Francia se abrió este miércoles al turismo extranjero como parte de su actual desescalada, mientras la capital de Rusia se preparaba para un endurecimiento de las medidas ante el aumento de los casos de la COVID-19, como evidencia de los contrastes presentes hoy en el Europa por la pandemia.
La apertura al turismo del país galo coincide con el inicio de una nueva fase de la desescalada que supone el levantamiento de muchas restricciones, entre ellas el impedido de servir en el interior de bares y restaurantes, en vigor durante más de siete meses.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se congratuló en su cuenta de Twitter de que se haya podido llegar a esta nueva etapa, que implica también un aumento de los aforos en los comercios, en los museos, en los cines, teatros y salas de espectáculos, que como los estadios deportivos podrán recibir hasta 5.000 espectadores.
“¡Habíamos echado de menos tanto esta vida!”, dijo el mandatario, que aprovechó para lanzar un mensaje de prudencia. “Para que esta recuperación sea duradera, sigamos respetando los protocolos y medidas de seguridad”, señaló.
Nous y sommes !
S’asseoir à la table d’un restaurant.
S’évader le temps d’un spectacle.
Vibrer à l’unisson dans des gradins.
Retourner à la salle …Cette vie nous avait tant manqué !
Pour que cette reprise soit durable, continuons à respecter protocoles et gestes barrières.— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) June 9, 2021
Entre los nuevos mecanismos para intentar evitar un repunte de coronavirus está el certificado sanitario, que será de uso obligatorio para poder asistir a ferias, salones, eventos deportivos o culturales con más de mil personas. Otra gran novedad de la jornada es el retraso en dos horas del inicio del toque de queda, que ahora será de las 11:00 de la noche hasta las 6:00 de la mañana, lo que sobre todo significa aumentar la actividad en la hostelería y en la cultura.
Lo ilustraba Claire, directora del restaurante Panache de París, que en declaraciones a la agencia española Efe mostró su satisfacción por los nuevos horarios, que permitirán a sus clientes cenar “más a gusto y más tranquilos”. El cierre de los establecimientos hosteleros desde octubre pasado —las terrazas solo están abiertas desde el 18 de mayo— “ha sido muy duro”, indicó la restauradora, que subrayó que muchos negocios no han podido sobrevivir.
El toque de queda debería desaparecer el próximo 30 de junio, cuando se llegue una nueva fase de la desescalada. Unos diez días antes se sabrá qué ocurre con las discotecas, que tienen completamente suspendida su actividad desde marzo de 2020.
Certificado de vacunación
En lo que respecta a los viajes desde el extranjero, Francia acepta desde este miércoles la entrada sin un test de COVID-19 a quienes tengan el protocolo completo de vacunación cuando llegan desde otro país del Espacio Económico Europeo o desde los otros Estados de su “lista verde”: Australia, Corea del Sur, Israel, Japón, Líbano, Nueva Zelanda o Singapur.
El resto de viajeros no vacunados desde esos mismos destinos deberán presentar una prueba PCR o de antígenos negativa, realizada como máximo 72 horas antes de embarcar.
Si se entra a Francia desde los países de su “lista naranja”, donde están la mayoría de los del mundo —incluidos el Reino Unido y Estados Unidos—, al certificado de vacunación habrá que añadir un test negativo hecho como mucho 48 horas antes del embarque.
Francia únicamente acepta las vacunas que han recibido el visto bueno de la Autoridad Europea del Medicamento (EMA), lo que excluye a las chinas y también la rusa Sputnik V, que son las que se han administrado mayoritariamente en Latinoamérica.
Además, sigue siendo imposible ir a Francia para hacer turismo desde los países de la “lista roja”, entre los que están India, Brasil, Argentina, Colombia, Costa Rica, Chile y Uruguay, por el nivel de incidencia epidémica y la presencia de variantes inquietantes.
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Moscú endurece el control
El Ayuntamiento de Moscú anunció este miércoles el endurecimiento del control de las medidas sanitarias para contener la propagación de la COVID-19 ante el empeoramiento de la situación epidémica en la capital rusa, donde en las últimas veinticuatro horas se registraron más de 4.000 contagios.
“La situación epidémica en Moscú empeora. Aumenta el número de enfermos. Por ello, a partir de hoy se endurece el control sobre el uso de mascarillas en espacios públicos”, dijo a la prensa el jefe de la Dirección de Control del Ayuntamiento, Yevgueni Dánchikov.
El funcionario advirtió de que los ciudadanos que no usen mascarillas en medios de transporte, comercios y otros espacios públicos serán multados con entre 4.000 y 5.000 rublos (55 y 69 dólares, respectivamente). “También se fortalecerá el control de las normas y medidas sanitarias en las empresas”, añadió.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, anunció a su vez que en los próximos días se abrirán varios hospitales para recibir enfermos de COVID-19 y que actualmente hay cerca de 10.000 personas ingresadas con coronavirus.
“Lamentablemente la situación sigue siendo compleja. Día a día vemos nuevos brotes de la enfermedad y el aumento de la ocupación de la camas de hospital”, dijo Sobianin, citado por la agencia Interfax, en una reunión con restauradores de la capital de Rusia.
Al mismo tiempo, recalcó que el Ayuntamiento no planea confinamientos ni cierres de comercios o restaurantes, a los que pidió cumplir estrictamente las normas sanitarias. “Es nuestra tarea conjunta para apoyar la economía de la ciudad”, subrayó Sobianin.
El aumento de los contagios en la capital ha retrotraído la situación a los niveles de mediados de enero.
En mayo pasado, Sobianin, admitió que la capital rusa es la ciudad europea con menos personas vacunadas en proporción a su población, e instó a los moscovitas a acudir a los centros de vacunación.
De acuerdo con Gogov.ru, una página web que ofrece datos actualizados y detallados por regiones del número de vacunas administradas en el país, a día de hoy en Moscú 1,3 millones de personas, en torno al 10 % de la población, han recibido la pauta completa de los preparados anticovid rusos.
Aunque Rusia cuenta con cuatro vacunas anticovid de producción propia —las bidosis Sputnik V, EpiVacCorona y CoviVac, y la monodosis Sputnik Light— la campaña de vacunación en el país, que comenzó en enero de este año, avanza con lentitud debido fundamentalmente a la renuencia de la población a vacunarse.
De acuerdo con las autoridades rusas, cerca de 15 millones personas, poco más del 10 % de la población, ya han sido vacunadas contra la COVID-19 con la pauta completa y otros tres millones han recibido la primera dosis.
Rusia, sexto país en el mundo por el número de contagios registrados después de Estados Unidos, India, Brasil, Francia y Turquía, acumula a día de hoy 5.156.250 contagios detectados y 124.895 muertes por la enfermedad.
EFE / OnCuba