El 21 de septiembre en los espacios del ambientalismo habanero solo se hablaba de una cosa: la limpieza y recogida de basura en La Concha, la playa a la que muchos habitantes del municipio del mismo nombre íbamos a parar en las tardes calurosas.
Pero este sábado no quedó un milímetro de la franja de arena libre para el ocio veraniego. De un lado a otro niños, adolescentes y adultos que en total rondaban las 200 personas se movían ágiles para garantizar que quedaran dentro de los sacos de nailon la mayor cantidad posible de latas y envases.
Un grupo de buzos limpiaba, invisible al ojo de los caminantes y espantados ellos mismos ante el volumen de desechos que reposaban, no tan inofensivos como inmóviles, en el fondo del mar. “Un porcentaje significativo puede reciclarse”, declararon a OnCuba especialistas de la Fundación Antonio Núñez Jiménez (FANJ), quienes estiman que el saldo de la jornada ronde los 74.49 kg de materiales reciclables recogidos tanto en la arena como en las profundidades de la playa.
La acción, encabezada por la Fundación y apoyada por la Embajada de Noruega en La Habana, involucró por primera vez en este tipo de iniciativa a una comisión científica del Citma para la restauración de duna de playa, además de activistas medioambientales y al sector privado de la capital. Tal sinergia permitió que en esta ocasión se fuera más allá de la recogida de basura.
Al saneamiento de la superficie de la playa se sumaron en esta edición del evento la recogida de desechos submarinos, la restauración costera y un robusto programa de pedagogía ambiental. “El Club Náutico Internacional Hemingway, liderado por el Comodoro Escrich, apoyó a los grupos de activistas ambientales marinos, el Oasis, Limpiemos el Mar, y la escuela de buceo Caballeros del Mar“, comentó a OnCuba Liliana Núñez, presidenta de FANJ, quien también agradeció la presencia del proyecto Acualina, iniciativa ya veterana de educación ambiental infantil ideada por la bióloga marina ya fallecida Ángela Corvea.
Un paso en falso, muchos a favor
Eran tiempos de pandemia cuando se realizó un movimiento de arena inadecuado que terminó por extinguir el boniato o bejuco de playa en una zona de La Concha cercana al caserón que da acceso al local. Por ordinaria que parezca, sobre esta planta recae la responsabilidad de preservar la duna de arena en esa zona y su ausencia puede provocar estragos en el ecosistema. Debido a la mala práctica, que no malintencionada, según comenta Liliana Núñez, crecieron en ese lugar hierbas dañinas que terminaron por impactar negativamente el suelo y el ambiente costero.
Durante la limpieza del pasado sábado, uno de los principales propósitos fue corregir este error humano. “La delegación Habana del Citma, representada por el Dr. José Luis Juanes Martí, experto en restauración de playas, hizo dos recorridos por el local con Comunales para orientarlos sobre cómo debe hacerse el movimiento de arena en esa zona en futuros momentos”, comentó Núñez, quien añadió que la elección de La Concha para la realización de esta jornada de “Cuba Limpia” tuvo que ver también con la cantidad de basura que se ha acumulado históricamente en el local.
La Concha ha sido por décadas un centro popular de recreación para los habaneros, pero, desafortunadamente, también un espacio en el que las malas prácticas ambientales se han hecho evidentes. “Hay bastante basura acumulada. Con el movimiento de la marea esto afecta a los corales, que en el caso de Cuba están pasando ahora por la plaga Unomia. Cuba Limpia también tiene como intención tributar a corales más limpios”, apuntó la líder de FANJ.
Justamente por cuánto tributa la falta de educación ambiental a la contaminación sistemática de la región costera y marina, la más reciente edición de “Cuba Limpia” en la playa habanera fue un evento con vocación pedagógica.
Pioneros, estudiantes de la Facultad de Geografía de la Universidad de La Habana, del Instituto de Relaciones Internacionales (ISRI), y miembros de la pasantía del emprendimiento privado Pilares Construcciones, asistieron a las acciones de educación ambiental que tuvieron lugar en el encuentro, entre ellas la estación “Desafío contra la marea de plástico”, coordinada por Mónica Saura, especialista de FANJ. La iniciativa se enfoca en educar a los jóvenes sobre la importancia de reducir o anular la contaminación costera y marina.
