Desde el 17 de diciembre de 2014 es rara la semana que en Cuba no nos enteremos de la ocurrencia de un suceso de acercamiento entre la mayor de las Antillas y los Estados Unidos de Norteamérica y aunque en el ámbito económico están las mayores expectativas los intercambios culturales ocurren, aportan y por lo tanto se agradecen.
Uno de los encuentros más reciente ha sido la gira del Departamento de Música de la Escuela Secundaria de North Shore, plantel ubicado en una comunidad pequeña de la costa norte de Long Island, Nueva York.
Integrada por dos orquestas, una de cuerdas y otra de metales, y por un coro, la agrupación musical se presentó durante varios días en la Sala Covarrubias del Teatro Nacional, en la Habana, en el Teatro Tomás Terry, de Cienfuegos y en el Teatro La Caridad, de Santa Clara.
Para los que asistieron al teatro santaclareño la función fue hermosa y vibrante, según comentaron algunos asistentes al salir de la sala, de un lleno completo esa noche.
El opening musical corrió a cargo del Coro AndiNos, agrupación local dirigida por Maykel Iglesias quien dio paso a las interpretaciones del Coro de Cámara estadounidense, bajo la batuta de Michael Kerscner, el cual ejecutó un repertorio de temas norteamericanos y un clásico tradicional cubano, Juramento, del cubano Miguel Matamoros, en un arreglo del maestro Electo Silva.
Sobre el escenario entonces les sucedieron a los cantores las Orquestas de Cuerdas y la de Metales, la primera dirigida por Jason Domingo y la segunda por David Soto, quien conquistó al público con su carisma.
“Ay señor, gracias a Dios vamos a visitar Cuba, a la gente de Cuba y ha sido increíble” dijo David mientras dibujaba una amplia sonrisa. “Debemos dar gracias por el gran apoyo en mi comunidad para que este viaje se diera y desde que llegamos, desde el primer momento en la Habana, en Cienfuegos y aquí en Santa Clara, cada momento ha sido con amor y respeto porque la gente de Cuba tiene una alegría y una capacidad dar más.”
Las orquestas ejecutaron un repertorio integrado por piezas de Leroy Anderson, Astor Piazola, John Philip Souza, Folk. Hyman, Juan Sebastián Bach, Jaime Texidor y John Cander.
Según Soto, un norteamericano de claros orígenes hispanos, “es importante que el joven norteamericano sepa que la gente de Cuba son una dulzura porque la juventud es el futuro y tiene que saber y conocer de la cultura y de las personas de Cuba y los intercambios musicales pueden servir para eso”.
La North Shore High School, de Long Island, es una comunidad educativa dinámica compuesta por cinco escuelas ubicadas dentro de los sistemas públicos más fuertes de los Estadios Unidos. El Departamento de Artes Escénicas incluye a más de 400 estudiantes y tiene un legado reconocido en el área de Banda, Coro y Música Orquestal.
Además de recibir constantemente clasificaciones Oro en festivales estatales, sus ensambles escénicos se han presentado en Austria, Argentina, Canadá, Croacia, la República Checa, Hungría, Italia, España, Eslovenia y Uruguay.
Santa Clara no para de recibir artistas norteamericanos que vienen a cubrir esta vía del intercambio, que se hace en dos direcciones o no es intercambio real. Hace apenas un mes el Coro Sinfónico Cabrillo de San Francisco en California, se presentó también en el Teatro La Caridad, ocasión en que compartió la escena con el Coro Profesional de Santa Clara, las Cantorías Infantiles y con el Trío de Cuerdas Sedacero.