La carpeta nombrada Novelas, del Paquete Audiovisual, que se actualiza semanalmente y circula en Cuba de manera cada vez más visible, es terreno fecundo para la competencia entre producciones brasileñas y turcas, aunque también figuren, ocasionalmente, mexicanas, indias, peruanas, chilenas y argentinas. Y aunque las turcas registraron la emergencia más notable, en fechas recientes los brasileños están recuperando la atención a partir de varios títulos ampliamente recomendables.
Por hacer una selección con lo más contemporáneo que están “empaquetando”, sin contar la retransmisión de títulos más antiguos, casi clásicos, como Por amor, Lazos de familia e Insensato corazón, hay un cuarteto brasileño muy atractivo y más contemporáneo: Más allá del tiempo, Dulce ambición, Sed de vivir y Reglas del juego, que pueden deleitar a los incontables cubanos amantes de las telenovelas, un género que padece el menosprecio de algunos intelectuales apocalípticos por pura ignorancia o elitismo mal asumido.
Más allá del tiempo
En primer lugar, el Paquete en versión Odisea, incluye también Más allá del tiempo, a pesar de que está saliendo dos noches a la semana por la televisión cubana, y allí puede ser vista gratuitamente por todos los cubanos. De lento transcurrir, y grandilocuente reconstrucción de época, Más allá del tiempo más que una telenovela son dos en una, con una primera parte más apegada a la línea del melodrama con ciertas anotaciones históricas, y una historia de amor que vence los obstáculos clasistas.
La pareja romántica protagónica se rompe debido a los prejuicios sociales en el siglo XIX, pero la guionista Elizabeth Jhin (asistida por un equipo de seis relatores que la ayudaron a conformar la historia) decide regalarles a sus personajes principales una segunda oportunidad 150 años después, en otra vida, o encarnación. Eso ocurrirá en la segunda parte, de modo que sería incorrecto juzgar una novela larguísima que contiene dos estándares narrativos bastantes disímiles.
En ambos segmentos de Más allá del tiempo se conserva, por supuesto, la inocencia y pureza sentimental de los protagonistas Livia y Felipe, interpretados por Alinne Moraes y Rafael Cardoso, pero también se sostiene la maldad sibilina de la oponente Melissa, interpretada al borde de la histeria y la sobreactuación por la bellísima Paolla Oliveira.
Dulce ambición
Precisamente Paolla Oliveira interpreta uno de los papeles principales de Dulce ambición, una de las estrellas telenoveleras del Paquete Audiovisual. Paolla, mucho más comedida y dueña de sus recursos interpreta a Vivi Guedes, una deslumbrante modelo o influencer, que es hija adoptiva de una familia acomodada, pero en realidad es una de los dos hermanas extraviadas desde muy pequeñas a causa de que la violencia las dejó huérfanas.
Estrenada el año pasado con el nombre de A Dona do Pedaco, en referencia a la protagonista, la tía de la mencionada Vivi Guedes, una mujer llamada María de la Paz que siempre buscó a sus sobrinas extraviadas, porque ella también fue víctima de la violencia, huyó a la ciudad, y allí triunfó como repostera haciendo pasteles con recetas tradicionales.
La créditos de Dulce ambición ruedan escoltados sobre música muy contagiosa, junto con primerísimos planos de cremas de chocolate, almíbares, gelatinas y frutas, como aprovechando visualmente el auge mundial de los programas de cocina, estilo Masterchef y similares. Así, la ruralidad brasileña se enfoca desde dos puntos de vista: uno negativo, pues de allí procede la violencia y las venganzas atávicas, y otro positivo, en tanto también en el campo se generaron las mejores tradiciones de la repostería brasileña, como el pastel de canela que llega a ser la marca de identificación de la protagonista y su negocio.
También producida por TV Globo, creada y escrita por Walcyr Carrasco, Dulce ambición mantiene el tono festivo, que combina el melodrama con la caricatura del género, y además sostiene el vínculo del escritor con algunos intérpretes reiterados en las novelas que él escribe, como Paolla Oliveira, Caio Castro y Malvino Salvador (que figuraban en papeles importantes en la anterior Rastros de mentiras, también escrita por Carrasco).
El reconocido guionista le había entregado, en 2012, un papel consagratorio a Juliana Paes con Gabriela, que se inspiraba en la novela de Jorge Amado Gabriela, clavo y canela. Allí, la Paes derrochó carisma y sensualidad en el papel de una mestiza simple y alegre, que procede del interior bahiano. El guionista vuelve a confiar en Juliana Paes, para interpretar el protagónico de Dulce ambición, una mestiza deslumbrante, también procedente del interior, que llega a triunfar en el ciudad, en el ámbito de la confitería.
Con una hija que deviene su peor enemiga, el papel de María de la Paz, que interpreta con exactitud Juliana Paes, está cortado sobre el melodramático molde asentado por Joan Crawford (El suplicio de una madre) y Regina Duarte (Vale Todo), pero evidentemente le confirieron algunos toques de comedia caricaturesca a una nueva rica mal educada, ordinaria y pomposa, pero con una gracia natural, un corazón de oro y un desinterés que le garantizan el cariño de los espectadores.
