Entre el 6 y el 17 de abril, el emblemático Túnel de la Bahía quedará cerrado en la dirección de circulación Habana-Cabaña, vía que será sometida a trabajos de reparación y mantenimiento.
Solo tendrán acceso al túnel los vehículos del régimen especial de circulación como ambulancias, bomberos y efectivos de la policía, así como los ómnibus de transportación pública y de empresas, de acuerdo con una nota en Facebook del Gobierno de La Habana.
También podrán circular el servicio de taxis y ruteros y los porteadores privados “debidamente identificados con la pegatina de servicio regular”, agrega el comunicado, firmado por la Comisión Provincial de Seguridad Vial.
Vías alternativas
De acuerdo con el anuncio, el resto de los usuarios podrá utilizar como vías alternativas en su desplazamiento, desde y hacia el este, la Vía Blanca, Ciudad Deportiva, Avenida 26, Avenida del Puerto, y el Anillo del Puerto.
La Comisión recordó a los conductores prestar la debida atención al control del vehículo y evitar el parqueo en lugares no autorizados. Asimismo, pidió mantenerse atentos a las orientaciones de los agentes de la autoridad y a la señalización correspondiente “con el fin de evitar aglomeraciones innecesarias de vehículos y la ocurrencia de accidentes del tránsito”.
Goteo en el interior del túnel
A inicios del pasado año se iniciaron trabajos enfocados para restituir la impermeabilidad de la bóveda, la reparación de los aletones y cisternas, así como para sustituir la totalidad de los sistemas tecnológicos para elevar la seguridad y la comodidad de la circulación vehicular.
Pero más recientemente la Empresa Nacional de Investigaciones Aplicadas del Ministerio de la Construcción sometió a estudios el túnel a raíz de “un goteo en su interior”, publicó este miércoles el ministro del Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila.
La investigación, agrega el funcionario, concluyó que “el ciclo de goteo es similar al presentado en otros momentos en años anteriores” y que aunque será intervenido para su impermeabilización, algo en lo que se trabaja, “no representa por el momento peligro para la estructura y circulación actual del túnel”.
Considerado una de las siete maravillas de la ingeniería civil cubana, el túnel se construyó entre 1957 y 1958 por la empresa francesa Societé de Grand Travaux de Marseille, y se inauguró el 31 de mayo de 1958.
Cuenta con dos tubos de hormigón reforzado, capaces de soportar toneladas de agua. Su longitud alcanza los 733 metros y está formado por siete secciones de hormigón acopladas por uniones de acero.
De acuerdo con Rodríguez Dávila, ha sido intervenido para mantenimientos en varios momentos durante sus más de 65 años, incluyendo una reparación capital de manos de la empresa que lo construyó.