El cierre de la Embajada de Bélgica en Cuba, anunciado esta semana por las autoridades del país europeo, ha causado “sorpresa y decepción” en el Gobierno de la isla.
Así lo expresó la Embajada cubana en Bruselas, en una nota en la que señala que esa decisión “no se corresponde con las históricas y positivas relaciones existentes entre ambos países, mantenidas de manera ininterrumpida durante más de ciento veinte años”.
La representación diplomática de Cuba recuerda que durante todo ese tiempo “ambas naciones han consolidado estrechos vínculos culturales, académicos, científico-técnicos, consulares, económicos y de cooperación, sustentados en un diálogo respetuoso, que ha trascendido el ámbito bilateral y ha contribuido al fortalecimiento de la relación entre Cuba y la Unión Europea”.
En su opinión, ese paso de Bruselas “contrasta también con el interés expresado por las autoridades de Bélgica de profundizar sus vínculos con América Latina y el Caribe, considerando la vocación de Cuba a favor de la concertación, cooperación y unidad en la región dentro de su diversidad”.
Comunicado de la Embajada de #Cuba en el Reino de #Bélgica.
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Statement from the Cuban Embassy in the Kingdom of Belgium
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Communiqué de l’ambassade de Cuba au Royaume de Belgique+ Info
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A través de su Embajada en Bélgica, que es también su representación ante la Unión Europea, la Cancillería cubana dijo aspirar a que “un paso de esta envergadura no conlleve al deterioro de los vínculos de larga data” entre instituciones y personas de ambos países.
Además, reiteró “la aspiración de que Bélgica continúe desempeñando un papel constructivo en el desarrollo de las relaciones entre Cuba y la Unión Europea, en el marco del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación vigente desde 2017”.
Finalmente, agradeció el apoyo recibido dentro del país europeo tras esa decisión gubernamental y reafirmó “su voluntad de ampliar, con su labor diplomática, los vínculos de amistad y cooperación entre ambas naciones.”
Decisión belga
El cierre de la Embajada de Bélgica en La Habana responde a una reestructuración “estratégica” del Gobierno de ese país, que incluye el cierre de un grupo de sedes diplomáticas belgas y la apertura de otras nuevas.
El ministro de Asuntos Exteriores belga, Maxime Prévot, justificó el paso en los cambios del escenario internacional y la necesidad de reducir costes.
“Las guerras comerciales y arancelarias nos obligan a replantear nuestra red de socios y a diversificar nuestro alcance e influencia”, señaló la Cancillería de Bélgica en un comunicado, en el que aseguró que el cierre de varias embajadas y consulados no disminuye “la importancia que seguimos otorgando a nuestras relaciones bilaterales con los países involucrados”.
Además de la de Cuba, Bruselas informó el cierre de representaciones diplomáticas en países como Mozambique, Mali, Bosnia y Herzegovina, Kuwait y China, al tiempo que entre las que se abrirán se cuentan las de naciones como Omán y Albania.
Este proceso comenzará el próximo año y se extenderá hasta 2027.
Medios y analistas señalan que el cierre de la Embajada belga en Cuba, aun cuando no supone la ruptura de las relaciones entre los dos países, sí marca un precedente de distanciamiento bilateral y también entrañará dificultades para los trámites consulares de los cubanos, quienes ahora tendrían que desplazarse a otros países para gestionar sus viajes a Bélgica.










