El Departamento de Estado de EE.UU. mejoró la clasificación de Cuba en su sistema de alertas de viaje, al cambiarla de la categoría 3 a la 2, en la que se recomienda a los viajeros “ejercer una mayor precaución” en lugar de la advertencia de “reconsiderar el viaje” que mantenía hasta ahora.
Aunque el gobierno de Donald Trump tiene en mínimo su presencia oficial en La Habana, como resultado de incidentes de salud sufridos por diplomáticos y familiares, ha ido suavizando sus alertas sobre Cuba desde que a fines de septiembre de 2017 recomendara a los estadounidenses que no viajaran debido a los supuestos ataques.
En enero de este año hizo un primer cambio al subir a Cuba de la categoría 4 –la más baja– a la 3, con lo que eliminó la advertencia de no visitar la Isla.
Orna Blum, vocera del Buró de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, aseguró que el cambio a la actual categoría se debe a una nueva evaluación del riesgo de viajar a Cuba, que estaba prevista completarse en septiembre.
“El Departamento llevó a cabo una revisión exhaustiva de los riesgos para los viajeros ciudadanos privados de EEUU en Cuba y decidió que una alerta de viaje de nivel 2 era apropiada”, explicó la vocera citada por El Nuevo Herald.
“Los ataques de salud parecen dirigirse al personal del gobierno de EEUU y se producen principalmente en las residencias del personal de la embajada. Todavía no sabemos la causa o la fuente de los ataques y la investigación continúa”, agregó Blum.
Además, aseguró que aunque con anterioridad se había informado de 19 viajeros estadounidenses que reportaron síntomas similares a los diplomáticos afectados, el Departamento de Estado “no podía confirmar estos casos”.
No obstante, la alerta de viaje actual recuerda que “numerosos empleados” de la embajada de EE.UU. en La Habana parecen haber sido blanco de “ataques específicos”, aunque no ha podido identificarse la fuente.
También informa que “las personas afectadas han exhibido una variedad de síntomas físicos que incluyen molestias en los oídos y pérdida de la audición, mareos, dolores de cabeza, fatiga, problemas cognitivos, problemas visuales y dificultad para dormir”.
Los dos casos más recientes ocurrieron este mismo año, con los que la cifra de casos reportados se elevó a 26. El gobierno cubano ha negado cualquier participación o conocimiento sobre los incidentes, y ha dicho que la administración Trump los manipula políticamente.
De acuerdo con la advertencia oficial los supuestos ataques tuvieron lugar en residencias diplomáticas y en los hoteles Nacional y Capri en La Habana, por lo que mantiene la recomendación de evitar esos hoteles.
De igual forma, recomienda a los viajeros que si experimentan “algún tipo de fenómenos auditivos o sensoriales agudos”, se muevan “inmediatamente” a otra área. También les aconseja saber dónde buscar atención médica en Cuba y consultar con un médico antes de viajar “si tiene inquietudes personales sobre la salud” o al regresar “si cree que ha sufrido síntomas similares” a los reportados por los funcionarios estadounidenses.
El cambio en la clasificación, equipara a Cuba en el sistema de alertas de EE.UU. a países europeos como España, Francia, Alemania, Reino Unido y Bélgica, incluidos en el nivel 2, lo mismo que China, Egipto, la India y Arabia Saudita. En Latinoamérica y el Caribe, aparecen en esta categoría naciones como Brasil, Jamaica, Colombia, México y República Dominicana.
Sobre este ascenso, Collin Laverty, presidente de Cuba Educational Travel, citado por El Nuevo Herald, dijo que es “una bocanada de aire fresco en un proceso altamente politizado de confusión, ansiedad y especulación que condujo a una medida excesiva por parte del Departamento de Estado”.
Laverty insistió en que “Cuba es uno de los lugares más seguros para visitar en el mundo”.
Otras agencias estadounidenses de viajes a Cuba también saludaron el cambio.
El número de viajeros estadounidenses en Cuba cayó el primer semestre de 2018 un 23,6 por ciento con respecto del mismo período de 2017, según un reciente informe elaborado por The Havana Consulting Group (THCG). Del 1 enero al 30 de junio visitaron Cuba 82,269 estadounidenses menos que en el mismo período de 2017 (348,713), de acuerdo con la consultora especializada.
Las cifras mantienen la tendencia del primer trimestre, cuando solo visitó Cuba el 56 por ciento del total de estadounidenses que llegó a la Isla en igual etapa del año anterior.
Lo que si no rebaja es el ataque a la institucionalidad democrática norteamericana y a su presidente en los medios oficiales cubanos, acostumbrados como están a despotricar del imperio, pero a vivir a costilla de este.