En otras de las dinámicas ocurridas ese día en medio del trasiego saneador, como la de recolección y clasificación, eran los más jóvenes quienes llevaban la batuta, grupo en el que brilló el proyecto “Acualina”, con más de 20 años de experiencia en el activismo ambiental cubano dirigido a los niños.
“Se hizo un trabajo intencionado con los jóvenes voluntarios y niños presentes para crear conciencia sobre el impacto negativo, a nivel mundial, sobre el aumento de los residuos sólidos urbanos en especial los plásticos. La idea fundamental fue la de capacitar a jóvenes dispuestos a desarrollar, en su radio de acción, una labor en favor de crear conciencia para el manejo eficiente de los plásticos, aumentar el uso de plásticos reciclables y evitar el empleo de plásticos de un solo uso”, dijeron especialistas de FANJ a OnCuba.
“Todo el mundo estaba contento y apoyando a su manera. Recogimos desechos y materiales para reciclar. Fue un evento precioso que unió a niños y muchas personas con el objetivo de limpiar nuestro hogar. Aún quedan cosas por hacer. Hay que repetir, definitivamente”, contó Wilson Calderón, asesor cultural y administrativo de la Embajada de Noruega en Cuba, quien integró la delegación de la entidad, encabezada por su actual embajador y vecino del municipio, el Sr. John Petter Opdahl.
El apoyo de esta entidad al proyecto forma parte de los compromisos ambientales del gobierno que representa, entre los cuales la preservación de los océanos ha sido tradicionalmente una prioridad.
En condición de co-presidenta, Noruega lidera hoy uno de los principales proyectos de protección oceánica a escala global: el Panel de Alto Nivel para una Economía Oceánica Sostenible, agenda de la cual su representación en La Habana se ha hecho eco mediante acciones como la ocurrida este sábado en La Concha, y otras tantas, pasadas y venideras.
El binomio entre el cuerpo diplomático y la FANJ para poner en marcha “Cuba Limpia” se selló en 2016, con una acción similar a la ocurrida el pasado sábado en la playa capitalina y a la que han seguido otras.
P de playa y de proceso
“Cuba Limpia es un proceso, no un proyecto ni una acción puntual. Lo definimos así porque reúne todas las líneas y los programas que la Fundación desarrolla, con una mirada multidisciplinaria”, afirma una diligente Liliana Núñez mientras, en paralelo a nuestra conversación, recluta recursos y fuerzas para la ardua jornada que comenzará en la mañana siguiente.
En unas horas estará en La Concha para la limpieza, pero separa un tiempo en su agenda para conversar con OnCuba sobre la experiencia y sus despliegues hacia otros tiempos y espacios una vez que la experiencia del sábado concluya.
“En los grandes foros de conservación de la biodiversidad ganan las especies mayores: los osos, los elefantes; y en el Caribe la biodiversidad que tenemos es chiquita. Con una intención picaresca lanzamos en 2018, en el marco del congreso de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que tuvo lugar ese año en Hawai, una campaña llamada “Aquí el tamaño no importa”. La idea inicial era promover acciones puntuales de limpieza de playas en Cuba, para cuya realización logramos articularnos con la Embajada de Noruega, con la que tenemos un vínculo antiguo y sólido. Y así nació “Cuba Limpia”. Enfocamos la campaña en tres áreas fundamentales de trabajo en ese momento: campo limpio, ciudades limpias y ecosistemas marinos limpios. Ya la Fundación había hecho antes limpiezas en otros lugares de la ciudad: en la Puntilla, en la calle 80 y en el río Almendares. La Embajada propuso que esta vez lo hiciéramos en La Concha”, contó, refiriéndose al origen de esta sociedad con la entidad diplomática.
Según Wilson Calderón, representante de la contraparte diplomática del proyecto, además de involucrarse directamente en cada una de las iniciativas, el Gobierno de Noruega destina presupuesto a la compra de materiales para las limpiezas, como sacos de basura y otros accesorios, además de la promoción y la comunicación de estas acciones.
