Un cubano americano residente en Texas interpuso una demanda ante un tribunal de Miami contra la empresa American Airlines por aceptar reservaciones en hoteles de Varadero construidos sobre una propiedad confiscada a su familia después de 1959.
La demanda, posible gracias a la ley Helms-Burton, afirma que la aerolínea estadounidense a través de su sistema de reservaciones en línea, ofrece estancias en los hoteles Iberostar Tainos, Meliá Las Antillas, Blau Varadero y Starfish Varadero. Estos hoteles, aduce Robert M. Glen, fueron edificados en un terreno donde existía una mansión de su familia que fue nacionalizada y posteriormente derribada para dar lugar a las instalaciones hoteleras.
La aerolínea, “opera varios vuelos diarios desde el aeropuerto internacional de Miami y sus destinos en Cuba incluyen Varadero. Los pasajeros pueden reservar esos vuelos a través de su principal sitio web, aa.com, (pero también) pueden reservar hoteles en su sitio BookAAHotels.com, o sea, un sitio web de American Airlines que ofrece reservaciones en edificios construidas frente a la playa en un terreno confiscado a la familia Glen”, sostiene la demanda. Todo esto, “independientemente del hecho de si reservan un boleto o no”.
Además, los “clientes de American Airlines pueden ganar puntos de lealtad (a la aerolínea) si hacen la reserva. Es así como reservando en esos hoteles, American Airlines está enfrascada en una actividad comercial que utiliza y se beneficia de la propiedad confiscada de la familia Glen. No solo participa como obtiene ganancias por el tráfico llevado a cabo por los hoteles”, enfatiza el documento legal.
El viernes, Glen presentó otra demanda contra la empresa de reservaciones digital Expedia, esta vez interpuesta en un tribunal del estado de Washington, en la costa oeste del país.
“No diría si estamos en el principio, pero es de esperar un gran número de demandas. Estamos aquí para ver”, comentó John Kavulick, director del US Cuba Economic and Trade Center, con sede en Washington D.C., una entidad que sigue muy de cerca el intercambio comercial en los dos países y sus consecuencias legales.
American Airlines ya había sido demandada recientemente por otro cubano americano por el uso del aeropuerto José Martí en La Habana. La querella fue interpuesta por José Ramón López Regueiro, quien afirma haber heredado la terminal aérea de su padre, José López Vilaboy, un personero del régimen de Fulgencio Batista que era dueño, además, de dos líneas aéreas y varios periódicos e imprentas.
Esta demanda abarca también a la aerolínea chileno brasileña Latam, por las misma razones. Pero su presentación pudiera complicar una movida comercial que Latam está negociando y, al parecer, a punto de firmar: un acuerdo con Delta Airlines para compartir accionistas.
La idea es que Delta compre el 20% de las acciones de Latam. De hacerlo, quedaría automáticamente envuelta en la repartición de ganancias de la empresa. Y en ello, las que se obtienen con los vuelos a la isla del Caribe.
De todos modos, Delta ya viaja por si sola a La Habana por lo cual puede ser objeto de una demanda, que no ha sucedido hasta ahora. Según Kavulich, tanto si el nombre de la empresa aparece en la demanda contra Latam o en una tercera separada, lo más probable es que argumente ante el tribunal que los vuelos han sido autorizados por el gobierno de Estados Unidos, lo mismo que American Airlines se prepara para hacer, tal como han hecho las navieras demandadas por el uso de los puertos de La Habana y Santiago de Cuba.
Puede haber, sin embargo, un escollo. Las demandas contra las aerolíneas, especialmente la de López Regueiro no especifican si incluyen los edificios y el terreno, o solamente los primeros. Porque, al triunfo de la Revolución Cubana, cuando fue nacionalizado, el aeropuerto de La Habana consistía de una sola terminal, la actual número 1. Y los vuelos desde Estados Unidos, sean charter o regulares, sólo utilizan la 2 y 3, construidas después del proceso de nacionalización.