EEUU suspenderá vuelos a Cuba, menos a La Habana

Los vuelos chárter no se verán afectados, según dijo un funcionario del gobierno de Donald Trump citado por el Nuevo Herald.

Llegada del primer vuelo de American Airlines a La Habana, el 7 de septiembre del 2016. Foto: American Airlines / Archivo.

Llegada del primer vuelo de American Airlines a La Habana, el 7 de septiembre del 2016. Foto: American Airlines / Archivo.

El gobierno de Estados Unidos suspenderá los vuelos de aerolíneas estadounidenses a nueve destinos en Cuba con el objetivo de limitar los ingresos a la Isla, según informó este viernes El Nuevo Herald, que cita a un alto funcionario de la administración del presidente Donald Trump. La noticia fue posteriormente confirmada por el Departamento de Estado.

Washington solo mantendrá la autorización para volar a La Habana pero vetará otros destinos como Santiago de Cuba, Camagüey, Santa Clara y Varadero. Las aerolíneas afectadas, entre ellas American Airlines, Delta y JetBlue, tendrán 45 días para terminar sus operaciones en la Isla relacionadas con esos destinos, aseguró el funcionario, cuyo nombre no revela el medio de prensa estadounidense.

Compañías aéreas contactadas por El Nuevo Herald “no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentario”, asevera la publicación, que a su vez aclara que los vuelos chárter a Cuba desde Miami no se verán afectados.

Los vuelos regulares de las aerolíneas estadounidenses fueron autorizados por el gobierno estadounidense en 2016, en el contexto del acercamiento bilateral promovido por los entonces presidentes Barack Obama y Raúl Castro. Este hecho propició que mejoraran “las condiciones del servicio y los precios de los vuelos a Cuba, que hasta ese entonces eran monopolio de compañías de vuelos chárter”, indica el diario radicado en Florida.

“Hemos visto como el gobierno cubano se ha beneficiado de los viajeros estadounidenses. No vamos a permitir que esos fondos se vayan a las arcas del gobierno”, dijo el funcionario.

La suspensión de los vuelos se suma al conjunto de medidas tomadas por la Casa Blanca desde la llegada a la presidencia de Donald Trump para revertir la política anterior hacia Cuba y golpear la economía de la Isla, a cuyo gobierno acusa de mantener en el poder al presidente Nicolás Maduro en Venezuela.

El pasado lunes entraron en vigor nuevas sanciones impuestas por el Departamento de Comercio, que restringe las exportaciones y las autorizaciones a rentar aviones a la Isla. Por este motivo, Cubana de Aviación anunció la cancelación de sus vuelos a siete destinos internacionales y también dentro del país, debido a que varias compañías arrendadoras cancelaron sus contratos con la principal compañía aérea cubana.

Con antelación, el gobierno estadounidense prohibió los viajes en cruceros, en aviones privados y yates, restringió las posibilidades de viaje de sus nacionales a la Isla y limitó el envíos de remesas. También ha sancionado a compañías y navieras que participan en el envío de combustible a Cuba, lo que generó un crisis energética que obligó al gobierno cubano a tomar medidas de ahorro y control.

Además, la administración limitó al máximo su actividad consular en la Isla y puso en vigor el Título III de la Ley Helms-Burton, que permite las demandas a empresas que se benefician de propiedades nacionalizadas tras la Revolución Cubana de 1959 y como parte de la cual enfrentan demandas varias compañías de cruceros y también American Airlines (AA), en su caso por el uso del aeropuerto de La Habana.
En mayo pasado, cuando algunas de estas medidas no había sido anunciadas aún, AA confirmó sus intenciones de consolidarse en Cuba.
Entonces Ramón Jiménez, su director de operaciones en la Isla, aseguró a OnCuba que su experiencia en la Isla había sido “muy satisfactoria”.
“Nos ha permitido seguir creciendo, aumentar el número de operaciones y consolidarnos como la línea que más vuelos realiza entre los Estados Unidos y Cuba. Por eso, nuestro enfoque es apostar al mercado cubano a largo plazo”, dijo.
La aerolínea estadounidense abrió hace dos años una oficina comercial en La Habana, en momentos en que el número de vuelos y viajeros desde EE.UU. crecía exponencialmente tras el deshielo de la era Obama. Desde entonces, a pesar del retroceso promovido por Trump y contrario a lo sucedido con otras compañías, AA no había dejado de crecer en Cuba.
Según analistas, la medida afectará a la comunidad cubana en Estados Unidos, pues obliga a los viajeros a ir a La Habana antes de trasladarse a otras localidades, en un país con serias dificultades de transporte, en especial aéreo.

En la actualidad, cerca de 50 aerolíneas, incluidas cinco estadounidenses, vuelan a La Habana y utilizan el aeropuerto internacional José Martí, apunta El Nuevo Herald.

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