El hombre del bigote blanco en Miami. John Bolton y las “medidas” contra Cuba

Bolton viajó este jueves a Miami para explicar la agenda latinoamericana de la administración de Donald Trump aunque terminó por no aportar mayores detalles.

Foto: Rui Ferreira

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La administración de Donald Trump ha decidido definir a Cuba, Venezuela y Nicaragua como la “Troika Tiránica”, una expresión que recuerda aquello del “Eje del Mal” que acuñó el ex presidente George W. Bush.

Así lo sentenció el asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, quién anunció además nuevas sanciones contra los tres países, en particular contra Venezuela, al sugerir una especie de embargo light. Estados Unidos obligaría, por orden ejecutiva, a que los empresarios estadounidenses se abstengan de comerciar con “empresas corruptas” del país sudamericano, las cuales no precisó.

Bolton viajó este jueves a Miami para explicar la agenda latinoamericana de la administración de Donald Trump aunque terminó por no aportar mayores detalles. El desplazamiento coincidió además con la cancelación de un viaje del Presidente a cuatro días de las elecciones legislativas.

“La Troika Tiránica del hemisferio ha encontrado, por fin, alguien que le planta cara”, dijo Bolton. Sin embargo, no ofreció detalles sobre qué tipo de sanciones la administración Trump pretende implantar contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, algo que provocó cierta desilusión ante una audiencia de unas 250 personas que esperaban “más sustancia”.

En contrapartida, Bolton reveló que el Departamento de Estado se apresta a ampliar el listado de entidades cubanas controladas por el sector empresarial de sus Fuerzas Armadas con las cuales los estadounidenses no pueden hacer transacciones comerciales, como hoteles y restaurantes. “Vamos a estar firmes al lado del pueblo cubano y sus anhelos de cambios democráticos reales”, adujo. Tampoco mencionó cuáles empresas serán afectadas.

Foto: Rui Ferreira
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El dilema del capítulo 3

En la sesión de preguntas y respuestas tras su discurso de apenas 30 minutos, el Asesor de Seguridad Nacional, confirmó que la administración está considerando “seriamente” permitir que cubano-americanos cuyas propiedades fueron expropiadas en la Isla tras el triunfo revolucionario de 1959, puedan demandar en los tribunales estadounidenses a empresas extranjeras que utilicen o se hayan apropiado de esas instalaciones.

Esto obligaría a aplicar el capítulo 3 de la Ley Helms-Burton que sanciona a empresarios y sus familiares que hayan invertido en Cuba en propiedades objeto de expropiaciones. El capítulo 3 prevé sanciones que van desde negar el otorgamiento de visas para visitar Estados Unidos a quienes contravengan la Ley hasta la confiscación de inversiones en Estados Unidos.

Cuando la ley entró en vigor en 1996, la entonces administración de Bill Clinton, previendo una crisis política con la Unión Europea (UE) y otros aliados, envió a Bruselas al embajador ante la UE, Stuart E. Eizenstat, parar tranquilizar a los socios comerciales y desde entonces, cada seis meses, la Casa Blanca ha firmado la suspensión de la aplicación del capítulo 3.

Este jueves, aunque Bolton confirmó que la administración “está considerando” seriamente permitir las demandas también relativizó las posibilidades reales de hacerlo. “Lo estamos considerando y puedo asegurar que es en serio. Es una visión que hemos tenido por años cuando era cercano al senador (Jesse) Helms. Esa era la filosofía. Lo que pasa es que para revertir esa política necesitamos un consenso. Debemos aún estudiar más ampliamente para saber qué hacer”, afirmó rebajando el entusiasmo a algunos en la audiencia, a juzgar por los tenues aplausos que recibió.

Del mismo modo cuando le sugirieron que Estados Unidos debería encausar “de inmediato” al primer secretario del Partido Comunista cubano, general Raúl Castro, por el derribo de las avionetas de Hermanos al Recate en 1996, lo que precisamente condujo a la promulgación de la Ley Helms-Burton por parte del ex presidente Clinton, Bolton también se fue por la tangente y dejó a otros desilusionados. “Mejor lo dejamos para cuando Cuba sea un país democrático”, afirmó.

Aunque insistió en que Estados Unidos piensa aplicar sanciones a Venezuela, que tampoco especificó, únicamente precisó que “serán duras” con la intención de “llevar la democracia” a la “Troika Tiránica”. Cuando le preguntaron por qué Estados Unidos no interviene militarmente en el país sudamericano como han exigido algunos opositores venezolanos afincados en el sur de Florida, Bolton fue enfático: “No veo eso en el futuro porque las sanciones son fuertes. Lo importante es actuar rápido y no esperar tiempo como ha sucedido con el régimen de Castro”.

La votación en la ONU

El periplo de Bolton al sur de Florida coincidió con la votación en Naciones Unidas de una resolución de Cuba sobre el bloqueo económico contra la Isla que fue aprobada tajantemente por 189 votos a favor, dos en contra y ninguna abstención.

Al término de las palabras de Bolton en la Torre de la Libertad, en el corazón de Miami, varios periodistas le preguntaron sobre la votación pero el asesor de Seguridad Nacional no quiso responder y se pasó a una habitación adyacente donde recibió en privado a una decena de personas, entre políticos y activistas conservadores. Ningún demócrata conocido de la ciudad estuvo presente, solo la crema y nata republicana.

El arsenal biológico

Cuando era embajador de Estados Unidos en Naciones Unidas durante la administración de George W. Bush, Bolton se hizo famoso por desencadenar una campaña contra el gobierno cubano con el argumento de que la isla estaba desarrollando armas biológicas que ponían en peligro la seguridad de Estados Unidos.

Aunque La Habana desmintió el asunto y un antiguo director para Latinoamérica de la CIA, Fulton Armstrong, –que también pasó por misión diplomática de su país en La Habana–, aseguraba que no había indicios, Bolton insistía en el asunto hasta que Fidel Castro invitó al ex presidente Jimmy Carter a visitar el país. Castro paseó a Carter por los centros de investigación de la Isla y el ex mandatario terminó, a su regreso a Estados Unidos, informando a Washington que el hombre de Bush en la ONU no tenía idea de lo que hablaba.

Foto: Rui Ferreira.
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El bigote de Bolton

A raíz de ello, Bolton dejó de ser embajador, pasó al sector privado hasta que fue reciclado por Trump. Curiosamente, el mandatario dijo antes de asumir el cargo que no quería a Bolton delante de sí a causa de su enorme bigote.

Un bigote que no pasó desapercibido el jueves en Miami. “Aquí tenemos al hombre del bigote blanco”, dijo la congresistas cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen cuando presentó a Bolton a la audiencia.

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