Emprendedores cubanos se dirigen a Biden: “Pedimos nuevamente que nos escuchen”

Dueños de mipymes, representantes de cooperativas y proyectos de desarrollo local, trabajadores y artistas independientes están sumando sus firmas para respaldar este mensaje, que incluye una lista de siete peticiones concretas para la Administración.

Foto: Yander Zamora/EFE.

Dentro de pocos días, el 16 de mayo, se cumplirá un año desde que la Administración Biden anunciara medidas de “apoyo al pueblo cubano”, entre las que se encontraban algunas específicas para el sector privado en la isla. 

El Gobierno de Estados Unidos se comprometía entonces a resolver aspectos muy concretos que impiden o dificultan el desarrollo de este sector, que concentra ya el 35 % de la fuerza laboralmente activa, nada menos que 550 mil trabajadores.

“Alentaremos el crecimiento del sector privado de Cuba —informaba el comunicado— apoyando un mayor acceso a los servicios de Internet, las aplicaciones y las plataformas de comercio electrónico de los Estados Unidos. Apoyaremos nuevas vías para los pagos electrónicos y para las actividades comerciales estadounidenses con empresarios cubanos independientes, incluso a través de un mayor acceso a las microfinanzas y la capacitación”.

Doce meses después, no se han cumplido esas promesas.

Los leves movimientos de la Administración en relación con Cuba hasta ahora han contemplado la reapertura de gestiones consulares y el otorgamiento de visas de inmigrante en La Habana; la eliminación de los límites al envío de remesas; la reapertura del programa de reunificación familiar y la inclusión de Cuba en el programa de parole humanitario iniciado en enero pasado. Poco más. 

La mayoría de las medidas tomadas durante el Gobierno de Trump para reforzar la política de sanciones de Estados Unidos contra Cuba permanecen intocadas. Dentro de todas ellas, la inclusión en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo tiene graves consecuencias para el desenvolvimiento del sector privado emergente en la isla.

Una carta y siete peticiones

En un nuevo intento por hacerse notar y llevar su punto de vista, sin mediaciones, a la Casa Blanca, un grupo de emprendedores cubanos redactó una nueva carta al presidente Biden, dando continuidad a una acción similar de noviembre de 2021.

Dueños de mipymes, representantes de cooperativas y proyectos de desarrollo local, trabajadores y artistas independientes están sumando sus firmas para respaldar este mensaje, que incluye una lista de siete peticiones concretas para la Administración. (Se adjunta el texto al final del artículo.)

“Estamos haciendo todo lo posible para construir un futuro en nuestro país, para crear oportunidades para nosotros, nuestros empleados y familias. Lo exhortamos nuevamente a cumplir su promesa de campaña de retomar el camino del compromiso y la normalización, y a cumplir su más reciente promesa de apoyo al sector privado cubano.“

Los firmantes piden a Biden que comience por reconocer “el daño significativo que las sanciones impuestas por la Administración Trump y que su Administración ha sostenido han causado a nuestras empresas, familias y comunidades“.

Recuerdan además que el propio Gobierno demócrata reconoce que las sanciones estadounidenses contra Cuba han provocado la actual crisis económica que enfrenta nuestro país”.

La coalición de organizaciones y personas pro normalización de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, ACERE, ha facilitado su plataforma web para dar a conocer la carta y acopiar las adhesiones. 

En declaraciones a OnCuba, Manuel Ramírez, portavoz de ACERE dijo que esperan “una respuesta respetuosa de la Administración que refleje una comprensión de los deseos del sector privado cubano como se indica en la carta”. 

“Esta carta insta a que se tomen medidas específicas que beneficiarán al sector privado cubano —explicó Ramírez— incluido el acceso a empresas fintech estadounidenses, permiso para abrir cuentas bancarias en los Estados Unidos, aliviar aún más las restricciones de viaje, establecer licencias generales para abrir el comercio y levantar las restricciones a las exportaciones estadounidenses a Cuba y cubanas a los Estados Unidos. Para poder lograr estas medida es preciso sacar a Cuba de la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo”.

A diferencia de la carta enviada en noviembre de 2021 por actores del sector privado cubano a Biden, en esta ocasión destaca el apoyo de empresas estadounidenses.

