Vicente Dopico Lerner, consumado artista e incansable defensor de Cuba, su tierra natal, falleció el 15 de octubre en Miami, donde vivió durante más de cinco décadas.
Fue, o debería haber sido, un día triste para la comunidad cubanoamericana del sur de Florida. La noticia es particularmente dura para el mundo artístico. Dopico, como lo llamaban sus amigos, fue un talentoso pintor, escultor y ceramista, y un pionero indispensable del movimiento artístico de Miami.
Su muerte deja un enorme hueco en los corazones de su familia y amigos y un gran vacío que será muy difícil de llenar en la comunidad artística del sur de Florida.
Nacido en abril de 1943 en La Habana, Dopico no solo fue un pintor galardonado, también escribió sobre arte latinoamericano y fue director del Museo de Arte y Cultura de Cuba en Miami.
https://twitter.com/NacionyEmig/status/1317198794409336833
Recibió una licenciatura y una maestría en bellas artes de la Universidad de St. Thomas en Miami y estudió artes visuales, acuarela, dibujo, pintura y diseño en la Art Student League de la ciudad de Nueva York.
Fue galardonado con la prestigiosa Beca de la Fundación Cintas, Nueva York, en 1976 y tres años después la Sociedad de Bellas Artes, San Petersburgo, Florida.
Su obra ha sido expuesta, entre otros lugares, en Miami, Nueva York, Santo Domingo, Nueva Orleans, San Juan y La Habana, la muestra de la que más orgulloso estaba.
“Soy parte de un grupo de románticos que continuamos valorando el arte en relación con nuestro propio crecimiento como seres humanos”, dijo Dopico a Raisa Clavijo en una entrevista para la revista ArtDistricts.
Pero Dopico era más que un artista talentoso, también era un activista apasionado por su patria. En 1978 participó en el diálogo entre emigrados y el gobierno cubano que resultó en la liberación de más de 2,500 presos políticos y en que más de 100,000 cubanos residentes en el exterior visitaran su país en 1979.
Dopico se ha ganado un lugar de honor en la historia de la izquierda cubana que surgió en Estados Unidos contra viento y marea compuesta por cubanos mayormente jóvenes que, sin dogmatismo, lo arriesgaron todo por el derecho de su patria a vivir en paz y a ser respetada.
A ella perteneció junto a otros compañeros y compañeras ya fallecidos como Lourdes Casal, Francisco Aruca, Margarita Lejarza y Carlos Muñiz Varela, cofundador de la primera agencia de viajes a Cuba, asesinado en Puerto Rico por elementos de la extrema derecha cubana que se oponían a los viajes a la isla.
Como dijera el periodista radial de Miami Carlos Rafael Diéguez, “(Dopico) fue un hombre de su tiempo, honesto y valiente. Es difícil no recordarlo vivo. Tuve la suerte en los últimos años de estar cerca de él y confieso que Dopico, su nombre y su obra nos anima a no dejar de luchar, por la paz y el amor a Cuba, nuestra patria. Recordémoslo con alegría”.
Nuestras condolencias más sentidas a su hija Didi, y a Lourdes.