El número de cubanos que solicitan asilo en Alemania se multiplicó por ocho durante el primer semestre del año respecto al mismo periodo de 2022, de 73 a 607, según informa el diario Bild.
“El número de solicitudes de asilo de nacionales cubanos este año a fecha de 2 de julio de 2023 ha subido en comparación con el mismo periodo del año pasado de 73 a 607”, confirmó un portavoz del Ministerio del Interior al rotativo.
Según el medio, los cubanos emplean un mecanismo que consiste en comprar un billete de avión a un destino para el que no necesitan visado, por ejemplo Belgrado o Dubai, con escala en la ciudad alemana de Fráncfort.
Allí, donde los pasajeros en tránsito no necesitan visado, se presentan ante la Policía y solicitan asilo.
Según el portavoz, en 2022 se identificaron a 302 cubanos que hicieron uso principalmente de este privilegio de tránsito para solicitar asilo.
Agregó que “ni la mitad” de estos cubanos sigue la vía regular, es decir, no se presentan en el centro correspondiente de la oficina de migración “después de expresar su deseo de asilo ante la Policía federal” en el aeropuerto y del registro de sus datos.
El diario señala que alrededor de 300 cubanos han desaparecido de esta manera.
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“Es inaceptable que el código de fronteras Schengen pueda ser socavado por un simple truco, es decir, con un vuelo de tránsito. El derecho de asilo y los derechos Schengen deben revisarse con urgencia”, exigió por su parte el jefe del sindicato de la Policía alemana, Heiko Teggatz, en declaraciones a Bild.
El diario señala que alrededor del 95 % de las solicitudes de asilo presentadas por ciudadanos cubanos son rechazadas.
En 2021 se registraron 38 peticiones de asilo de cubanos; el año pasado, 187.
Bild relata, además, el caso de la familia González —padre, madre, y dos niños— y otros dos cubanos que habían salido de La Habana el 27 de mayo con la aerolínea Condor con destino a Dubai vía Fráncfort, donde fueron interceptados en la zona de tránsito por la Policía.
En declaraciones a la Policía, la mujer confesó que querían emigrar ilegalmente a España, para lo cual debían pedir asilo primero en Alemania, e iban a ser recogidos luego del centro de acogida por unos contrabandistas que los llevarían a Madrid en automóvil y que les habían reclamado 25.000 euros (27.750 dólares) por el servicio.
En España, la suegra de la mujer pagó 5.000 euros (5.550 dólares) a un miembro de la banda en Barcelona, tras lo cual la familia recibió sus billetes de avión por WhatsApp.
En un lavabo de la zona de tránsito de Fráncfort, la mujer pagó en efectivo otros 12.000 euros a una “cubana vestida de negro”.
En tanto, la policía ha identificado a cuatro miembros de la banda: un mediador en Cuba, una cajera en Fráncfort, un organizador en Barcelona y un conductor.