Cuba reportó 9.120 pacientes contagiados con la COVID-19 entre diciembre pasado y lo que va de enero, lo que representa más la mitad del total de casos registrados —17.501– desde la llegada del coronavirus a la Isla.
La velocidad de propagación de la enfermedad contagiosa en el país aumentó más de ocho veces desde noviembre, cuando se registró un promedio de 42.2 casos diarios. La frecuencia subió a 118.6 por día en diciembre y a 360.8 en enero, de acuerdo con datos ofrecidos este viernes por el ministro de Salud Pública cubano, José Ángel Portal, citado por Cubadebate.
Cuba vive el peor brote de contagios desde que se reportaran los primeros enfermos con el nuevo coronavirus en marzo pasado. El aumento exponencial de casos positivos está asociado mayormente a la apertura de fronteras, el reinicio de los vuelos a todos los destinos de la Isla, y las violaciones de las medidas establecidas para los viajeros internacionales y sus familias, en opinión de las autoridades cubanas.
Durante su comparecencia en el programa televisivo Mesa Redonda, Portal afirmó que de los pacientes confirmados con el virus entre el 15 noviembre y el 14 enero, 2.993 fueron casos importados, lo que representa el 31.5%, al tiempo que 56 países aportaron casos de la COVID-19 a 158 municipios cubanos, de acuerdo con la fuente.
Además, detalló que de los 9.506 diagnosticados con la enfermedad en ese período, el 69% está asociado a una fuente de infección proveniente del exterior y apuntó que hubo días en los que el 91% de los casos confirmados estuvieron vinculados a viajeros.
“El aumento fue exponencial”, reconoció.
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El titular de Salud en la Isla explicó que, contrario a lo establecido en los protocolos, los viajeros salían de las casas, no esperaban el resultado del PCR, hacían fiestas, y visitaban amigos o familiares, propiciando una mayor transmisión y dispersión de la enfermedad.
“El incumplimiento de lo que se estableció y la confianza del protocolo en la familia nos llevó a esta situación”, señaló.
Según el ministro, en diciembre, alrededor de 50 de cada 100 viajeros resultaron positivos a la COVID-19 y en enero la tendencia aumentó por encima de 70, apunta Cubadebate.
“Pero no se puede hablar solo de los viajeros. También ha habido incumplimientos en las medidas previstas en los planes de algunos territorios. Es lamentable que haya provincias en las que todavía gran parte de la población no ha interiorizado el uso obligatorio del nasobuco en espacios comunes, y hay entidades con violaciones de las medidas sanitarias establecidas”, lamentó Portal.
De igual forma, reconoció que el propio sistema de salud ha confrontando fallas como la “falta de oportunidad en controles de foco, falta de orientación inmediata, respuestas tardías en los resultados de los PCR y en traslados, demoras en garantizar los ingresos y la no evaluación adecuada de personas que no tienen condiciones para realizar el aislamiento en el hogar”.
Ante el peligroso aumento de los casos, el gobierno cubano decidió reducir la cantidad de vuelos provenientes de algunos países con elevadas tasas de incidencia de contagios.
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A partir del primero de enero se redujeron al mínimo las operaciones aéreas con Estados Unidos, México, Panamá, República Dominicana, Haití y Bahamas, los países desde los que habían llegado más viajeros portadores del virus.
Asimismo, a partir del 10 las autoridades de la Isla comenzaron a exigir pruebas PCR negativas al coronavirus a los pasajeros, realizadas en laboratorios certificados dos días antes de abordar los aviones hacia Cuba.
Hasta ese momento, el protocolo sanitario incluía la toma de temperatura y aplicación de pruebas PCR en los aeropuertos. Luego, los viajeros debían permanecer en aislamiento en las casas de sus familiares, donde se les repetía la prueba que detecta el virus al quinto día.