El ministro de Exteriores en funciones de España, Josep Borrell, se reunió este jueves en La Habana con representantes de la sociedad civil cubana, entre ellos trabajadores por cuenta propia, un colectivo cada vez con mayor peso en la economía del país caribeño.
“Es muy importante que se desarrollen este tipo de actividades profesionales”, declaró Borrell a un grupo de medios en La Habana, donde culminó una visita de dos días en la que mantuvo consultas políticas de alto nivel y anunció la visita de los reyes de España a Cuba en noviembre.
Acompañados de algunos artistas y periodistas independientes en el grupo que estuvo con Borrell, los cuentapropistas le transmitieron “sus dificultades e inquietudes” en un momento delicado para la economía del país por el déficit en su balanza de pagos y el reciente endurecimiento del embargo de EE.UU.
“Todavía no tienen un perfeccionamiento de su estatus y de sus posibilidades de obtener financiación, de poder acceder a mercados mayoristas”, resumió el ministro, acerca de las inquietudes que le comunicó el colectivo, cuya existencia enmarcó en el “proceso de apertura económica” que protagoniza Cuba.
El número de cuentapropistas cubanos ha mantenido un crecimiento estable desde la apertura del sector hace casi una década y ha pasado de incluir a poco más 157.000 personas en 2010 hasta agrupar a más de 600.000, el 13 % de la fuerza laboral de la isla, según datos de julio.
En total, más de 1,4 millones de personas en Cuba pertenecen actualmente al sector privado, cifra que incluye a los titulares de licencias para el trabajo por cuenta propia y sus contratados.
La ampliación del trabajo privado fue una de las reformas clave impulsadas por el expresidente cubano Raúl Castro, con el objetivo de actualizar el modelo socialista de la isla y reducir las abultadas plantillas del sector estatal, que al cierre de 2018 empleaba a poco más de 3 millones de personas.
Debido a que las licencias de cuentapropista abarcan un número limitado de actividades, casi todas relacionadas con los servicios y el turismo, el sector se ha visto este año fuertemente golpeado por el endurecimiento del embargo de EE.UU., que entre otras cosas ha restringido las condiciones para visitar Cuba y ha prohibido los viajes en crucero.
En este sentido, Borrell expresó a sus interlocutores del Gobierno cubano el rechazo de España a este tipo de medidas unilaterales de Washington, que también incluyen la activación el pasado abril del título III de la ley Helms-Burton.
Esta disposición permite denunciar en tribunales estadounidenses a empresas de terceros países por el uso de propiedades confiscadas por el Gobierno cubano tras la Revolución de 1959, lo que afecta directamente a empresas españolas con negocios en la isla.