Cuba tendrá “un cierre de año tenso” en la producción de alimentos, reconoció este martes el ministro del sector, Manuel Sobrino.
No obstante, aseguró que su ministerio, con su centenar de empresas y los encadenamientos con el sector privado, está “guapeando” para garantizar una mejor situación para recibir 2024.
Al hacer balance al escenario para el último trimestre de este año, Sobrino afirmó que el Gobierno está “trabajando de manera intensa” para garantizar la canasta básica y el consumo social.
Añadió que el Ejecutivo cubano sigue el tema de la alimentación ”día a día” y toma decisiones “con el poquito de dinero disponible y sacrificando otras cosas”.
En una intervención en el programa Mesa Redonda, el ministro confirmó que existe “una situación compleja con el pan”, que debe mejorar con la reciente llegada de un barco de trigo y la contratación de otro para noviembre.
Ello, dijo, ha permitido echar a andar tres de los molinos de la isla, que se encontraban parados, pues el anterior barco había llegado a fines de julio.
Llegada de un barco con trigo a Cuba garantizaría producción de harina durante al menos 20 días
Sobre el café, producto muy demandado por los cubanos, Sobrino aseguró que el escenario es “favorable” y “hay garantía de materia prima para varios meses”, en tanto que la llegada de un barco de aceite y la contratación de otro debe garantizar su disponibilidad hasta el cierre de año.
Otros productos de la canasta básica, en cambio, no tienen la misma situación.
La leche en polvo, por ejemplo, está garantizada solo hasta este mes; aunque, dijo, “se trabaja para garantizar la de noviembre”, en tanto hasta el momento no está aún “seguro” el financiamiento para la compra de frijol de soya para la producción de yogurt.
Situación similar es la del pollo, producto sobre el que precisó que “se están haciendo gestiones para asegurar el financiamiento”, con el cual no se cuenta “todavía”.
“Los problemas no son de capacidad industrial”
Acerca de la creciente dificultad para producir alimentos en Cuba, en medio de una severa crisis económica, Sobrino afirmó que estos problemas no se deben a la capacidad industrial instalada en la isla.
El ministro reconoció que una parte de las capacidades no se explotan y han disminuido los niveles de producción, al punto que en 2023 se está procesando de manera industrial menos alimentos que en los dos años anteriores.
La situación, aseguró, se debe al impacto del embargo/bloqueo de Estados Unidos, que dificulta las contrataciones y pagos de materias primas, así como al actual escenario internacional tras la pandemia y la guerra en Ucrania, que ha disparado los precios de la materia prima y los alimentos a nivel global.
El ministro dijo que a Cuba “cada vez se le hace más complejo” comprar en el mercado mundial y detalló, a modo de ejemplo, que este año solo se había recibido el 67 % del trigo previsto, y apenas el 21 % de la leche en polvo.
No obstante, reconoció que “no todo es por el bloqueo” y que “hay producciones nacionales que no andan bien”, aun con las medidas implementadas por el gobierno.
De estas, señaló que algunas no han tenido “el impacto que necesitamos” y están en “proceso de revisión”.
Sobrino celebró los cambios y la “eliminación de trabas” en las regulaciones sobre la pesca lo que, auguró, debe propiciar una “recuperación gradual” de esta actividad, con mayor protagonismo de los pescadores independientes.
Además, defendió la presencia en la producción de alimentos de mipymes y otros actores no estatales, y sus encadenamientos con las empresas y entidades del Estado, aun cuando, como hizo Díaz-Canel el lunes, dijo que se debían “rectificar” algunas “distorciones” existentes.
Finalmente, Sobrino abogó por incrementar la producción de alimentos en el país ante las “complejidades del escenario internacional” y dijo que, en este sentido, “el camino es que los municipios se puedan autoabastecerse”.
Para ello, afirmó que su ministerio pretende extender las experiencias de los territorios y productores que muestran mejores resultados, y confió en que “dar la batalla” es la fórmula para enfrentar la crisis alimentaria de Cuba.