El canciller cubano Bruno Rodríguez aseguró este viernes que el gobierno de los Estados Unidos “miente al insistir en exportaciones médicas inexistentes a causa del bloqueo”.
Rodríguez afirmó en su cuenta de Twitter que los funcionarios estadounidenses “ocultan hechos reales y manipulan donaciones privadas” y aseveró que “el bloqueo se concibió para causar daños a los seres humanos”.
Las declaraciones del ministro de Exteriores de la Isla se producen un día después que el Departamento del Tesoro asegurara en un comunicado que el país norteño “se encuentra comprometido con garantizar que la asistencia humanitaria siga llegando a las poblaciones en riesgo en todo el mundo mediante canales legítimos y transparentes para luchar contra el coronavirus“.
El comunicado, al que la Agencia Cubana de Noticias (ACN) califica de “engañoso”, afirma que “los programas de sanciones administrados por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) de un modo general permiten el comercio humanitario legítimo, la asistencia o las actividades en el marco de las leyes y regulaciones existentes”.
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Según la nota, la OFAC insta a los interesados en facilitar esta asistencia durante la pandemia a aprovechar las exenciones a la sanciones, excepciones y permisos relacionados con la asistencia humanitaria y el comercio, incluidos en muchos de los programas de sanciones.
Sobre el tema cubano en particular, el comunicado refiere que “aunque el embargo a Cuba sigue manteniéndose y muchas de las transacciones entre Estados Unidos o individuos bajo jurisdicción estadounidense y Cuba siguen prohibidas, la OFAC dispone de varias licencias generales de modo de permitir ayuda humanitaria y asistencia al pueblo cubano”.
No obstante, en opinión del académico Arturo López-Levy, ” el documento no ofrece grandes esperanzas. Dicen que no pueden cambiar la política, pero están dispuestos a aplicarla de una forma flexible. Responde a las presiones [internacionales] en un momento en que se cuestionan las sanciones durante esta pandemia”.
“Aunque puede parecer una flexibilización, realmente no lo es –explicó López-Levy a OnCuba–, entre otras razones porque esto no cambia la esencia del embargo más allá de las sanciones secundarias, que son las que se aplican a terceros países cuyas empresas necesitan inscribirse en Estados Unidos para poder negociar con la isla, tanto por la moneda usada como por el medio de transporte. Como se sabe, los barcos o aviones que viajan a Cuba sin permiso de entrar ahí quedan impedidos de entrar a los Estados Unidos durante los seis meses siguientes”.
En sintonía con lo anterior, autoridades y medios oficiales cubanos han referido por estos días el hecho de que un donativo de suministros médicos envidos desde China por la compañía Alibaba no pudo llegar a Cuba porque la empresa estadounidense que lo transportaría a la Isla declinó de hacerlo por las regulaciones del embargo.
También han reportado sobre otras dificultades sufridas por Cuba para adquirir medicinas, equipos e insumos médicos con compañías estadounidenses, o subsidiarias de estas en otros países, como consecuencia de las sanciones de Washington contra la Isla.
En el último año, estas sanciones redundaron en pérdidas de unos 160 millones de dólares para el sector de la Salud cubano, y obligaron a realizar las compras en lugares alejados de la Isla con fletes más costosos, de acuerdo con la ACN.