A través de los discos, la radio, la televisión, las descargas de internet y los videoclips, los músicos cubanos volvieron a demostrar que ocupan la proa de la cultura nacional, aunque debe recordarse el apoyo de los creadores audiovisuales para conferirle imágenes tangibles a los mejores temas musicales del año pasado.
En este artículo quisimos concentrarnos, precisamente, en la excelente articulación entre los mejores videoclips, elegidos recientemente para los Premios Lucas, y los álbumes seleccionados como los mejores del año según una lista confeccionada por un grupo de respetados especialistas, y publicada en OnCuba.
El primer disco mencionado en la lista, el Inside, de X Alfonso, ´contiene dos de los videoclips laureados por los premios Lucas: Sé que a veces, seleccionado como el mejor en el género hip hop, y Reflexión, que barrió en las principales categorías: mejor video clip del año, mejor dirección, edición, obra de género fusión, vestuario y dirección de arte, y así dejó al campo a otros finalistas con perfil de vencedores.
Si en la nota reproducida por OnCuba, a propósito de la selección del disco Inside entre los mejores del año, se dice que “X Alfonso es un hombre que viaja a través del tiempo. Pasado, presente y futuro se filtran en canciones que revelan todos los ciclos, rupturas y sorpresas que existen entre el mundo real y la ficción”, el videoclip que promociona el tema Reflexión intenta y logra resumir, mediante icónicas imágenes, siglos de historia de la afro-descendencia, pasando por la esclavitud, la tristeza secular, y la rebeldía que se traduce en los puños elevados al cielo, rompiendo las cadenas.
Aparecido luego de casi una década de silencio discográfico, el álbum Inside contiene varias canciones concebidas a partir de las metáforas y la reflexión poética, y tales discursos encuentran formulaciones audiovisuales equivalentes en el segundo single del disco, es decir en el mencionado tema Reflexión, ilustrado en un video clip dirigido también por X Alfonso. Un grupo de bailarines o modelos se integran en pictóricas composiciones, muchas veces estáticas, o ralentizadas, porque tanto el texto de la canción como las imágenes elegidas para ilustrarla, trasmiten una sensación de belleza al mismo tiempo sosegada y perturbadora.
Entre los videos que alcanzaron cinco o seis nominaciones, pero que vieron menguarse sus posibilidades de premios debido al triunfo casi absoluto de Reflexión, se encontraban Mambo No. 0 (Toques del Río) elegido mejor video coreográfico; El buey cansao (Harold López Nussa junto con Cimafunk) que acaparó ocho nominaciones y ningún premio; Un hombre se levanta (The Real Project con Polito Ibañez) con seis nombramientos y ningún galardón; Why not (Carlos Varela) que alcanzó el galardón a la mejor ópera prima; Cámara lenta (Buena Fe), nombrado como mejor making of, y Casa gris (Frasis) elegido en las categoría de música instrumental y Hecho en Casa.
De la anterior relación de videoclips preferidos por los jurados de los premios Lucas, sobresale El buey cansao, perteneciente al ecléctico álbum Te lo dije, en el cual el pianista Harold López Nussa, acompañado por Ruy Adrián López-Nussa (batería), Julio César González (bajo) y Maykel González (trompeta), incursionan en géneros tan disímiles como el mambo o el mozambique, el piano clásico, el songo, el reguetón, el punto cubano o el jazzton, sin perder jamás la coherencia que aporta el conocimiento exacto de lo significa, en términos musicales, Lo Cubano.
En Te lo dije aparece El buey cansao, el homenaje a los Van Van que realiza Harold López Nussa en colaboración con Cimafunk, y el videoclip resultante, realizado casi completo en blanco y negro, y dirigido por los también diseñadores Raupa, Mola y Nelson Ponce, se atreve a incursionar en un género bastante infrecuente entre nosotros, la ciencia ficción. De este modo, el multinominado video se ambienta en 2220, cuando se descubre un VHS muy antiguo del cual brotan radiaciones con el antiguo logo del Canal 6, Juan Formell y un concurso de bailadores que recuerda el mítico Para Bailar.
