Un grupo de militares estadounidenses retirados pidió al gobierno de Donald Trump continuar el proceso de normalización de relaciones con Cuba.
En una carta al teniente general H.R. McMaster, asesor de Seguridad Nacional del presidente, dieciséis ex oficiales de alto rango dijeron que fortalecer vínculos con la Isla favorecerá los intereses de seguridad nacional y la estabilidad de la región.
“La ubicación de Cuba en el Caribe y la proximidad a Estados Unidos la convierten en un socio natural y estratégicamente valioso sobre cuestiones de interés inmediato, incluido el terrorismo, el control de fronteras, el enfrentamiento a las drogas, la protección del medioambiente, y el manejo de emergencias”, dice la carta, que fue coordinada por la organización no partidista American Security Project (ASP).
Los militares, con rango de generales, almirantes y contralmirantes, señalan que en los últimos dos años se han logrado “progresos sustanciales” en las relaciones entre ambos países y ponen como ejemplo la veintena de acuerdos firmados entre Washington y La Habana. “Debemos continuar y ampliar esos esfuerzos”, afirman.
Además, opinan que la reapertura de relaciones con la Isla ayudaría a mantener la estabilidad económica de Cuba y evitar así la posibilidad de un nuevo éxodo masivo hacia territorio estadounidense. También permitiría “reformular los nexos con Latinoamérica, aislando a nuestros adversarios”.
“Reconocemos que el gobierno cubano debe hacer más para abrir su sistema político y dialogar con el pueblo –dice la misiva. Pero si no somos capaces de conectarnos desde el punto de vista económico y político, no hay duda de que China, Rusia, y otros con intereses contrarios a los Estados Unidos, se apresurarán a llenar ese vacío”.
La carta fue firmada, entre otros, por el general James T.Hill, al frente del Comando Sur entre los años 2002 y 2004; el también general Merrill Anthony McPeak, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Área entre 1990 y 1994; el vicealmirante Lee F. Gun, quien fuera Inspector Naval General de los Estados Unidos de 1997 a 2000; así como el almirante Robert Inman, quien ocupó altos cargos en los servicios de inteligencia de los presidentes Ronald Reagan y George W. Bush.
La intención de los firmantes es llegar a Trump a través de McMaster, un militar de mentalidad pragmática de creciente influencia en la Casa Blanca, según analistas.
Aunque la actual administración no ha definido todavía su posición sobre Cuba, el presidente Trump anunció durante su campaña que podría revertir el “deshielo” iniciado por Obama. En febrero pasado su portavoz, Sean Spicer, dijo que la política hacia la Isla se encontraba en “completa revisión”. No obstante, los expertos consideran que este no es un tema prioritario para el gobierno estadounidense.
Cuba y Estados Unidos hablaron “en detalle” sobre Derechos Humanos
Sobre esto se refirió el jueves otro de los firmantes de la carta, el brigadier retirado Stephen A. Cheney, en una conferencia de prensa: “No se ha definido aún una política hacia Cuba (…) y por eso estamos dando ahora este paso”. En su opinión, las relaciones con la Isla no deben ser vistas solo como un legado de la administración anterior y ser revertidas por esta razón.
“No se debería mirar la política hacia Cuba simplemente como algo hecho por Obama y porque lo hizo él, lo odias. (…) Sería un enorme éxito para el presiente Trump abrir más el comercio en beneficio de las empresas de Estados Unidos”, comentó Cheney.
Su posición fue apoyada por el teniente general John G. Castellaw para quien “claramente el embargo no ha funcionado”. Los militares retirados consideraron que podrían levantarse las restricciones comerciales y financieras que pesan sobre Cuba, por ejemplo en la agricultura.
Cheney y Castellaw formaron parte de un grupo de ex oficiales que visitó la Isla en marzo pasado. En esa ocasión dialogaron con funcionarios de varios ministerios cubanos y visitaron el puerto del Mariel.
En la visita los militares retirados no se reunieron con opositores al gobierno de Raúl Castro, algo que fuera cuestionado por simpatizantes dentro y fuera de la Isla, “pero este no era el propósito del viaje sino escuchar a los representantes oficiales, tener una idea de su funcionamiento y sus intereses”, dijo Cheney al respecto.
El brigadier retirado afirmó que durante el viaje conocieron las ideas de La Habana sobre la cooperación con los Estados Unidos y la preocupación cubana por el hecho de que reuniones rutinarias para dar continuidad a los mecanismos de cooperación bilaterales hayan sido canceladas por la actual administración. “No porque haya un cambio de política sino porque el personal no está”, comentó Cheney en referencia a la lentitud del gobierno de Trump en renovar la plantilla de funcionarios encargados de América Latina.
La visita a Cuba, como la misiva dirigida a McMaster, corrió a cargo de ASP y fue organizada por Scott Gilbert, miembro de la junta directiva de la organización y abogado del contratista Alan Gross, que estuviera preso en la Isla y fuera liberado el 17 de diciembre de 2014.
La carta de los militares estadounidenses coincide con las declaraciones de Phil Bryant gobernador de Mississippi, quien pidió a la administración Trump continuar el diálogo con Cuba durante una visita que realiza a la Isla desde este miércoles.
Somos muchos lis cubanos que dentro y fuera de Cuba deseamos que se mantengan los vinculos entre los dos paises. Es necesario que la anacrónica politica con grandes reminiscencias de la guerra fría sean definitivamente desechadas.