En poco más de 24 horas la tormenta tropical Beryl se desarrolló hasta convertirse en un potente huracán categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, con vientos máximos sostenidos de 215 km/h, según el Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología (Insmet).
A las 8 de la mañana de este sábado, Beryl tenía vientos de 95 km/h y presión mínima de 999 hectopascales, pero se intensificó rápidamente mientras se aproxima al grupo sur de las Antillas Menores.
En este corto plazo de tiempo su presión descendió hasta los 958 hectopascales y, aunque se prevén fluctuaciones en su intensidad, no debe disminuir su fuerza al transitar por aguas con altas temperaturas en el mar Caribe oriental y central.
De acuerdo con el último reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos a las 8:00 de la noche de este domingo, Beryl se movía al oeste noroeste a 30 km/h, y se encontraba 320 km al sudeste de Barbados y a 480 km al este-sudeste de San Vicente y las Granadinas, dos territorios que deben ser afectados en la mañana de este lunes.
Además de estas dos naciones, también Santa Lucía, Trinidad y Tobago y Granada han activado las alertas de huracán. Válido aclarar que ninguno de estos territorios están habituados a lidiar con ciclones de gran intensidad.
Así lo ha explicado en Facebook Luis Enrique Ramos, historiador de la meteorología en Cuba, quien refirió que “el impacto de un huracán en el grupo sur de las Antillas Menores no es un hecho frecuente”, pues su baja latitud geográfica “disminuye sensiblemente la posibilidad ser golpeado por un sistema tropical plenamente desarrollado”.
El especialista señaló que “en los últimos 60 años solo tres han cruzado sobre esa zona: 2005 (Emily); 2004 (Iván); y 1963 (Flora); una frecuencia baja para un territorio tropical”. Más allá de estos fenómenos, lo más común en la región son los sistemas de poca intensidad como depresiones o tormentas tropicales.
Por otra parte, Beryl ya está rompiendo récords antes de hacer estragos, pues se trata del primer huracán atlántico que alcanza la categoría 4 en junio, de acuerdo con la propia publicación de Luis Enrique Ramos, quien comparó el sistema con el “terrible Huracán de la Barbada” que golpeó a las islas del sur de las Antillas Menores en agosto de 1831, causando más de 1400 víctimas.
Ramos precisó que, si bien no son frecuentes los ciclones de gran intensidad en esa zona, ahora el grupo meridional de las Antillas Menores “tendrá la doble singularidad de haber sufrido el impacto de dos huracanes que marcan récords de formación temprana: Emily, el más precoz en alcanzar categoría 5 en todo el Atlántico (16 de julio de 2005, 48 horas después de azotar a Granada); y ahora Beryl, el huracán de categoría 4 más adelantado en cualquier temporada en la historia de la ciclonología atlántica”.
Cuba se mantiene prestando especial atención a este fenómeno meteorológico, pero los pronósticos de las últimas horas coinciden en que no afectará la isla de manera directa. Según las trayectorias estimadas, Beryl debe moverse al sur de Cuba y tocar tierra en la Península de Yucatán, aunque en su paso por el mar Caribe debe dejar huella en Jamaica, Islas Caimán y las zonas al sur de República Dominicana y Haití.