Hasta el momento han firmado 7867 personas, dueños o representantes de 181 empresas privadas y organizaciones empresariales de Cuba y de Estados Unidos (23), entre las que están asociaciones y federaciones que representan miles de empresas y cooperativas, con millones de miembros.

Sin turistas no hay oficio ni beneficio

Una de las firmantes de esta carta-petición a Biden es Adriana Heredia, líder de Beyond Roots, una marca que promueve la estética y la identidad afro desde 2016, en La Habana Vieja.

Beyond Roots ofrece experiencias educativas a personas que viajan a Cuba y tienen interés por conocer las raíces afrocubanas a través de la danza, la música, las tradiciones culinarias, las artes visuales… Esta es su principal fuente de ingresos en divisas, con las que obtiene los insumos necesarios para desarrollar el resto de sus líneas de negocio.

Han logrado instalar una tienda de estilo afro donde se consigue desde productos para el cuidado del cabello hasta accesorios, souvenirs, productos utilitarios y pullovers con mensaje identitarios. A esto se suma un salón de peluquería especializado en el cabello afro, con productos de origen natural. 

Promueven la estética y la identidad afro también a través de presentaciones de música en vivo, desfiles de moda, conferencias y talleres; a veces de forma gratuita y otras mediante cobro. Y, por último, gestionan un taller de impresiones serigráficas y un área de producción textil que da servicio también a otros emprendimientos.

“Desde que éramos niños estamos repitiendo como autómatas que el bloqueo nos afecta y es malo y que se ha convertido en la justificación para todas las cosas que funcionan mal en Cuba. Pero no fue hasta convertirme en emprendedora que entendí realmente el impacto que tiene el bloqueo y cómo nos afecta directamente”, comenta Heredia.

Las restricciones de viaje a Cuba se intensificaron en la era Trump a raíz de los supuestos “ataques sónicos” en 2017 cuando el Gobierno de Estados Unidos llevó a mínimos la actividad de su embajada en Cuba y desaconsejó a los ciudadanos estadounidenses de viajar a la isla, argumentando que “podían correr el riesgo de ser víctimas de ataques sónicos”. 

Tales ataques nunca fueron demostrados y, al contrario, tanto la comunidad científica como la de inteligencia y el propio Departamento de Estado concuerdan en que el bautizado “Síndrome de La Habana” (a pesar de haberse reportado casos en otros países) no es resultado de una campaña dirigida por un enemigo de Washington.

Un portavoz dijo en marzo pasado que “no hay un denominador común” entre los afectados: algunos casos se pueden explicar por “causas naturales”, otros por “efectos ambientales” y algunos todavía está por determinarse.

De hecho, desde principios de enero la sede diplomática en La Habana reabrió sin incidentes. En su sistema de clasificación de Alertas de Viaje el Gobierno de Estados Unidos considera actualmente a Cuba en Nivel 2; sugiere tener mayor precaución en Cuba debido a que “la delincuencia menor es una amenaza para los turistas en Cuba”.  

Lejos de apartarse de la línea dura de Trump, durante el mandato de Biden también han sido reforzadas las medidas para dificultar los viajes a la isla y no solo de ciudadanos estadounidenses.

En septiembre de 2022 se activó la obligación de que los ciudadanos extranjeros que deseen visitar Estados Unidos tengan que pedir una visa de ingreso si antes han viajado a Cuba. Una cuchillada al costado de los planes de Cuba para estimular mercados europeos. 

Foto: Yander Zamora/EFE.

¿A quién afecta esta política?

Entre 2020 y 2021 no solo la pandemia fue responsable de noquear al sector turístico cubano hasta dejarlo prácticamente paralizado. Cuando las restricciones sanitarias se levantaron, jugaron un papel clave las políticas de EE. UU. para que se mantuvieran vacíos no solo los hoteles de varios pisos en los principales balnearios y ciudades  —incluidos los nuevos hoteles que se siguieron levantando a pesar de la crisis—, sino también los alojamientos privados gestionados a través de plataformas como Airbnb. 

La principal fuente de ingresos de la economía cubana tiene ya un alto componente relacionado con la zona privada de la economía. Así que el estado de coma del turismo en Cuba fue devastador también para emprendimientos dedicados a la hostelería, la restauración y el transporte privado, que son la mayoría en esa emergente comunidad de negocios privados. 

