelo o poco pelo, como el Xoloitzcuintle.
En Cuba es común ver ejemplares del perro azteca por todo el país. Es lógico, debido a la proximidad geográfica con México. Es más, hay un grupo de Facebook llamado “Xoloitzcuintle Cubano, el Perro Chino”, cuyos miembros comparten fotos de sus mascotas, difunden información sobre la historia y el cuidado de estas razas y convocan periódicamente a eventos de exhibición. También existe “El Club Cubano de Perros Desnudos”, surgido en los 90.
¿Por qué en Cuba a los perros que carecen de pelo les dicen chinos? Mi teoría al respecto: podría ser por el parecido con el perro “crestado chino”, raza también despojada de pelaje, muy popular durante siglos en el gigante asiático. Un detalle: el can presume de muchos pelos en su cabeza. Por eso le dan el apellido de “crestado”. Pero, sobre todo, para un cubano es más sencillo pronunciar “perro chino” que “Xoloitzcuintle”; y también nos quedaríamos sin el patrimonio de aquella famosa cancioncita.
Son perros muy sin pelos y muy callosos y muiy depelados y muy sin ropas y muy sin calor y muy sin pelos en la lengua.