Tras un inicio de año en el que se han llegado a sobrepasar los mil megawatts (MW) de afectación eléctrica, Cuba arrancó esta semana por debajo de esa barrera.
En su parte diario, la Unión Eléctrica (UNE) calculó para la noche de este lunes una capacidad máxima de generación eléctrica de 2110 MW frente a una demanda máxima de 3000 MW, en el pico nocturno, el horario de mayor consumo.
Con ello, a esa hora el déficit será de 890 MW y la afectación máxima proyectada escalará hasta los 960 MW “si las condiciones actuales persisten”, según la entidad.
En la jornada previa la máxima afectación había sido de 943 MW.
La UNE refiere que seis de las 20 unidades de producción termoeléctrica se encuentran actualmente fuera de servicio por averías o mantenimiento. Además, un total de 38 motores de generación distribuida no cuentan con el combustible necesario para generar.
Desde finales de agosto de 2024 se agravó la situación con prolongados cortes de la electricidad diarios, y en los últimos meses el país registró tres apagones totales del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
Cuba padece una crisis energética que se agudizó en los últimos meses por la carencia de combustible —debido a la falta de divisas para importarlo— y las reiteradas averías en las obsoletas centrales termoeléctricas, con décadas de explotación y un déficit crónico de inversiones.
En una entrevista con EFE, el analista cubano del Instituto de Energía de la Universidad de Texas en Austin, Jorge Piñón, aseguró que, según sus estimaciones, basadas en datos oficiales de 2022, Cuba tiene un déficit diario de unos 80 000 barriles de combustibles líquidos, vitales para poner a andar su añejado sistema para generar electricidad.
Aunque calcula que la demanda se ha reducido en 20 000 barriles diarios, con base en los envíos internacionales de Venezuela, pero sobre todo, de México.
EFE / OnCuba.