La empresa estadounidense de transferencia internacional de fondos, Western Union, ha confirmado este jueves que ha cancelado las transferencias monetarias hacia Cuba desde todos los países exceptuando Estados Unidos.
“Dados los retos únicos de operar los servicios de remesas de países fuera de Estados Unidos hacia Cuba, Western Union se ve imposibilitada de operar transferencias de dinero hacia Cuba desde países que no sean Estados Unidos a partir del 26 de febrero de 2020. Entendemos el impacto que esto tendrá en nuestros clientes y seguiremos en contacto con ellos si se nos presenta la posibilidad de reactivar las transacciones fuera de Estados Unidos hacia Cuba en un futuro”, dijo una portavoz de la empresa en un escueto comunicado enviado a OnCuba, confirmando algo que se había avanzado hacia unos días.
La nota no aclara ni las circunstancias ni las razones que llevaron a la Western Union a tomar esta medida. Esos envíos representan un importante de apoyo que los cubanos que viven en el exterior prestan a sus familiares en la Isla. Se trata de un flujo de fondos que en el año 2018 alcanzó los 6.600 millones de dólares, el 90% procedentes de Estados Unidos.
Aunque la restricción no afectará sustancialmente el monto de las remesas, tampoco representa el fin de su envío desde otros países, donde otras empresas locales tienen la misma capacidad. Pero la suspensión de los envíos desde otros países constituye un retroceso en una industria en la que la Western Union tenía el monopolio virtual y va a profundizar la labor de personas que viajan a la Isla llevando remesas particulares.
“Abiertamente, Western Union pierde una parte importante de este negocio y se crea una alternativa que las mulas, particularmente de América Latina, van ahora a sustituir a la empresa norteamericana. Por una razón muy sencilla: la gente no tiene la tendencia de confiar en empresas de países latinoamericanos que encaran, además, restricciones legales muy duras en relación con el monto de las transferencias y una enorme burocracia para llevarla a cabo”, explicó el analista mexicano Marcos Gutiérrez, quien aclaró que tendría que recabar más información sobre el impacto de la medida.
Aunque la Western Union no ha dicho si la decisión responde a una presión de la administración Trump, lo cierto es que desde octubre pasado el gobierno estadounidense ha limitado las remesas a 1.000 dólares trimestrales y solo a familiares directos de los cubanos que viven en Estados Unidos. Pero en el marco de la aplicación del capítulo III de la Ley Helms-Burton han surgido versiones en el sentido de que la Western Union, como empresa estadounidense operando en la isla, pudiera ser blanco de demandas de cubano-americanos que se vieron perjudicados por las nacionalizaciones de sus propiedades al inicio de la Revolución Cubana.
Sin embargo, de momento la Western Union no ha presentado ninguna demanda, ni indicado que pretenda hacerlo. Recuérdese que la empresa estadounidense siguió operando en Cuba después de 1959, principalmente dedicada al envío y recepción de telegramas, un servicio que entró en baja mundialmente con el surgimiento del correo electrónico.
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