Sed de vivir
Llamada originalmente Bon sucesso, en alusión al barrio carioca donde ocurre la mayor parte de la acción, y a los éxitos editoriales que se mencionan constantemente en la trama, Sed de vivir fue estrenada el año pasado por la Rede Globo, y se transformó en un éxito total de teleaudiencia para la franja de las siete.
En el protagónico se desempeña, como pez en el agua, el célebre Antonio Fagundes (Vale todo, El rey del ganado, Por amor) en el papel de un patriarca autoritario y cascarrabias, aquejado de una enfermedad mortal. Él construyó la grandeza de la editora Prado Monteiro, que está al borde de la quiebra por el empeño en publicar solo textos literarios, académicos y clásicos de altísima calidad, sin hacer concesiones al gusto masivo.
Por otro lado fluye una historia de corte Cenicienta, en tanto la protagonista es la costurera Paloma, madre soltera de tres hijos, abandonada por el padre de la mayor y viuda de su segundo matrimonio. Para que se intersecten las dos tramas, Paloma termina siendo acompañante de Alberto Prado Monteiro, hasta que la costurera y el otrora magnate establecen una preciosa amistad, edificada sobre la afición de ambos por los libros y la lectura, y verificada sobre el deseo de compartir el deseo de vivir intensamente, de recrearse en las cosas buenas de la existencia.
A pesar de que la modelo, devenida primera actriz, Grazi Massafera dista físicamente de la apariencia que esperaríamos en una madre carioca de tres hijos, humilde, de barrio pobre, trabajadora y de mediana edad, el espectador asume rápidamente la convención y termina adorando a esta mujer desinteresada y simpática, cuyo sueño mayor consiste en desfilar bailando samba en la escuela de samba de su barriol.
Entre las virtudes a tener en cuenta, además de las apuntadas, se cuenta la agradable naturalidad con que se aborda la unión interracial (antes de encontrar al Príncipe Azul Paloma fue pareja de un deportista negro, asumido con impresionante naturalidad por David Junior) y además son memorables los diálogos salpicados de oportunas citas a clásicos de la literatura brasileña e internacional, amén de la conveniente formación de valores en el espectador más joven, respecto a la necesidad de afincarse en auténticos baluartes culturales y éticos.
Reglas del juego
De las tres recomendaciones de esta semana, la más arriesgada, polémica y ambiciosa es Reglas del juego, también conocida como El juego del pecado, estrenada en 2016, y mucho más cercana al thriller y al cine criminal que al melodrama. Fue escrita por Joao Emanuel Carneiro, el autor al menos de tres títulos devenidos clásicos del dramatizado televisivo brasileño: Avenida Brasil, El color del pecado y La Favorita
Al igual que en títulos anteriores de Carneiro, en Reglas del juego están constantemente colisionando los buenos, nobles y desinteresados (pareja joven integrada por Caua Reymond y Vanessa Giácomo, y pareja mayor que interpretan los consagrados Tony Ramos y Cassia Kis) con los malvados, hipócritas y ambiciosos, como la pareja de villanos que asumen Giovanna Antonelli y Alexandre Nero (este último capaz de desplegar, en cada capítulo, un histrionismo desaforado, impactante).
Además del estelarísimo elenco, donde también brillan estrellas invitadas en papeles secundarios como las míticas Susana Vieira y Renata Sorrah, Reglas del juego se ambienta, con un realismo muy solvente, en barrios pobres. Se emplean todo el tiempo con escenarios ambientados en 360 grados, con pequeñas cámaras escondidas en el set, de modo que ni siquiera lo actores sabían qué cámara los estaba tomando en cada momento, y así la telenovela adquiere el estilo visual de un reality show.
A todo esta voluntad realista, se suma el fuerte dejo antiprogresista que la trama rezuma en cuanto al diseño del personaje de Alexandre Nero, quien encarna a Rómulo Romero, un ex consejal que es visto por los medios, y por mucha gente, como un héroe del pueblo debido a su proyectos sociales. Es el líder de una fundación para rehabilitar ex convictos, pero detrás de su retórica populista se esconden las ambiciones personales y la acciones criminales de una facción mafiosa, integrada por ladrones y asesinos.
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Joel del Río es periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como periodista en el ICAIC y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba, en San Antonio de los Baños, donde también ejerce como profesor de los talleres de géneros cinematográficos e Historia del Cine Latinoamericano.
Yo no creo en esa estadística. Cómo saber que se consume más allá del barrio donde uno vive? Es muy arriesgado asegurar ese dato. Gracias.
Perdone doctor Joel, no era usted el que dijo que avenida era fatigosa. Cómo se hecho lo es y no fue en Cuba dónde recibió el mayor número de críticas negativas, clásico: solo en su tierta.