Cuba registra una media anual de 54 fallecidos por impactos de un rayo, la primera causa de muerte por fenómenos meteorológicos en la Isla, según datos del Instituto cubano de Meteorología (Insmet) dados a conocer este sábado 18 de enero.
Aunque las defunciones por relámpagos “superan ampliamente el número de pérdidas humanas dejadas por huracanes, tornados, eventos de lluvias intensas e inundaciones costeras”, el promedio de muertes en esta etapa disminuyó, indica un amplio artículo publicado en la contraportada del diario estatal Granma.
En estadísticas publicadas en 2018, entre 1979 y 2013 la media de víctimas por caída de rayos era de 65 al año. Entre 1987 y 2017 se reportan un total de 1.742 fallecimientos.
Verano, la estación más peligrosa
El verano es la estación más mortal del año y julio el mes con mayor reporte de defunciones (376), seguido muy de cerca por agosto (363) y junio (361), especifica la investigación del Insmet, considerada la “más abarcadora” sobre el tema y basada en estadísticas del Ministerio de Salud Pública de la Isla.
Esta etapa es la más peligrosa debido a que el elevado calentamiento del aire en contacto con la superficie terrestre hace que estos fenómenos sean más frecuentes.
La mayor incidencia mortal continúa en la porción oriental del país, desde la provincia de Camagüey a Guantánamo, con 764 fallecidos. Por orden, le siguen la región central (524) y la occidental (454).
La provincia de Granma (sureste) es la zona donde se registró la mayor cantidad de decesos: 249 muertes, para una media anual de ocho casos.
Los impactos de rayos han afectado sobre todo a los hombres entre 25 y 59 años. Del total de víctimas, 1.485 son del sexo masculino.
La regla 30-30
En agosto pasado cinco personas murieron, de ellas tres menores, por el impacto de un rayo durante una tormenta en la provincia cubana de Mayabeque (oeste), según reportes de la prensa oficial.
Los especialistas cubanos recomiendan a la población, entre otras medidas, que sigan la “regla 30-30” por la cual es preciso buscar refugio en un lugar seguro si se cuentan menos de 30 segundos desde la luz del relámpago hasta que se oye el trueno.
También estipula que es seguro salir del refugio solo después de pasados 30 minutos desde el último trueno, dado que muchas muertes a causa de rayos ocurren después de que la tormenta haya pasado.
De ser sorprendido por una tormenta eléctrica en la calle, los expertos aconsejan buscar refugio bajo techo o permanecer en el coche, la opción más segura.
Es preciso salir de inmediato del mar, piscina o río. En campo abierto advierten a las personas que deben alejarse de los árboles y situarse en cuclillas, con la cabeza sobre las rodillas y los oídos tapados. No se debe practicar deportes en terrenos abiertos, montar a caballo o hablar por teléfono.
“Nunca debe caminarse ante esas condiciones meteorológicas sumamente peligrosas y menos correr con la ropa mojada, ya que suele crearse una turbulencia en el aire que puede atraer al rayo”, insisten los especialistas en el reporte publicado.
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