Solo por recordar: en junio de 2017 Airbnb dio a conocer un informe en que reconocía que desde 2015, cuando empezó a operar en Cuba, en pleno “deshielo” de relaciones entre EE. UU y Cuba, este había sido el país donde el número de ofertas creció más rápido, hasta llegar a tener más de 22 000 alojamientos privados repartidos en 70 ciudades y pueblos de la isla. En solo dos años este negocio dejó 40 millones de dólares en ingresos para esos anfitriones cubanos. 

Quiero crecer y no puedo

Los problemas para alguien con el ímpetu empresarial de Adriana Heredia no paran ahí.

“Por causa del bloqueo, la posibilidad de escalar nuestro negocio se nos limita muchísimo. No podemos utilizar herramientas como Shopify, o Trello [una herramienta básica de gestión de equipo online]. Tampoco podemos operar una cuenta bancaria fuera de Cuba. Suponiendo que logres abrir una empresa en otro país, ningún banco te acepta abrir una cuenta porque Cuba está incluida en la Lista [de Países Patrocinadores del Terrorismo]”.

“Nosotros quisiéramos empezar a ofrecer los servicios de Beyond Roots a través de nuestra propia página web, no solo a través de Airbnb. Queremos incluso lanzar un e-commerce. Pero estando en Cuba resulta prácticamente imposible”.

El catálogo de obstáculos es grande. Amaury Sánchez, presidente de una cooperativa de Matanzas dedicada a prestar servicios electrónicos integrales desde 2014, considera que “muchos de los emprendimientos cubanos lograrían mejores resultados de los que hoy muestran” si hubiera un cambio de política hacia Cuba por parte de Estados Unidos.

Cuando se le pregunta por qué firmó esta carta al presidente Biden hace una síntesis de los beneficios concretos que conseguiría su cooperativa. 

“En nuestro caso, tendríamos acceso a créditos bancarios que nos permitirían tener una fuente de suministro estable. Podríamos importar materias primas e insumos, con menor costo y de manera más expedita, si pudiéramos hacerlo desde Estados Unidos”.

“Además, nos permitiría exportar hacia ese país bienes y servicios de calidad. Podríamos crear filiales para producir o brindar nuestros servicios y nos daría la opción de asociarnos a empresarios que muestren interés en nuestras producciones o servicios”.

Foto: Yander Zamora/EFE.

Las cooperativas también

Desde otro lado del espectro de iniciativas no estatales, Iran Morejón, representante de CO-EMPRENDE también ha firmado la carta. CO-EMPRENDE es un proyecto sociocultural que quiere convertirse en un Proyecto de Desarrollo Local y se dedican a la diseminación de conocimientos sobre el cooperativismo y la economía social solidaria.

“El objetivo es que los ciudadanos de a pie aprendan sobre cooperativismo y democracia económica en sentido general. Para ello, organizamos talleres gratuitos, charlas y publicamos artículos. Para que haya más cooperativas y la ciudadanía absorba el conocimiento sobre los presupuestos participativos es necesario socializar esa información, a tenor con la Resolución de la ONU 56/114 que insta a los gobiernos a fomentar el cooperativismo y la Recomendación 193 de la OIT que aboga por la inclusión del estudio del modelo empresarial cooperativo en los programas de enseñanza de todos los niveles de los sistemas educativos nacionales”, explica Morejón.

“Las políticas de sanciones económicas dificultan la transferencia de tecnología, ahuyentan a los inversionistas, encarecen el transporte de mercancías y obstaculizan que Cuba pueda integrarse a organizaciones multilaterales que sirven de soporte financiero a muchos proyectos de colaboración”.

No es contra el Gobierno, es contra la gente

El Gobierno demócrata de Biden, a pesar de sus promesas de campaña, mantiene en lo fundamental el enfoque de política hacia Cuba legado por Trump, contrario al engagement que Obama inició en 2014, cuando Biden ocupaba la vicepresidencia. 

Desde Washington, funcionarios y portavoces continúan argumentando que las sanciones son teledirigidas y específicas contra el Gobierno cubano y los dirigentes. A la vez, afirman que apoyan y favorecen a la totalidad del pueblo. Pero es una formulación difícil de digerir en la isla, en medio del desabastecimiento y las escasez de prácticamente todo lo necesario para vivir.  

