Es falso el “cronograma de cepas” que se ha hecho viral en redes sociales y que supuestamente desvelaría el calendario completo de una conspiración para propagar en fechas concretas una veintena de variantes del virus de la COVID-19, a partir de la delta, hasta febrero de 2023.
Con una imagen que se ha compartido ampliamente en Facebook y Twitter, usuarios de redes han difundido de forma masiva este listado de 21 variantes del SARS-CoV-2 con su correspondiente fecha de propagación programada, bajo el encabezamiento “Cronograma de cepas”.
Delta es la primera de las 21 variantes incluidas en esta gráfica, cada una identificada con una de las restantes letras del alfabeto griego y una fecha de propagación, hasta llegar a una variante omega del virus que, según el listado, estaría en circulación en febrero de 2023.
La denominación de las variantes sigue el patrón de uso de letras del alfabeto griego que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció para la identificación de los nuevos linajes del virus.
Precisamente para mostrar el supuesto carácter oficial de este calendario y la presunta implicación de organizaciones mundiales y otras instituciones mencionadas habitualmente en teorías de la conspiración, se puede ver el logo de la OMS junto a los de la Fundación Bill & Melinda Gates, el Foro Económico Mundial, la Universidad Jonhs Hopkins y la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.
“Este es el calendario de variantes para el año, mejor que los signos del horóscopo”. Es uno de los mensajes con los que usuarios de redes acompañan este listado, junto a recomendaciones como “Impriman y pongan con un imán en la heladera”.
Lo cierto es que la OMS, única autoridad mundial que reconoce oficialmente las variantes del coronavirus a partir de evidencias científicas, ha negado la autoría y validez del supuesto calendario y, en realidad, algunas de las incluidas en el listado aparecieron antes de las fechas que se les atribuye.
Consultada por EFE, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), capítulo americano de la Organización Mundial de la Salud, aseguró en un correo electrónico que “el documento sobre un supuesto calendario de nuevas variantes es falso y no fue emitido por la OMS”.
De hecho, la imagen viralizada contiene incoherencias: la variante delta, que en el gráfico aparece con fecha de propagación de junio de 2021, fue identificada en realidad por primera vez en India en octubre de 2020, como consta en la página de la OMS “Seguimiento de las variantes del SARS-CoV-2″.
Sucede lo mismo con “variantes de interés” del virus ya detectadas, como el caso de la variante eta (prevista en el gráfico para septiembre de 2021 pero que ya se observó en diciembre de 2020), o la iota (que el listado sitúa el próximo noviembre cuando fue identificada el mismo mes del año pasado).
Del mismo modo, el calendario atribuye a la variante kappa la fecha del próximo diciembre, pese a que ya se detectó en octubre de 2020, y pronostica la lambda para enero de 2022, cuando existe con ese nombre desde el pasado diciembre.
Tampoco figuran en el listado “variantes de preocupación” del virus identificadas previamente por la OMS, como la alfa, la beta y la gamma.
Científicos y autoridades sanitarias calculan que actualmente circulan miles de variantes del SARS-CoV-2, ya que se trata de un proceso natural en la evolución de cualquier virus.
Las variantes, un proceso natural de los virus
En su respuesta a EFE, la OMS recordó en este punto que “la aparición de mutaciones es un evento natural y esperado dentro del proceso evolutivo del virus”, tal como ya señalaba la organización el pasado mayo.
¿Por qué están apareciendo ahora tantas variantes del SARS-CoV-2?
“Estos cambios pueden suponer ventajas para que el virus logre sus ‘objetivos’, que son tener una mayor capacidad para entrar en las células y luego replicarse, y tratar de escapar a la respuesta inmunitaria, ya sea natural o mediada por la vacuna”, explicaba entonces Jairo Méndez Rico, asesor de la OPS sobre enfermedades víricas emergentes.
“Cuanto mayor sea el nivel de transmisión del virus en las poblaciones, más probable será que se produzcan mutaciones virales y aparezcan nuevas variantes. Esta es una de las razones por las que frenar la transmisión es tan importante”, advertía este experto.