Días atrás fue noticia la apertura de una sucursal del banco Novikombank en La Habana, como parte de los crecientes vínculos entre Rusia y Cuba. De esa forma lo reflejaron diversos medios de prensa, entre ellos OnCuba.
Sin embargo, como se ha aclarado luego en realidad el banco, perteneciente a la corporación estatal rusa Rostec, lo que realmente abrió en la capital cubana fue una oficina de representación. Esto, en términos prácticos, no significa lo mismo.
Así lo establece la resolución 40/2024 del Banco Central de Cuba (BCC), según la cual lo concedido previamente a Novikombank fue una licencia de representación. En consecuencia, dicha licencia dio luz verde a la apertura de una oficina, pero no a una sucursal.
De haber sido esto último, el banco ruso podría realizar en Cuba las operaciones tradicionales de estas instituciones como depósitos, préstamos, aperturas de cuentas y transferencias, entre otras. Ello, en la práctica, permitiría la atención de personas naturales como clientes.
En cambio, de acuerdo con la resolución del BCC, la oficina de representación de Novikombank solo puede “gestionar, promover o coordinar los negocios que realice su casa matriz, en moneda libremente convertible con entidades establecidas en el territorio nacional”.
De igual manera, la oficina está autorizada a “gestionar, promover o coordinar la realización de acuerdos de corresponsalía” entre el banco ruso y las instituciones financieras establecidas en Cuba.
La norma dice explícitamente que la representación de Novikombank en La Habana “actúa por orden y cuenta de su casa matriz”. Además, según sostiene el BCC, tiene “prohibido efectuar directamente operaciones activas o pasivas bancarias o financieras de tipo alguno en Cuba”.
En esto último radica precisamente que su funcionamiento no será el de una sucursal.
Sin embargo…
A pesar de lo anterior, que lo abierto ahora por Novikombank en La Habana sea una oficina de representación y no precisamente una sucursal no significa que en un futuro —y quizá más temprano que tarde— este y otros bancos rusos no puedan abrir sucursales en la isla.
Tanto las autoridades cubanas como las rusas se han referido a la apertura de la oficina como “un paso” e, incluso, “un hito”, que debe significar “un antes y un después” en las ya de por sí cálidas relaciones bilaterales.
Sucursal de banco ruso en Cuba forma parte de “nuevos enfoques” entre Rusia y la isla
Un comunicado de la corporación Rostec, citado por medios rusos, afirma que “este paso contribuirá a lograr el objetivo estratégico: garantizar pagos estables entre Rusia y Cuba, así como el apoyo bancario a los vínculos comerciales, económicos y de inversión bilaterales”.
Por su parte, el vice primer ministro cubano Ricardo Cabrisas, quien asistió en representación del Gobierno de la isla a la apertura de la oficina de Novikombank, consideró que este hecho “constituye una acción fundamental y decisiva” para Cuba, y marca “un hito en uno de los sectores más importantes para desarrollar cualquier relación económica y financiera”.
“No hay comercio ni inversiones que avancen si no existe una participación efectiva del sistema bancario”, declaró el vicejefe de Gobierno, para quien “la apertura del banco es un paso muy importante que va a ser una señal de triunfo para acciones de refuerzo de los nexos comerciales”.
Precisamente Cabrisas, durante una sesión de trabajo de la Comisión Intergubernamental ruso-cubana el pasado marzo “reiteró el interés de La Habana en abrir sucursales de bancos rusos en su territorio”, de acuerdo con Sputnik.
Y anteriormente, el pasado año, Boris Titov, presidente del Consejo de Negocios Cuba-Rusia, había apuntado “el interés” de las autoridades cubanas de “registrar sucursales de bancos rusos” en la isla, según reportes de prensa.
A la luz de dicho interés, el también consejero presidencial de Vladimir Putin explicó entonces que tres bancos rusos habían presentado solicitudes al Banco Central de Cuba para abrir sucursales.
Por lo anterior, la apertura de una oficina de representación de Novikombank en La Habana bien podría ser el primer paso de un futuro desembarco a mayor escala de otras entidades bancarias de Rusia en la isla, incluso no ya con oficinas sino con sucursales propiamente.
Meses atrás, Rusia ya había activado el acceso a las tarjetas bancarias Mir en las terminales de pago de Cuba. Y poco antes se había autorizado el uso de las mismas en los cajeros automáticos cubanos, en momentos en que aumenta el turismo ruso en la isla y se estrechan las relaciones bilaterales.