A la larga y en lo inmediato, toda acción restrictiva sobre la economía cubana afecta al conjunto de actores que participan en ella, sea como productores o como consumidores, y refuerza los padecimientos de la gente común que no tiene cargos o ni siquiera apoya al Gobierno de Miguel Díaz-Canel. 

“El sector cooperativo cubano, aunque no está comprendido dentro del espectro empresarial estatal, también se afecta en su desempeño económico por sanciones extraterritoriales que aplica el Gobierno estadounidense. Quien sufre las afectaciones es el pueblo cubano”, comenta Morejón. 

Por su parte, Adriana Heredia responde taxativamente a la pregunta de cómo podría beneficiar a la población general que la Administración tuviera en cuenta esta petición y solucionara los obstáculos que impiden mejoría en las condiciones de funcionamiento del sector privado en Cuba. 

“Los emprendedores cubanos somos también el pueblo cubano. Es un concepto básico. Los emprendedores cubanos generamos empleo y nos afectan a todos. Además de nuestras propias ineficiencias, el bloqueo es también responsable del desabastecimiento. El sector privado en Cuba está jugando un rol muy importante, genera dinamismo y beneficio para todas las personas que viven en el país. Si se pudieran derrumbar todas esas barreras que existen para nosotros, asociadas al bloqueo, tendríamos un impacto positivo directo en las condiciones de vida de todas las personas en Cuba”.

 

Carta de sectores empresariales de Cuba y EE. UU. al presidente Biden sobre apoyo al sector privado cubano

Señor Presidente Biden,

Ha pasado casi un año y medio desde que muchos de nosotros le enviamos una carta con una solicitud similar en noviembre de 2021. Pronto habrá pasado un año desde que anunció medidas de apoyo al sector privado cubano en mayo de 2022.

Escribimos una vez más, como emprendedores, trabajadores por cuenta propia, empresarios y cooperativistas cubanos, todos parte del sector privado cubano en rápido crecimiento. Estamos haciendo todo lo posible para construir un futuro en nuestro país, para crear oportunidades para nosotros, nuestros empleados y familias. Lo exhortamos nuevamente a cumplir su promesa de retomar el camino del diálogo y la normalización, y a cumplir su más reciente promesa de apoyo al sector privado cubano. Nos gustaría reafirmar que su administración debería comenzar reconociendo el daño significativo que las sanciones impuestas por la Administración Trump y que su administración ha sostenido han causado a nuestras empresas, familias y comunidades. De hecho, su propia Administración reconoce que las sanciones de Estados Unidos contra Cuba han provocado la actual crisis económica que enfrenta nuestro país. Un informe del Departamento de Seguridad Nacional del 9 de enero de 2023 establece que la última ola migratoria cubana ha sido “impulsada por tres factores clave: Primero, Cuba enfrenta su peor crisis económica en décadas debido a los impactos persistentes de la pandemia de COVID-19, altos precios de los alimentos y sanciones económicas”. 

Damos la bienvenida al apoyo prometido en la forma de “mayor acceso a servicios de Internet, aplicaciones y plataformas de comercio electrónico de EE. UU.”, “ampliación del acceso a microfinanzas y capacitación” y “opciones para pagos electrónicos” que anunciaron el 16 de mayo de 2022. Aun no hemos visto un progreso real en ninguna de estas áreas. Más importante aún, su Administración debe considerar que nuestro éxito comercial se ve muy limitado por la política actual de EE. UU. hacia Cuba, que dificulta nuestras operaciones comerciales cotidianas y reduce la demanda de nuestros bienes y servicios.

Las restricciones de viaje actuales y la inclusión de Cuba en la Lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo (SSOT, por sus siglas en inglés) del Departamento de Estado limitan el flujo de visitantes estadounidenses y europeos, y han reducido significativamente la demanda de nuestros productos, directa e indirectamente. Tres de las actividades que representan la mayor parte del empleo en el sector privado son precisamente el alojamiento, los restaurantes y el transporte, que sufren directamente del bajo turismo estadounidense e internacional y, a su vez, reducen la demanda de otros negocios.

