El presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez compareció en la mañana y mediodía de este lunes, junto a varios integrantes de su equipo de gobierno, en un encuentro televisivo que duró más de cuatro horas con motivo de las manifestaciones masivas ocurridas este domingo 11 de julio en Cuba. La intervención ocurre un día después de que el presidente cubano hiciera un llamado a los “revolucionarios” a tomar las calles en respuesta a las movilizaciones.
En el encuentro organizado con periodistas de medios nacionales trató temas vinculados a los hechos ocurridos ayer en Cuba y al enfrentamiento de la pandemia, la situación de generación eléctrica, la economía, el turismo, las vacunas cubanas, la situación económica, entre otros. Durante el encuentro el gobierno cubano a través de su canciller acusó al gobierno estadounidense de ser la fuente financiera de la campaña comunicacional que declararon estaría detrás de las protestas.
“Nosotros no llamamos al pueblo a enfrentar al pueblo. Nosotros hicimos un llamado al pueblo a defender su Revolución y sus derechos, y el pueblo apoyó. Pero además, nosotros no hemos alentado a nadie desde las posiciones de fuerza o violentas. El pueblo fue a discutir y a argumentar, pero enfrentaron [al pueblo] con violencia, y [el pueblo] se defiende y defiende sus derechos”, dijo Díaz Canel, quien también calificó los actos de los manifestantes como “montajes”, “vandalismos” y “actos de delincuencia”, al referirse a los sucesos de ocupación y saqueos en las tiendas nacionales por parte de algunos ocupantes.
Varios hechos violentos producidos entre manifestantes y quienes salieron a enfrentarlos quedaron evidenciados ayer durante las protestas, relatadas a OnCuba por periodistas en La Habana, así como por las redes sociales, que sirvieron también de plataforma para denunciar arrestos a muchos de los participantes de las protestas, algunos de ellos detenidos cuando elaboramos esta nota. El país vive ahora una tensa calma y no se ha restablecido el servicio de internet.
“¿A quién le servía esta situación?”, se preguntó el mandatario en su presentación, para luego asegurar que le sirve a ese “sector conservador de la mafia cubano-miamense” ante la posibilidad de que la administración de Joe Biden estudiara restablecer las medidas tomadas por la administración de Obama a las que Trump dio marcha atrás. Y agregó: “También evaluamos el momento en que han producido esto […] cuando empezaron a circular en la prensa de los Estados Unidos algunas tendencias de que había una revisión de la política de ese país hacia Cuba, buscando un pretexto insano y mentiroso de que en Cuba no hay estabilidad, que hay represión y que no se respetan los derechos humanos, para presionar a esa administración que no entrara a un proceso de revisión con Cuba”.
“¿A qué le temen? Al ejemplo de Cuba, a lo que pueda hacer Cuba en otras situaciones de más posibilidades económicas. ¿Por qué no pueden ser capaces de convivir civilizadamente en una relación con un país, aunque tengamos diferencias ideológicas, que no constituye ninguna amenaza para los Estados Unidos. A nosotros no nos interesa cómo el gobierno y el pueblo norteamericanos quieran hacer su gobierno”, dijo.
Sobre la situación sanitaria existente, que vive hoy su peor momento desde marzo de 2020, el mandatario apuntó que “la pandemia nos llegó como un reto adicional en medio de la situación de desabastecimiento y la imposibilidad de adquirir recursos y cortadas las fuentes de divisas como parte de las medidas agresivas del gobierno de los Estados Unidos. Se elaboró un plan nacional de enfrentamiento que ha funcionado con efectividad […] tuvimos que enfrentar un brote donde tuvimos que aprender, y donde la letalidad llegó a ser altísima y después enfrentamos varios rebrotes sin llegar al pico pandémico, con eficiencia, con indicadores de efectividad”. Díaz-Canel reconoció además que con la prolongación de la pandemia y sus efectos sociales, las personas alcanzaron un “cansancio pandémico” que disminuyó la percepción del riesgo, sumado a la emoción provocada por el éxito de los candidatos vacunales cubanos, y dijo que también “lamentablemente disminuye la percepción del riesgo en lo institucional, y a veces aflojamos determinados protocolos, determinados elementos organizativos en el trabajo”.
