En Cuba la palabra Coppelia remite, en primer lugar, a la heladería habanera, esa que es visita obligada de cubanos y extranjeros que llegan a la capital y destino habitual de quienes viven en ella. Sin embargo, casi nadie piensa en el ballet que le dio nombre a este lugar. Muchos ni siquiera conocen que de allí proviene el nombre. Y hasta el momento, ir a tomar helado no guardaba ninguna relación con el arte de los fouettes.
Pero desde hace algunas semanas inauguraron un nuevo salón dentro de este recinto del Vedado diseñado por el arquitecto Mario Girona. Ahora, además de refrescarse con el helado, uno puede acercarse a las obras más emblemáticas del Ballet Nacional de Cuba y a sus protagonistas. Las Cuatro Joyas ha sido denominado el espacio, en homenaje a las célebres bailarinas cubanas Josefina Méndez, Aurora Bosch, Loipa Araújo y Mirta Plá.
Uno de sus atractivos es el conjunto de fotografías de piezas del repertorio de la compañía como Giselle, Carmen, Grand Pas de Quatre, El lago de los cisnes, Don Quijote, Bodas de sangre y Flora, de los artistas del lente Maurice Saymour, Nancy Reyes, Luis Alberto Alonso, entre otros.
A la vez, las personas pueden disfrutar de su helado en la misma silla donde se sentó Alicia Alonso el día de la inauguración y, si se ponen de suerte, escuchar la anécdota de los camareros que le sirvieron: “Tuvo la delicadeza de subir las escaleras, nosotros pensábamos que no lo haría por su edad, pero lo hizo y se tomó una Vaca Negra completica. Según nos contó su esposo ella apenas prueba los platos que le ofrecen y, casi nunca, come o bebe hasta el final. Parece que estaba feliz aquel día”.
Después de eso varias personas han llegado al salón a preguntar por la visita de la mundialmente conocida prima ballerina assoluta: “Hoy, por ejemplo, vinieron unos holandeses que habían leído la noticia en Internet y querían sentarse en la mesa donde ella estuvo, saber cómo había sido, qué había dicho”, cuenta uno de los trabajadores.
El salón, con capacidad para 40 personas y ubicado en la segunda planta de la instalación, se torna agradable también por ser un espacio climatizado y porque las especialidades que se ofertan están bautizadas con nombres de obras clásicas.
Así, el cliente puede tomar La Cuatro Joyas formadas por un cuarteto de bolas de helado adornadas por igual número de cerezas o el Don Quijote, que consiste en una bola atravesada por una espada hecha de fruta tropical. Si va de romance puede pedir Romeo y Julieta, pero si tiene mucho apetito mejor ordenar un Giselle y saborear cinco raciones acompañadas también por cerezas, grajeas y sirope.
Nota: Los precios oscilan entre $0.50 y $4.05 CUC
Muy intesante, es una iniciativa que ayuda al conocimiento de nuestra cultura y ademas a la economia del pais.
Sabrosas ofertas de helados en ese nuevo salón de Coppelia donde podemos además recrearnos con obras del ballet Nacional de Cuba.
Realmente los servicios llevan un toque de arte, se ofrecen como parte de la cultura del lugar dejando caer cual fuese su origen al que lo recibe. Me agradó mucho. Gracias por permitirnos compartir el arte de COPPELIA.
Oportuna y sabia actualizacion de la original propuesta para los gustos de los cubanos, que contaran con una refinada oferta al paladar y recreaciones de una de las maravillosas vertientes del arte.
El arículo muy interesante, la iniciativa es excelente ya que es un aporte a la cultura y al buen vivir, la preocupación :la sostenibilidad, porque depende del interés y el amor que los trabajadores de Coppelia le pongan al servicio
Fabuloso artículo.
Muchos cubanos y visitantes foráneos conocen la heladería Coppelia, pero no todos conocen el orígen de su nombre.
Felicidades por la iniciativa