El Banco Central de Cuba (BCC) aseguró que, en lo inmediato, no circularán billetes con mayores denominación a los que ahora existen. Las declaraciones fueron hechas en medio de rumores sobre el tema.
Alberto Quiñones Betancourt, vicepresidente del BCC, explicó que el sistema bancario “opera y operará en el corto y mediano plazo” con billetes de las denominaciones existentes. Las declaraciones son parte de una entrevista concedida al Canal Caribe, de acuerdo con una publicación del periodista Lázaro Manuel Alonso en su perfil de Facebook.
El directivo también aclaró que desde el BCC se estudia “lo que sucede hoy con la demanda de efectivo para, en consecuencia, adoptar las medidas que correspondan”.
Impresión de billetes
Al menos en el adelanto de la entrevista, Quiñones Betancourt no desmiente la información publicada hace pocos días por el periódico local Victoria, de la Isla de la Juventud, sobre la impresión de billetes con similar denominación a los ahora disponibles, los cuales estarían disponibles en las sucursales bancarias este propio mes.
En un reportaje sobre la situación de los cajeros automáticos y la disponibilidad de efectivo en ese territorio, Ronald Molina, gerente comercial de la sucursal del Banco Popular de Ahorro (BPA), expuso que tenía conocimiento de esa impresión y los plazos de entrega.
Agregó el funcionario que “los cajeros automáticos retornarán a la normalidad, estando disponibles las 24 horas, como lo estuvieron siempre”, y aseguró -sin aportar detalles- que ya se están tomando “un grupo de medidas complementarias” con el fin de estabilizar la situación sin recurrir a la impresión de muy altas denominaciones.
Inflación galopante y medidas del Gobierno
Actualmente, los billetes de más alta denominación que circulan en la isla son los de 200, 500 y 1000 pesos cubanos (CUP), pero con volúmenes insuficientes en manos de la población para pagar sus obligaciones en medio de una inflación galopante y sin aparente solución inmediata.
En un intento por mejorar la situación, el Gobierno cubano impulsa un proceso de bancarización que, entre otras medidas, limita el uso del efectivo en las operaciones corrientes de las personas jurídicas, entre estas las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que han florecido en el país, así como a la extracción de los bancos por parte de las personas naturales.
La escasez de efectivo en Cuba se ha hecho notable en los últimos meses con largas filas de usuarios en los bancos y cajeros automáticos para acceder a su dinero, lo que ha generado malestar en la población.