Debido en lo fundamental a las alzas en la restauración, el transporte y los alimentos, Cuba cerró 2023 con una inflación interanual del 31,34 % en su mercado formal, publicó este jueves la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).
El índice de precios al consumidor (IPC) aumentó en un 3,39 % con respecto al mes anterior, precisó la oficina que, por categorías, destacó el repunte interanual de restaurantes y hoteles (47,18 %), seguido por transporte (37,52 %), alimentos y bebidas no alcohólicas (36,36 %), tradicionalmente los más inflacionistas.
Excepto las bebidas alcohólicas y el tabaco, que cayó un 17,85 %, todas las categorías experimentaron subidas interanuales, muchas con tasas de dos dígitos. Mientras, las menos inflacionarias fueron salud (1,04 %) y comunicaciones (0,50 %).
Efe apunta que este fuerte incremento de precios sigue al de 2021, cuando la Onei calculó en el 77,33 % la inflación, y al repunte del 39,07 % del mercado formal cubano en 2022.
La agencia española señala que en los últimos doce meses, la moneda cubana ha pasado en el mercado informal de 163 CUP por dólar a los actuales 275 CUP, una depreciación de casi el 69 %, según la tasa de cambio que elabora el medio independiente El Toque.
Como Cuba importa el 80 % de lo que consume, según estimados de Naciones Unidas, resulta relevante en esta espiral inflacionaria la depreciación del peso cubano (CUP) con respecto al dólar (la divisa en la que se compra en el exterior).
La Onei no recoge la evolución de los precios en el mayoritario y mejor surtido mercado informal, el más afectado por la inflación por su falta absoluta de regulación y la fuerte escasez de productos básicos en el formal.
El informe permite conocer la variación promedio experimentada por los precios de una canasta de bienes y servicios, representativa del consumo de la población en un período determinado. No obstante, al mismo se le señala la incapacidad de medir los precios en la compra-venta de productos en el mercado informal, menos estables y notablemente superiores.
A finales de octubre pasado, el economista Pedro Monreal llamaba la atención sobre el cambio que ha experimentado el formato del reporte de la Onei, y apuntaba al “reforzamiento de un relato oficial simplista y carente de autocrítica respecto a la inflación en Cuba” como una posible causa.
Cuba atraviesa una grave crisis económica desde hace tres años, algo que se evidencia en la escasez de productos básicos (como alimentos, medicinas y combustible), la dolarización parcial de la economía, la depreciación del peso, frecuentes apagones y un fuerte incremento de los precios.
La galopante inflación está entre las mayores preocupaciones de la población cubana y también del Gobierno de la isla, que hasta el momento no ha encontrado la fórmula para revertirla.
Cómo el artículo plantea; Los datos de la ONAT son parciales e imprecisos, pero de todas forma ASUSTAN.
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