Un aviso de la embajada de EEUU en La Habana da a conocer que a partir del pasado 23 de agosto la embajada de ese país en la capital cubana reanudó su oferta de servicios a los ciudadanos estadounidenses en Cuba.
En las nuevas condiciones se podrá realizar la renovación de pasaportes, la tramitación de la primera solicitud de pasaporte, servicios notariales, servicios de autenticación, informes consulares de nacimiento en el extranjero (CRBA) y asistencia de emergencia.
La Unidad de Servicios a Ciudadanos Estadounidenses está abierta para visitantes sin cita programada que requieran de estos servicios de 8:00 a.m. hasta 4:30 p.m. de lunes a jueves, y hasta las 3:30 p.m. los viernes, excepto en días feriados cubanos y estadounidenses.
El 29 de septiembre de 2017 el gobierno de EE.UU. ordenó la retirada de todo su personal no esencial en su embajada en Cuba, como respuesta a los llamados “ataques acústicos” que habrían afectado, hasta hoy, a 26 de sus diplomáticos en la Isla.
En ese momento el Departamento ordenó la salida del personal no urgente asignado en Cuba así como a todos los miembros de sus familias.
“Hasta que el Gobierno de Cuba pueda garantizar la seguridad de nuestros diplomáticos en Cuba, nuestra Embajada será reducida a personal de emergencia para minimizar el número de diplomáticos en riesgo de exposición a los daños”, informaba entonces el comunicado del secretario de Estado, Rex Tillerson.
A partir de ese momento, hace aproximadamente once meses, el personal restante en la embajada solo lleva a cabo servicios de emergencia para ayudar a los ciudadanos de los Estados Unidos en necesidad.
Los trámites de visas de rutina para los ciudadanos cubanos deben realizarse desde entonces en terceros países lo que ha resultado en importantes perjuicios.
Adicionalmente, el Departamento de Estado emitió en septiembre de 2017 una advertencia que pedía a los estadounidenses no viajar a Cuba.
Dicha advertencia ha sido rebajada paulatinamente. En enero pasado Washington pasó a Cuba a la lista de países a los que sugiere “reconsiderar el viaje”.
El 23 de agosto el Departamento de Estado mejoró la clasificación de Cuba en su sistema de alertas de viaje al cambiarla de la categoría 3 a la 2, en la que se recomienda a los viajeros “ejercer una mayor precaución”.
Entretanto, el motivo de esta recaída en el estatus de las relaciones diplomáticas entre ambos países, no ha sido esclarecido por parte de ninguno de los dos gobiernos.
Cuba ha tildado de “oportunismo” y “manipulación política” el uso del término “ataques” por parte del gobierno de Estados Unidos para referirse a los incidentes de salud que han afectado a sus diplomáticos en La Habana.
Por su parte Estados Unidos insiste en la responsabilidad de Cuba de preservar, a partir de los convenios de Viena, la seguridad de los funcionarios, presuntamente violentada.
Debido a esas agresiones, que en principio Washington calificaba de acústicas –aunque luego reconoció no tener confirmada su naturaleza–, Estados Unidos tomó la iniciativa en el retraimiento de las relaciones con Cuba.
Estados Unidos también ha detectado problemas de salud similares en su personal diplomático en el consulado de Guangzhou, en China.