La variante Delta, detectada primero en la India, representa actualmente el 25 % de los nuevos contagios de coronavirus en EE.UU., advirtió este jueves la directora de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés), Rochelle Walensky.
En una rueda de prensa, Walensky aseguró que se trata de una variante “hipertransmisible”, que se ha convertido en el segundo tipo de COVID-19 más prevalente en EE.UU., solo por detrás de la variante Alfa, hallada por primera vez en el Reino Unido.
El aumento de los casos de la enfermedad por la mutación Delta preocupa en Estados Unidos, donde hay un debate sobre la reintroducción del uso de la mascarilla después de que el condado de Los Ángeles y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomendaran en interiores incluso para personas totalmente vacunadas.
En las últimas horas, el gobernador del estado de Illinois, J.B. Pritzker, también aconsejó su utilización ante el incremento de número de casos.
El principal epidemiólogo del Gobierno estadounidense, Dr. Anthony Fauci, explicó en la rueda de prensa que las personas que están totalmente vacunadas “tienen un alto grado de protección” contra esta nueva variante.
“Por lo tanto, no es necesario que usen marcarilla, ya sea en interiores o exteriores”, aseveró Fauci, coincidiendo con las directrices de los CDC.
Sin embargo, el epidemiólogo dijo que las autoridades a nivel local, como las del condado de Los Ángeles o el estado de Illinois, tienen total potestad para tomar sus propias decisiones teniendo en cuenta la situación de sus comunidades.
Tanto Fauci como Walensky dijeron que la mejor manera de hacer frente a la variante Delta es continuar con las vacunaciones en EE.UU.
“Los que no están vacunados tienen un riesgo mayor, tenemos que seguir impulsando las vacunaciones, que son gratis y convenientes”, insistió Fauci.
En sus declaraciones, Walensky subrayó que existen unas 1.000 comunidades en EE.UU. que tienen tasas de vacunación del 30 % o menos, lo que convierte a sus poblaciones en “vulnerables”.
La variante Delta del coronavirus se ha extendido por diferentes países y, con ella, la preocupación por la difusión de la pandemia dada su elevada capacidad de transmisión. Frente a ese riesgo existe la confianza en la creciente vacunación de las poblaciones, aunque el ritmo varía según los países.
Moderna asegura que su vacuna anticovid protegió contra Delta y otras variantes en un estudio
Argentina limitada entrada para evitar la variante Delta
La ministra de Salud de Argentina, Carla Vizzotti, defendió este jueves, en declaraciones a la agencia EFE, la polémica decisión de acotar la entrada al país a 600 personas por día: “ante el riesgo de introducir la variante Delta, lo que se ha hecho es, con un horizonte muy temporal de dos meses, mientras se escala la vacunación, disminuir el ingreso de personas”.
El pasado lunes, en plena segunda ola de la COVID-19, Argentina empezó a aplicar —en principio hasta el 9 de julio— este nuevo cupo de ingreso de viajeros, lo que generó malestar en las aerolíneas —que se han visto obligadas a reprogramar vuelos— y entre los argentinos y residentes en el país que están en el exterior y quieren volver.
“Teníamos (permitido el acceso a) 2.000 personas por día, la PCR antes de embarcar, el control en el vuelo, el antígeno al llegar, los positivos hacían un aislamiento en un hotel y los negativos tenían que cumplir aislamiento en su jurisdicción. Cuatro de cada diez no lo han cumplido”, lamentó la ministra al referirse a la situación que —ya con muchas restricciones y permitiendo solo el ingreso de nacionales o residentes— regía antes del lunes.
Ante “el riesgo de introducir la variante Delta”, continuó Vizzotti, lo que se ha hecho es, “con un horizonte muy temporal de dos meses” y mientras avanza la vacunación, “disminuir más el ingreso de personas”, y recalcó que a quienes salieron del país por turismo se les había avisado de la posibilidad de que se tomara esa medida.
Consultada por si la restricción de 600 personas culminará el 9 de julio, cómo se anunció, la ministra consideró que “hay que ir monitoreando cuál es la situación” epidemiológica, y “eso se sabe siempre uno o dos días antes”.
“El mensaje más importante es que las personas que lleguen, si se hubieran controlado y hubieran estado en su casa seguramente no hubiera sido necesario (aplicar la medida). El rol del Estado es minimizar los riesgos”, recalcó.
Según datos oficiales, 16.821.968 personas —36,72 % de la población— han recibido en Argentina una dosis de alguna de las vacunas, y 4.085.753 —el 8,91 %— fueron también inoculadas con la segunda. Estos datos ubican al país lejos del ritmo de vacunación de otros como Chile y Uruguay.
Argentina, donde han fallecido 94.304 por el virus, es el octavo país con mayor número de contagiados: 4.470.374 positivos desde marzo de 2020, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, de EE.UU.
EFE / OnCuba