Noruega apoya, además, el Corredor Biológico del Caribe, una iniciativa para la conservación de la biodiversidad marina y terrestre y la preservación de las áreas de pasaje a través de las que se desplazan especies clave en el Caribe insular.
Un antes, un después y un todos juntos
Ni Liliana ni su tropa ecologista se dan por satisfechos con el fin de la jornada en La Concha. Esta podría, en cambio, ser el punto de partida para inéditas sinergias entre el gobierno y la sociedad civil que ya comienzan a avistarse en el horizonte.
La emergencia ambiental que hoy moviliza a ciudades enteras y dispara titulares en la prensa ha llegado también a La Habana, pero lo ha hecho, afortunadamente, con un tono más benigno y preventivo que en otras regiones del planeta menos afortunadas. En este contexto, el gobierno de la ciudad no ha sido indiferente al llamado audible de FANJ, vocera de la agenda ambientalista en el país desde su creación, a inicios de los años 90.
El pasado 16 de septiembre, en la víspera de la limpieza del sábado en La Concha, la institución medió un encuentro entre la Dirección de Materias Primas y Comunales del municipio Playa, y parte del activismo medioambiental. “Reunimos a 30 líderes con estas entidades y con la Embajada de Noruega, no solo para coordinar los roles para la limpieza en La Concha sino también para todas las limpiezas que le seguirán”, aseveró la presidenta de FANJ, para quien el hecho de que estos actores institucionales estén involucrados en el proceso es fundamental para su éxito. “Si los que estamos recogiendo la basura no estamos capacitados para hacer el decante, escogiendo lo reciclable entre los desechos, en vez de ayudar estaremos creando un problema. Eso lo estaremos practicando a través de una asesoría y un entrenamiento más directo y planificado con Materias Primas”, dijo.
Liliana contó que, además de la capacitación previa a la limpieza, el contacto con el gobierno de Playa resultó en la firma de un convenio que fortalecerá los vínculos entre ambas estructuras y sus diversas ramificaciones. “Queremos ofrecer y recibir toda la información en la que podamos ser parte de la solución y ayudar a aminorar los problemas”, aseguró.
Uno de los principales contratiempos del municipio, según la líder, es el descarte de desechos y la acumulación de basura en los barrios, problema para cuya solución la Fundación, en su monitoreo, ha identificado un actor clave un tanto inesperado.
“Hemos concluido que uno de los públicos meta con los que tenemos que trabajar son los ‘buzos de la basura’ o recolectores individuales, como los estamos llamando. Aunque ellos son parte del problema de dispersión de los desechos, creemos que si se identifica lo que ellos necesitan, y quién lo emite, podríamos concentrarlo en un lugar del barrio donde ellos lo pueden ir a buscar. Por un lado, se favorece, incluso en términos sanitarios, el individuo que tiene una economía muy deprimida y se expone a moscas, vectores y suciedades. Y a la vez, quien descarta, que en gran parte son los nuevos actores económicos que hacen una emisión mayor de materia prima en los tanques de basura. Ambos pueden ser parte de la solución”.
Tanto el vertimiento de desechos en las calles de la ciudad como en las playas tienen en su origen, por un lado, la falta de ética sanitaria y ambiental entre los ciudadanos, y por otro, la infraestructura insuficiente para el correcto descarte y la poca operatividad de los mecanismos de recogida, selección y tratamiento de desechos, a cargo del gobierno y los actores estatales. A todas voces, FANJ quiere ser parte de la solución y pretende hacerlo creando alianzas adecuadas en las que cada parte pueda contribuir a mejorar los procesos. Así como en la naturaleza, la sociedad es fruto de un ecosistema en el que todos somos igual de importantes.
“Queremos crear espacios donde gente que tiene los mismos anhelos y las mismas ganas de enfrentar el reto se unan para hacer estas limpiezas. La Fundación apuesta por estas alianzas, aun cuando el esfuerzo de hacer la coordinación sea un reto. Estimula mucho ver cómo uno encuentra aliados siempre. Cada vez que nosotros y la Embajada hemos tocado para estimular estas limpiezas hemos sido bien acogidos y hemos visto los resultados después”, apuntó Liliana con optimismo.