Con un gobernador que ha dado muestras de no estar mínimamente interesado en las consecuencias de la pandemia del coronavirus en Florida, a los pacientes les queda el voluntarismo y el espíritu profesional de la clase médica.
“Si no fuera por el sacrificio de los médicos y enfermeras la situación en Florida seria mucho peor. No descansan, muchos no fuimos siquiera a pasar la Navidad en casa, otros fueron pero volvieron a las pocas horas”, explicó a OnCuba una enfermera del sistema público que no quiso ser identificada. “En esto somos todas iguales”, justificó.
Es así como ahora las estadísticas parecen un cachumbambé. Si bien este fin de semana se registró una de las cifras más bajas del mes, 7391 nuevos casos y 77 muertes, en contrapartida el resto del mes se alcanzaron en siete ocasiones cifras superiores a 11000 nuevos pacientes. Con las últimas estadísticas, Florida tiene ya 1 271 979 casos y 21 514 muertes.
El gobernador Ron DeSantis no ha hablado mucho en estos últimos días sobre el sobresalto de las estadísticas, pero ha mostrado sus desvelos en este campo, priorizando la vacunación de los ancianos con más de 65 años, aunque no ha incluido aún a los que viven en residencias para personas mayores. “Vamos primero por los ancianos que están sanos y viven con sus familiares, después les tocará a los que están ingresados”, afirmó DeSantis.
El proceso de vacunación comenzó el lunes de la semana pasada y tuvieron prioridad los médicos y enfermeros. Ya fueron vacunadas unas 70 000 personas, fundamentalmente trabajadores de los hospitales públicos. El gobernador ha dicho que en el primer trimestre del año comenzarán a vacunar al resto de la población, y que las autoridades sanitarias están estudiando las prioridades.
Sentinel: “Fred Piccolo, spokesman for Gov. Ron DeSantis, deactivated his Twitter account Wednesday after he tweeted in the middle of night that photos of each dead COVID-19 victim should be balanced with 99 photos of people who survive the disease.” https://t.co/Q90a9W3aQE
— Jake Tapper (@jaketapper) December 26, 2020
Entretanto, con el poco apoyo estatal las pandemia está siendo combatida con muchas de las iniciativas de los propios médicos y enfermeras. “Improvisar. No nos queda otra, estamos improvisando porque las orientaciones del departamento de Salud (de Florida) muchas veces contradicen lo que nos manda a decir el Centro de Control de Enfermedades”, explica a OnCuba, el médico Israel Torres, del sistema público. “Es lo que podemos hacer. Yo ya me cansé de esperar que el estado me diga qué tenemos que hacer”.
Desde el inicio, la política del gobernador ha sido regirse por la Casa Blanca de Donald Trump, que ha restado importancia a la pandemia, y rechazar lo que dicen los médicos. El sábado uno de los portavoces de DeSantis escribió un tuit en el cual dejó por sentado que, en términos noticiosos, cada foto de una victima mortal del COVID-19 debe ser balanceada con 99 de los que han sobrevivido. Horas después, el portavoz y director de comunicaciones del gobernador, Fred Piccolo, desactivó su cuenta en Twitter, tal fue la cantidad de críticas que recibió. DeSantis no ha dicho nada sobre el asunto. De hecho, no se le ha visto después de eso.
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El aumento de los casos se detectó a través de las pruebas diarias que siguen siendo altas. El sábado, por ejemplo, se informó la realización de casi 66 000 pruebas realizadas y los casos positivos resultaron ser el 9.69%. El índice más alto desde el 15 de diciembre.
Pero de seguro, dicen especialistas, pudiera aumentar cuando pase el periodo de incubación de los pasajeros que rompieron el confinamiento y se desplazaron en avión a otros estados durante las Navidades. Según la agencia federal de seguridad en el transporte (TSA, por sus siglas en inglés) casi un millón de pasajeros pasaron por los aeropuertos estadounidenses en los días entre el 22 y el 24 de diciembre. Se calcula que solo la próxima semana comenzarían a detectarse los nuevos casos y el ciclo se reiniciaría con los vuelos de fin de año.
Mientras, el condado Miami-Dade no ha ordenado el cierre del aeropuerto de Miami a los vuelos procedentes de los países europeos donde se ha detectado una nueva variante del COVID-19, mucho más resistente a los tratamientos, que comenzó en el Reino Unido pero se ha detectado ya en España, Francia e Italia.