Aunque no haya ganado en ninguna categoría, en la repartición de los Lucas, El buey cansao es una propuesta sorprendente, que renuncia a las gratuidades típicas del video clip convencional. Por ejemplo, la elección de las bailarinas (pertenecientes a la Lizt Alfondo Dance Cuba), con una coreografía y una historia desdobladas entre pasado y futuro, devienen estimulante acto de fe en los eternos valores de nuestro patrimonio musical y audiovisual, cultural, ese mismo patrimonio que prevalecerá sin dudas dentro de 200 años.
Ese sentimiento de la música entendida como reflejo de lo cubano esencial se respira no solo en El buey cansao, sino también en varios otros cortes del disco Te lo dije, como Habana sin sábanas, Un día de noviembre, o Jocosa guajira, temas que ojalá cuenten pronto con un soporte audiovisual, aunque sabemos que es poco probable, por razones económicas sobre todo, que tantos temas de un disco puedan contar con una versión audiovisual. Tales logros son posibles solo para los creadores más populares de la música urbana.
Por ejemplo, en el disco Los Champions, Yomil y El Dany (que mantendrán ese nombre a pesar del muy lamentable fallecimiento de uno de los miembros del dúo) cuentan con la participación, en audio y en video, de varios otros creadores importantes de la música urbana como Insurrecto (Sumando), El Taiger (Tiza por borrador), Yulién Oviedo (I’m Sorry For You) y Osmani García (Perrigatea) y todos estos temas tuvieron su correspondiente versión en video clip.
Pero si nadie se sorprende a estas alturas con el éxito imparable de los creadores de música urbana, todavía puede crear cierto espasmo el hecho de que el disco Los Champions figure en la selecta lista de los mejores del año, y además se le considere “el disco más ambicioso y abarcador del reguetón cubano hasta la fecha (…) más de 20 tracks con personalidades propias que evidencian, otra vez, la existencia de una cultura viva que nace y se reproduce en los barrios, a pesar del ninguneo oficial”.
Además de los elogios que conquistó el disco Los Champions, Yomil y El Dany ganaron premios Lucas en las categorías de mejor video de música urbana (precisamente por el tema titular del álbum) y además, triunfaron en la categoría de video más popular del año por Tengo una pila, que pertenece a ese mismo álbum y cuenta con la participación de Kimiko y Yordy.
Con el alarde en el corte rápido y el colorismo típicos del director José Rojas, el videoclip Los Champions alterna los ambientes de reparto y barrio obrero, con las luces y el glamour de la farándula más altisonante, para así crear una suerte de homenaje al género musical urbano y al esfuerzo de sus artistas por alcanzar no solo el éxito nacional e internacional, sino también la consideración de un público amplio y de las instituciones culturales cubanas, casi siempre despectivas con este género.
Los Champions presenta, en su segmento final, una suerte de antología de nombres y presencias, en un torrente de imágenes, referencias cruzadas y alegorías que remiten al universo de la música urbana. Así, a partir de la analogía entre un maratón, o una pelea de boxeo, y la carrera de un reguetonero, Los Champions asume la narratividad de una buena película deportiva realizada para MTV, porque el video logra ser justo como quiso ser: espectacular, sobresaturado, e incluso homenaje barroco y sentimental al compañero desaparecido.
Con dirección, edición y postproducción de Felo, Tengo una pila utiliza una coloración rematadamente incendiaria, por completo afiliada al arte pop, lo cual justifica la cita al famoso mural con varios rostros de Marilyn Monroe, creado por Andy Warhol, y la utilización de colores muy saturados, en homenaje al Technicolor de los años cincuenta. A través del uso del color se recrea un entorno de antigua comedia romántica, en el cual se sumergen los solistas, cómplices del simulacro de personajes masculinos que desempeñan tareas domésticas y se subordinan a sus mujeres, en contrapunto irónico con el alarde de poder y predominio machista que dicta la letra.
En fin, que se podrá hablar de mil y un problemas en el sistema de la cultura cubana y de sus instituciones artísticas, pero se puede asegurar que al menos ha funcionado con eficacia la conexión entre las mejores producciones discográficas y su promoción audiovisual a partir de videoclips, a veces muy notables.
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Joel del Río es periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como periodista en el ICAIC y en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de Cuba, en San Antonio de los Baños, donde también ejerce como profesor de los talleres de géneros cinematográficos e Historia del Cine Latinoamericano.