Una partida de ajedrez en plena calle, una llamada de teléfono que suena entre el gentío, un viaje en tren de vuelta a casa. Vidas cotidianas de personas comunes en Cuba y en los Estados Unidos. Imágenes como espejos, que descubren lo que nos une a pesar de las diferencias de cultura o de idioma. Espejos, además, para mirarnos a nosotros mismos y replantearnos cuánto hemos asimilado durante décadas lo que hay en “la otra orilla”.
Cuando uno se aleja de casa a conocer otras latitudes, lleva en sí la inquietud de comprender lo que pasa frente a nuestros ojos. Son dos los presupuestos básicos para conseguirlo: el asombro ante la diferencia y el exotismo de lo que rebasa nuestra capacidad de entendimiento, o por el contrario, la búsqueda de las semejanzas con el mundo propio. El proyecto fotográfico Common Places | Lugares comunes (Cuba-EUA / 2014-2016) toma como punto de partida la segunda propuesta.
Comenzó antes del 17 D, antes del viaje del presidente Obama, antes de la victoria electoral de Donald Trump. Con esos eventos, o sin ellos, hubiera existido de igual forma, en tanto nace de un humanismo que intenta trascender las diferencias exacerbadas durante décadas desde ambos lados del Estrecho de la Florida.
En un momento donde cada pueblo tiene la oportunidad de reencontrarse con el otro, Common Places | Lugares comunes plantea un mundo sin más medida de “arriba” o de “abajo” que la altura del horizonte mismo. Sin más “izquierdas” o “derechas” que las que contribuyan al justo balance. Sin otra jerarquía que las proporciones para lograr el equilibrio. Sin otra medida que la estatura promedio de millones de mujeres y de hombres que, más allá de la cultura, el idioma o el clima, comparten el mismo sol y el mismo aire. Personas comunes que, más allá de cuanto les trasciende, amanecen cada mañana con el empeño de colocar el pan sobre la mesa y procurar un mejor futuro a sus hijos.
Grande Kako!
Kako!. el articulo y las fotos estan geniales.. felicitaciones mi hermano..