El cierre de los servicios consulares para visas de no inmigrantes ha disminuido nuestra capacidad de viajar a los EE. UU. y adquirir directamente los suministros necesarios. La cancelación de cuentas bancarias en los EE. UU. para algunos propietarios de pequeñas empresas cubanas ha hecho que las transacciones financieras sean mucho más difíciles y costosas, incluso para recibir pagos en línea. La inclusión de Cuba en la lista SSOT y las medidas tomadas contra las instituciones financieras continúan impidiendo que las plataformas de pago electrónico y comercio electrónico como Paypal nos brinden servicios. El mantenimiento de la eliminación de la exención del Título III de Helms Burton hecha por la Administración Trump desalienta a los posibles inversores estadounidenses e internacionales en nuestros negocios.

El sector privado cubano ha crecido muy rápidamente desde que en agosto de 2021 se aprobaron las nuevas reglas para los trabajadores independientes, las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) y las cooperativas. Ahora somos más de 550 000 trabajadores por cuenta propia, 7500 MIPYMES privadas y 5000 cooperativas que emplean cerca de 35% de la población económicamente activa. A pesar de algunas limitaciones legales y reglamentarias que persisten para nuestras operaciones comerciales, podemos recibir inversiones extranjeras de nuestros familiares y negocios en el extranjero. Somos independientes del gobierno cubano, como lo ha subrayado recientemente Benjamin Ziff, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en  La Habana.

Es incomprensible e inhumano que en medio de una crisis económica interna agudizada por la actual crisis mundial, a más de la mitad de su mandato, su administración —que reiteradamente afirma apoyar al pueblo cubano y apoyar al sector privado— haya continuado, en su mayor parte, con las políticas crueles y fallidas de la era Trump que apuntan directamente a nuestros medios de vida y, directa e indirectamente, también afectan en gran medida a nuestros negocios.

Usted, como Presidente, todavía tiene la capacidad de deshacer de inmediato la mayoría de las medidas tomadas por la Administración Trump. Lo felicitamos por lograr algunos avances con la reapertura de los viajes en cierta medida, la Embajada en La Habana parcialmente, y las remesas, que fueron tres de nuestras solicitudes en nuestra carta anterior. Pero este avance es aún muy limitado en comparación con las necesidades y derechos de los ciudadanos tanto cubanos como estadounidenses, los cuales continúan siendo ignorados. Desafortunadamente, nuestra cuarta solicitud sigue sin avances: es imperativo que Cuba sea sacada de la Lista de SSOT para que nuestros negocios prosperen.

Durante su mandato como vicepresidente se demostró que una política entre EE. UU. y Cuba que permitiera aumentar los servicios bancarios, de telecomunicaciones y de viajes nos ayudó sustancialmente. Les pedimos nuevamente que nos escuchen a nosotros —miembros del sector privado cubano— y no a una pequeña comunidad de cubanoamericanos que se benefician de hacer de la política EE.UU.-Cuba un tema electoral interno a pesar de tener claras e inamovibles lealtades políticas.

Lo instamos a considerar las siguientes medidas que realmente beneficiarán a nuestras empresas, familias y empleados:

1.      Permitir transacciones financieras que tengan como destino final entidades privadas cubanas y permitir que empresas privadas cubanas operen servicios de empresas fintech estadounidenses como PayPal y similares.

2.      Permitir a las empresas y empresarios privados cubanos abrir y administrar cuentas bancarias en territorio estadounidense, sin que sea necesario que los empresarios cubanos permanezcan en territorio estadounidense para poder operarlas.

3.      Reformulación de visas de negocios de entradas múltiples para empresarios y empresarios privados cubanos.

4.      Restaurar los viajes a Cuba para ciudadanos estadounidenses y residentes bajo licencias educativas y de persona a persona.

5.      Establecer una licencia general que permita a los ciudadanos y empresas estadounidenses invertir y/o comerciar con empresas privadas cubanas.

6.      Modificar las Regulaciones de Control de Activos Cubanos, para firmar para:

         a.      Incluir a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYMES) privadas y Cooperativas cubanas entre las referencias a empresas privadas.

        b.      Ampliar el alcance de las licencias generales para que las empresas estadounidenses exporten todos sus productos y servicios a empresas privadas cubanas.

        c.      Ampliar el alcance de los bienes y servicios de empresas privadas cubanas que pueden importarse a los Estados Unidos.

7.      Sacar a Cuba de la Lista de Países Patrocinadores del Terrorismo (SSOT), dado que es necesario para lograr todo lo expuesto anteriormente en 1, 2, 5, 6 y 7.

Atentamente,

Los que firmamos abajo…

 

 

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