El mandatario enfatizó el éxito de la gestión cubana en la pandemia, al referir que en Cuba solo se ha enfermado el 2.16% de la población, comparando la gestión con el desempeño de otros países considerados primermundistas y enfatizó que “a ninguno lo han bloqueado durante la pandemia”, refiriéndose al embargo económico estadounidense.
Las protestas en varios territorios de la Isla fueron motivadas por la intensa crisis económica exacerbada por la pandemia de COVID-19, entre las que sobresalen la falta de alimentos, medicinas y los apagones sostenidos en las últimas semanas debido a varias averías en termoeléctricas como la Antonio Guiteras, que tributa al sistema nacional 300 megaWatt, y sobre los que abundó el ministro de Energía y Minas, Liván Arronte Cruz. Al respecto, Díaz-Canel dijo: “Tenemos dos caminos: ahorrar todo lo que podamos, tanto en el sector estatal como en el residencial; y, por otro, que nuestro personal sea capaz de cumplir con la reparación en el menor tiempo posible”.
El presidente cubano también se refirió al “calentamiento de las redes sociales” incrementado en la última semana, “planteando una serie de matrices para manipular emociones” para lo cual habían acudido a Youtubers reconocidos y a una serie de mecanismos referidos por el Ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez Parrilla. En palabras del miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), Rogelio Polanco, se trata de “uno de los capítulos de la guerra no convencional”. “Es parte de un manual que se ha aplicado” de “una estrategia intervencionista”, dijo el funcionario.
Sin embargo, el propio mandatario cubano debió deslindar que no todos los que han salido a las calles a protestar lo hacen bajo una condicionante extranjera, indicó que estos constituyen una minoría. “Hay revolucionarios insatisfechos con deseos a manifestar esas insatisfacciones”, dijo, sin esclarecer si estas podrían ser permitidas en lo adelante.
También agradeció a los mandatarios que ya han mostrado solidaridad con su gobierno y se refirió a la manera en que este se mantiene abierto a las donaciones desde el exterior, una de las aristas de este conflicto, precedido por una intensa campaña en las redes.
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“Esa ayuda solidaria y sincera que llega desde diferentes partes del mundo, que llega desde los grupos de solidaridad con Cuba, desde los amigos de Cuba, desde la gente honesta que hay en el mundo que saben apreciar la realidad tan dura que vivimos y cuáles son sus verdaderas causas, también la que nos llega de países hermanos, amigos, como fue la ofrecida ayer por el presidente Maduro, las declaraciones de apoyo que ha hecho el presidente López Obrador en México, la comunicación también de Lula para apoyar al país; esa ayuda la vamos a facilitar, la vamos a aceptar, esa ayuda es legítima, sincera, enaltecedora, emancipadora y demuestra lo mejor del pensamiento mundial. La ayuda que no vamos a aceptar es la injerencista, que no es ayuda, es injerencia que la tratan de disfrazar y viene con malas intenciones”.
Respecto a las declaraciones hechas desde Washington por el presidente estadounidense Joe Biden, al tiempo que sucedía esta comparecencia, el canciller cubano dijo: “Haría bien el presidente Biden en escuchar al pueblo cubano que reiteradamente se ha pronunciado en los últimos años contra el bloqueo y si algo quiere hacer es escuchar también al pueblo norteamericano y retirar el bloqueo a Cuba y las 243 medidas que heredó del presidente Trump para dificultar su gestión, pero que hoy están en completa aplicación; podría eliminar las medidas aplicadas durante la pandemia porque ha usado el virus como un aliado”.
“Ayer en Cuba no hubo un estallido social, hubo desorden y disturbios causados por una operación comunicacional que se prepara desde hace tiempo a la que se destinan recursos multimillonarios con fondos del gobierno de Estados Unidos, algunos declarados y otros de sus servicios especiales” dijo el canciller quien emplazó al gobierno estadounidense a que “desmienta o confirme que los principales operadores políticos de la campaña #SOSCuba (detrás de los hechos de ayer), conectados con una publicación financiada por el gobierno estadounidense ha recibido fondos del Departamento de Estado y la USAID”.
Bruno Rodríguez dijo que presentarán evidencias copiosas que demuestran la participación del gobierno de EEUU y la red Twitter en lo acontecido ayer en Cuba.