El gobierno cubano anunció las “medidas organizativas” tomadas para “mitigar las afectaciones” del transporte como consecuencia de la crisis energética que vive la Isla en estos momentos.
Ante la baja disponibilidad de diésel –situación que el gobierno ha dicho que es “coyuntural”– fue “necesario” elaborar “un conjunto de prioridades en los servicios de transportación pública”, de acuerdo con Marta Oramas, viceministra primera de Transporte, citada por el diario oficial Granma.
Oramas aseguró que “no habrán afectaciones” en los servicios aéreos, que habitualmente sufren de inestabilidad en la Isla, aunque reconoció que “se trabaja para que no existan dificultades en los equipos especializados que se emplean en la sostenibilidad de las operaciones de los aeropuertos cubanos”.
También se informó que en el caso de los vuelos que sean cancelados, sus pasajeros no podrán trasladarse en ómnibus –como sucedía con regularidad hasta ahora– mientras permanezca la actual situación.
En el caso del ferrocarril, fue suspendido “temporalmente” el tren entre La Habana y Sancti Spíritus, así como los que viajan entre Santa Clara y Santiago de Cuba, y entre Camagüey y Bayamo, mientras que el tren Habana-Pinar del Río se mantiene con solo dos salidas a la semana.
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Los restantes trenes nacionales, entre La Habana y las principales ciudades del oriente del país, fueron “reajustados” a una frecuencia cada cuatro días, a partir del próximo domingo, según dijo a la prensa Eduardo Hernánde, director de la Unión de Ferrocarriles de Cuba.
Además, se “restablecieron” varias paradas intermedias que habían sido eliminadas en la ruta Habana–Santiago, “respondiendo a los intereses” de los viajeros, mientras que en cada parada el tiempo de espera de los trenes aumentó a siete minutos “para facilitar el abordaje de los pasajeros”.
Acerca de los ómnibus nacionales, el director de este servicio, Oscar Carvajal, explicó que a partir del día 16 de septiembre solo habrá una salida de guagua diaria desde La Habana hacia las cabeceras provinciales y de regreso, lo que supone un significativo número de cancelaciones de viajes mientras estén en vigor estas medidas.
También se mantendrán una salida diaria entra la capital cubana y las ciudades de Manzanillo, en la provincia de Granma, y otra a Baracoa, en Guantánamo, así como la ruta Habana-Batabanó y viceversa para el servicio de barcos hacia la Isla de la Juventud.
Sobre este último servicio, que se realiza en los conocidos catamaranes, se confirmó que también desde el próximo lunes se reducirá a una salida diaria tanto en la ida como en la vuelta.
Quienes ya tengan boletos reservados para los viajes cancelados serán “priorizados” en las capacidades que existan disponibles, mientras quienes ya no deseen viajar recibirán la “reintegración total del costo del pasaje”, de acuerdo con la viceministra primera de Transporte, quien también anunció que la venta de nuevos boletos ha sido suspendida por el momento.
En el caso del transporte público, según se dijo, cada territiorio implementará su propio plan de medidas, de acuerdo a las características locales y las condiciones existentes.
En La Habana, precisa Granma, se “están realizando ajustes en la programación” de los ómnibus y se han establecido como “prioridad” los “horarios picos” de afluencia de pasajeros. Además, se están implementando “medidas alternativas” como los llamados “trompos” para cubrir tramos cortos a los de las rutas habituales y se ha incrementado la presencia de inspectores estatales.