La cifra de muertos por el nuevo coronavirus en Estados Unidos se acerca rápidamente a las 100.000 bajo el mando del presidente Trump.
El proceso de juicio político puso una marca sobre su presidencia. Pero ahora hay un nueva: la creciente lista de decesos de estadounidenses, que ha superado las muertes en las guerras de Vietnam y Corea, combinadas.
Hay consenso en la idea de que la cifra real de muertes por la Covid-19 sin dudas es mayor que la que se muestra actualmente, un número que se irá corrigiendo con el tiempo.
En cada oportunidad que ha tenido, Trump ha dicho que los números serían mucho peores sin su liderazgo. Sin embargo, la cifra sigue aumentando. Ha superado lo que el mandatario le dijo a la gente que esperara, incluso cuando las autoridades de salud pública comenzaron a preparar al país a principios de abril para al menos 100.000 decesos.
“Creo que estaremos sustancialmente por debajo de ese número”, dijo Trump el 10 de abril. Diez días después comentó: “Vamos hacia unas 50.000 o 60.000 personas”. Y diez días más tarde: “Probablemente nos dirijamos a unas 60.000-70.000”.
La magnitud y rapidez con la que el virus provoca muertes no se parece a nada de lo que enfrentaron los predecesores de Trump. La pandemia se está desarrollando en un país dividido bajo el mando de un presidente que vive de entusiasmar a sus simpatizantes y de hacer perder los estribos a los otros, bien si se trata de no usar un nasobuco, jugar golf mientras millones se resguardan o arremeter contra sus adversarios en Twitter.
Al principio, cuando apenas habían fallecido unos cientos de personas, se le preguntó a Trump cuál era su mensaje para los estadounidenses asustados. “Eres un reportero terrible, eso es lo que tengo que decir”, respondió. “Creo que es una pregunta repugnante”.
En el ataque en Oklahoma City en 1995, en los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, en la masacre de 2012 en la escuela primaria Sandy Hook y en otras pesadillas nacionales que han hecho bajar la bandera a media asta, los presidentes encontraron palabras más reconfortantes para los asustados y afligidos que la frase repetitiva de Trump de que “una muerte es demasiado”.
Associated Press/OnCuba